Los grandes ventanales dejan ver la ciudad de Berlín iluminada al anochecer. Los invitados se acomodan en las mesas, mientras las cámaras de la prensa internacional enfocaban el escenario principal.
En el centro, Taylor encendió la pantalla que proyectaba imágenes del hotel, de sus interiores, de la terraza impresionante y de los jardines de la parte de atrás. Nicholas bajó el volumen de la música. Los tres subimos al estrado: Taylor, yo y Amelia. Yo me puse a su izquierda y Amelia a su derecha.
Taylor cogió el micrófono y sonrió a los invitados, y esperó a que hubiera silencio en la sala. Yo le miré sonriendo.
—Lo vas a hacer bien, Taylor —estoy segura, eres el mejor de la agencia —le contesté. Él me miró y me sonrió.
—Gracias, Isabelle, contigo a mi lado nada es imposible. Te quiero.
Amelia miró a Taylor: —Ahora sí, Taylor, chicos, habéis nacido el uno para el otro, no hay más que miraros; yo me alegro muchísimo. Ahora, Taylor, será mejor que hables, o los invitados se molestarán.
Entonces comenzó Taylor:
—Muy buenas noches a todos.
Gracias, de corazón, por acompañarnos en este día tan especial. Es un verdadero honor tenerlos aquí con nosotros, en una noche que no solo marca la culminación de un gran proyecto, sino también el inicio de una nueva etapa para el turismo y el diseño de lujo aquí en Alemania.
—Quiero dar las gracias, en primer lugar, a todos los que han trabajado incansablemente para que este sueño se hiciera realidad. Y por supuesto, a ustedes, por formar parte de este momento histórico.
—Hoy celebramos la inauguración de este impresionante hotel de 38 plantas, un espacio donde el diseño, la innovación y la comodidad se unen para ofrecer una experiencia inolvidable.
Contamos con todas nuestras suites de lujo equipadas con jacuzzis, restaurantes de primer nivel, cafeterías exquisitas, gimnasios completos y una terraza con barra de cócteles desde la que se puede admirar las preciosas vistas de Berlín.
—Y si desean algo más relajado, les invito a visitar nuestros jardines privados, un pequeño paraíso escondido en la parte trasera del hotel, donde pueden pasear, leer bajo los árboles o disfrutar de un café en nuestra cafetería gourmet.
La cocina, por supuesto, está en manos de nuestro chef estrella: Adelbert Schward, un maestro de la gastronomía alemana. ¡Un aplauso para él, por favor!
Hubo aplausos; mientras la cámara enfocaba al chef entre los invitados, hizo una reverencia. El pobre hombre no sabía dónde meterse; se nota que no está acostumbrado a las cámaras de televisión.
Taylor giró la cabeza hacia Amelia y luego hacia mí; se le ve emocionado.
"Quiero también hacer una mención especial. "Nada de esto habría sido posible sin estas dos mujeres que están aquí conmigo esta noche".
"Amelia es la fundadora y directora general de Global Passionate Events; ha dirigido esta agencia con una pasión admirable. Amelia, eres una fuerza imparable para todos nosotros. Gracias por tu profesionalismo, tu entrega y tu amor a tu trabajo."
"Y Isabelle... hizo una pausa antes de hablar, qué decir de ti, compañera maravillosa. No sólo has sido el alma creativa de este proyecto, sino también el equilibrio perfecto entre elegancia y corazón. Sabes que te quiero; este proyecto lleva tu sello en cada rincón. Y sin ti, no hubiera sido posible. Gracias, de verdad."
Los invitados empezaron a aplaudir. Estoy tan emocionada que me muero de la vergüenza; bajé la mirada, Taylor me miró. Vamos, Isabelle, demuéstrales lo que vales; yo estoy a tu lado, amor.
Taylor cogió el micrófono con una sonrisa, como siempre está él.
"Y como no podía ser de otra manera… esta noche es también para los dos hombres que han hecho realidad este sueño desde sus cimientos.
Les pido un gran aplauso para Alexander Whitmore y Nicholas Carter. Su visión, su perseverancia y su capacidad de soñar a lo grande han hecho posible este maravilloso hotel que esta noche abrimos al mundo.
La cámara los enfocó a ambos. Alexander se puso de pie y sonriendo. Nicholas sonrió con alegría y levantó su copa.
"En nombre de todo el equipo, les damos las gracias por estar aquí. "Esperamos que disfruten, que brinden, que recorran cada rincón, y que esta noche lo pasen muy bien. Gracias a todos".
¡Bienvenidos al Whitmore & Carter Grand Hotel!
Nos bajamos; Amelia se fue a la mesa de Alexander y Nicholas, y Taylor y yo nos fuimos a una de las mesas del fondo, donde hay poca gente al estar tan separados de todo.