Volví a la agencia, entré en mi oficina. Se me hizo extraño no ver a Taylor; él nunca llega tarde al trabajo después del almuerzo. Empecé a preocuparme.
Estuve echando un vistazo más al nuevo proyecto. Cogi el ordenador de Taylor, yo sabía la clave para poder entrar, él mismo me la habia dado, por si alguna vez tenia que mirar algo. Lo malo del proyecto es que estaba fuera de Londres. El empresario es americano, así que allí se encuentra el nuevo proyecto.
Me acordé de Victoria y aproveché que Amelia había salido.
La llamé por teléfono. Me cogió el teléfono enseguida.
–Hola, buenos días, guapísima. Dime, ¿qué ocurre para tanta urgencia, Victoria?
–No te puedo contar mucho por aquí, es largo de contar. ¿Tienes tiempo esta tarde?
–He quedado con Taylor para ir al concesionario, ¡porque sabes, me voy a comprar un coche por fin! Pero si, tengo tiempo. Yo creo que sobre las siete y media ya estaré en casa. De todas maneras, si llego antes te mando un WhatsApp. ¿Quedamos en mi casa?
–Está bien, Isabelle, a las siete y media estoy ahí. Hasta luego, Isabelle.
–Hasta luego, guapísima.
Colgué el móvil. Pero su manera de hablar, de comportarse... no es común en ella. Le pasa algo, y serio. Nos conocemos desde niñas, me quede preocupada.
Cuando solté mi móvil en la mesa, entró Taylor. Otro que también parece que trae malas noticias, pensé.
–¿Se puede saber por qué tienes esa cara tan seria? Además, has tardado bastante, y eso es raro en ti. ¿Están bien los gemelos? ¿Le pasa algo a tu hermana Amanda? No te quedes callado, Taylor, me pones nerviosa. Siéntate aquí, a mi lado. Cuéntame.
–¿Te acuerdas de ayer, cuando llegó mi cuñado? Lo serio que estaba, y lo maleducado. Ni siquiera tuvo la educación de acercarse ni siquiera a presentarse. Pues después discutieron mi hermana y su marido. Esta mañana mi hermana, me mandó un mensaje que necesitaba hablar conmigo. Yo pensé lo de siempre: que habrían discutido y que ahora estarían unos días sin hablarse y ya está. Pues el capullo de mi cuñado le ha dicho a mi hermana que está con otra mujer desde hace dos años. Vamos, que le está siendo infiel, el muy hijo de pu...
Dos años, cariño. Mis sobrinos van a hacer 6 años. La lleva engañando mucho tiempo el desgraciado, ¿pero que tipo de hombre? se creerá, muy machito. Pues que no se crea, mi hermana no esta sola, me tiene a mi. También te digo que si lo cojo, lo mato.
–Anda, cálmate, Taylor. Sígueme contando.
–Mi hermana tiene carácter, y no soporta tonterías, y menos de un tío. Le ha dicho que se vaya de casa, para no verle la cara, que es normal. Él le ha dicho que no se va. No sé por qué no me ha llamado antes, porque si es tan machito para algunas cosas, a ver si los tiene bien puestos para enfrentarse a mí, el capullo. Te juro que me he quedado sin palabras cuando la pobre de mi hermana me lo estaba contando, llorando, claro.
Ella sabe que puede contar conmigo para lo que sea.
Pero eso no es lo peor de todo, le ha mandado un WhatsApp para decirle que le va a quitar la custodia de los gemelos. Yo le he contestado a mi hermana que, por encima de mi cadáver, se lleva ese imbécil a los gemelos. Tengo un buen amigo abogado y enseguida lo he llamado. He quedado con él.
Y sé que te dije que iríamos juntos al concesionario a ver un coche.
Pero esto es grave y tengo que ir. Mi hermana está preocupada porque este impresentable le quiera quitar a los gemelos. Eso sí, solo para hacerle daño. Porque ya te digo yo, que ninguna mujer quiere niños que no son suyos, y menos dos, y esa tia ya sabrá que es un hombre casado. Y mi cuñado nunca se ha ocupado verdaderamente de ellos. No digo que no los quiera, pero esto solo es para hacerle daño a mi hermana. Y no se lo voy a permitir. Los quiero como si fueran hijos mios, pero si los he visto nacer.¿Me entiendes ahora, cariño?
¿Te importa si lo dejamos hoy, te prometo que mañana vamos, amor.¿O te vas a enfadar conmigo?
–Taylor, para nada. Lo primero es ayudar a tu hermana. Además, cuando te conocí, lo que más me gustó de ti es lo que te preocupas por los tuyos. Eso es digno de admirar.
Iremos cuando sea. Mañana igual tampoco puedes. Además, puedo ir con mi hermano. No quiero que te preocupes por ello, ¿vale? Lo primero es tu hermana y los niños.
–Eres maravillosa, Isabelle. Cada día te quiero más. Estoy convencido de que eres mi alma gemela. Hemos nacido para estar juntos. Te amo.
Lo miré, me levanté de la silla y me acerqué a él para abrazarlo. Él me besó en los labios y me susurró al oído:
–Te amo, y siempre te amaré, Isabelle.
Esas palabras...
Había estado tomando un café con Alexander, pero no me había atrevido a contárselo. Yo no había hecho nada malo, pero esto de ocultarselo no me gustaba nada. Sentía algo dentro de mí... se llama culpa.
¿Por qué tenía miedo de contarselo?
Su reacción... eso es lo que da miedo. Que podria hacer una locura. Taylor es un chico maravilloso, pero cuando alguien le quiere quitar lo que es suyo, el amor de su vida como dice él, no piensa, y es capaz de partirle la cara a cualquiera, sin pensar en las consecuencias.