Amelia se quedó unos días más en Berlín, junto a Alexander y Nicholas. Nos dio una semana de vacaciones, según ella, por el estrés que habiamos acumulado en Alemania. Aunque yo sospecho que también quiere recuperar un poco de tiempo con su familia. Desde que tuvimos este proyecto, ella casi no había tenido un respiro.
Yo aproveché esos días para estar más con los míos… y con Taylor.
Él venía a casa todos los días. Taylor y mi hermano Christopher se han vuelto inseparables, tanto que ya parecen amigos de toda la vida. Mi padre ha empezado a llamarlo " yerno”, con esas bromas suyas, y mamá… lo trata como a un hijo más. Ethan lo adora. Y yo… poco a poco, le estoy tomando más cariño. Lo miro a veces, y esa sonrisa enamora, me he dado cuenta de que me trata como nadie lo ha hecho antes, antes era muy joven, para diferenciar el amor de la atracción fisica. Y con la paciencia de Taylor, su cariño y ternura, yo estaba empezando a enamorarme.
Hoy salimos los tres al parque, nos llevamos a Rex, que no se pierde ni una. El plan era sencillo: pasear, jugar un rato y tomar un helado. El cielo esta despejado, la brisa es suave, y ya se podia notar que la primavera esta al llegar, las flores desprenden un olor agradable de los árboles. Hay niños corriendo, mujeres sentadas con amigas viendo como sus pequeños juegan, parejas paseando cogidos de las mano, y chicos con chicas fumando en una esquina del parque, como si la vida no fuera con ellos.
Ethan jugaba a la pelota con Rex sobre el césped, lanzándola una y otra vez mientras el perro corría feliz tras ella, aunque acababa cansándose rápido. Se tumbaba entonces a la sombra, con la lengua fuera y los ojitos cansados. A lo lejos, se veían parejas tomando café en un puesto pequeño, los abuelos caminabam con sus bastones, y se podia escuchar el suave chorro de agua de una fuente cercana.
Taylor y yo estámos sentados en un banco frente a Ethan. Estabamos hablando de Alemania, y sobre los posibles proyectos que Amelia le habia hablado a Taylor. Cuando él me preguntó.
—Isabelle, me gustaría que conocieras a mi familia —dijo —. Mañana es sábado, mi hermana no trabaja, podríamos aprovechar ir a su casa. ¿Te parece bien… o crees que es pronto?
Conociendo a Taylor, era una de sus preguntas. Queria saber si yo estoy lista… y si quería dar ese paso para tener una relacion seria.
Respiré hondo. Lo miré fijamente a los ojos.
—Está bien, Taylor. Pero antes tendras que hablar con tu hermana, no, nos vamos a presentar alli de repente que tu eres capaz, pero ¿Sobre qué hora seria? y ¿Tu hermana sabe que tengo un hijo?
—Mi hermana sabe todo… bueno, casi todo. Sabe que tienes a Ethan, y también que lo quiero como si fuera mío. Podemos llevarlo, así jugará con mis sobrinos, los gemelos.Y si ya habia hablado con ella, pero le dije que tenia que hablar contigo antes. Si tú quieres Isabelle.
—Claro que sí. Aunque… ¿no sería mejor ir a un restaurante? No quiero que tu hermana se pase su día libre cocinando, para darle más trabajo, ademas tiene que estar cansada, el ocuparse de todo, de la casa de los gemelos, es mucho para ella, admiro a tu hermana, no se como lo hace. Yo tengo la suerte de contar con mis padres, y sinceramente no se que haria si no los tendria.
—Si mi hermana es una mujer fuerte y luchadora, por desgracia a tenido que aprender a organizarse, pero lo lleva bien, y yo le intento ayudar en todo lo que puedo, de ahi que los fines de semana los tenga conmigo, para que ella descanse y pueda salir a cenar con las amigas, eso le viene bien distraerse. Y no te preocupes, ya lo tengo todo planeado. Iré por la mañana, yo me ocuparé de la barbacoa y compraré una tarta de postre. Después paso a recogeros. Te va a caer bien mi hermana, y mis sobrinos los diablillos, no paran quietos pero son muy buenos.
No quise que compraria una tarta, encima que iba de invitada, para conocer a mi futura cuñada, "huis como suena eso", es la primera vez que tengo una cuñada, y se me hace rara la palabra. Le dije.
—Aunque no lo creas, sé hacer tartas —dije sonriendo—. Yo me encargo de eso, Taylor ¿Les gusta el chocolate? Prepararé una Chocolate Fudge Cake. A los pequeños seguro que les encantará.
—Viniendo de ti, estará buenísima. Sabes… desde que volvimos de Alemania has cambiado. No sé si es cosa mía, pero te siento diferente conmigo, me miras diferente, eso me gusta princesa.
—Sí, Taylor. He cambiado. Te dije que necesitaba tiempo… y todavía necesito algo más, pero estoy a gusto contigo. Me haces reír, eres cariñoso, paciente… y sobre todo, tratas a mi hijo con amor. Para mí, eso lo dice todo. Y si lo que quieres saber es si siento algo por ti, la respuesta es si.
Él me cogio de la mano. Apoyé la cabeza en su hombro y cerré los ojos.
—Me haces sentir bien, Taylor —le confese—. Me gusta estar contigo. Me gustas cada dia más. Así, sin más, las cosas surgen asi, sin forzarlas—le conteste.
Me rodeó con su brazo y me abrazó, besándome en los labios. A veces, los momentos más sencillos son los que se graban más hondo en nuestro ser.
El sol comenzaba a caer. Ethan vino corriendo hacia nosotros con Rex detras de él. Nos reimos los tres, Rex no dejaba de tirarle de la camiseta a Ethan.
Fue oscureciendo y le dije a Taylor que seria mejor que nos hiriamos, cogi de la mano a Ethan, y Taylor agarro con la correa a Rex, y fuimos caminando hacia mi casa, le dije que se podia quedar a cenar, que a mi madre no le importaria, sino todo lo contrario. él me contesto que queria irse para su casa, que tenia cosas que preparar para mañana para la barbacoa. Cuando llegamos me dio un beso y se despidio rapido, subio en su coche y se fue.
Cuando entre en casa mi madre me pregunto por él enseguida, le dije que se habia tenido que ir, y ahi quedo todo, no me pregunto más. Fui a la habitacion para coger el pijama para ducharme. Cuando termine me encontre a Christopher jugando al parchis con Ethan en el salon. Me enfade con mi hermano por consentirlo tanto.