Volver a Tí

Capitulo 70 La vida sigue

Amelia estuvo buscando alguna vivienda donde pudiera alojarse Taylor. Había encontrado una en Tisbury, con dos habitaciones, cocina, dos baños y un jardín delantero, a dos minutos en coche de Vineyard Haven, la zona donde estaban las propiedades de lujo.
Taylor estuvo hablando un rato con Kevin Cosber, así es como se llama.
Yo estuve con Sabrina en la oficina. Tenía que presentar su proyecto al cliente; de eso dependería su comisión. Se encontraba nerviosa, e intenté tranquilizarla, pero parecía imposible. Me pidió que la acompañara, y le dije que me encantaría, pero que sin el permiso de Amelia no podía ir. Ella me contestó que se encargaría de eso. Fue a hablar con ella mientras yo me quedé en la oficina colocando algunos papeles.
Al cabo de un rato, entró Sabrina contenta, con una gran sonrisa. Me dijo que podíamos ir, que ya estaba todo solucionado. Antes de salir, le dije que tenía que llamar a Taylor porque no estaríamos allí para el almuerzo.

—Taylor, cariño, voy a ir con Sabrina a la presentación de su proyecto. No estaremos aquí a la hora del almuerzo. Nos vemos antes de las dos. Espero que tengas un buen día.
—Me alegra que vayas con Sabrina. Creo que necesita tener más confianza en sí misma, pero contigo a su lado, tenéis el proyecto ganado, estoy seguro. Te echaré de menos, amor. Llámame cuando llegues. Te estaré esperando para que me cuentes todo. Conduce con cuidado. Te quiero, amor.

Sabrina me miró:
—Se nota que te quiere muchísimo, Taylor. Tú sabes, antes no trabajaba aquí, y sinceramente pensé que era un tío muy raro. De hecho, nadie le hablaba. Pero ahora veo que es un tío muy profesional y, por qué no decirlo, muy guapo también. No te enfades, hacéis muy buena pareja, y yo me alegro por ti, amiga.
Le di un abrazo. Después de todo, el lobo no era tan feroz como parecía.

—Gracias, Sabrina. Eres una buena amiga de verdad. Vamos en mi coche; llegaremos antes. Le dije.

—Cojamos todos los papeles, las fotos y tu PC, Isabelle.

Presentamos el proyecto. Como Sabrina estaba atacada de los nervios, hice yo la presentación. El cliente se quedó súper contento y satisfecho. Enseguida dijo que lo quería sin dudarlo, que llamaría a Amelia para que empezara lo antes posible. Yo le di las gracias, y Sabrina, más relajada, le dio la mano para despedirse con una sonrisa.

—Ya lo tienes, amiga. El proyecto es tuyo. Ahora, cuando llegues, habla con Amelia para que puedas empezar rápido.
—Pero… yo… no he presentado el proyecto, Isabelle. ¿Cómo voy a hablar con ella?
—Sabrina, nadie tiene que enterarse de nada, y menos Amelia. Habla con ella. Es tu proyecto, te lo has currado, pues ahora aprovéchalo.
—Isabelle, pero este proyecto sin tu ayuda no lo habría conseguido, y tú lo sabes. Eres buena amiga, y no sé cómo agradecerte todo lo que me has ayudado.
—Yo sí lo sé. Empieza ese proyecto y demuéstrales a todos lo mucho que vales. Nunca tengas miedo. Eres buena, Sabrina. Solo tienes que aprender a creértelo. Anda, dame un abrazo.

Cuando llegamos, eran las dos y cuarto de la tarde. Dejé a Sabrina allí; ella vive cerca de la empresa, y yo llamé por teléfono a Taylor.
Le llamé, y daba tonos, pero no me contestaba. Miré hacia el apartamento y no vi su coche. Decidí irme para mi casa y llamarlo más tarde. Antes, le dejé un WhatsApp:
"Cuando puedas, me llamas. Te quiero, cariño. "Besos de tu princesa".




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.