Volví a la empresa. Había tomado la decisión de que Eleanor no iba a controlar mi vida y no podría conmigo.
Cuando llegué eran las ocho y diez de la mañana. Me quedé esperando en el pasillo de la entrada, esperando a que llegaran todos.
Entró Amelia, no esperaba verme, me sonrió y se acercó a mí.
—Me alegro de que hayas vuelto, Isabelle. Has tomado la decisión correcta. Vamos a la sala de reuniones; esperaremos allí.
Entramos en la sala de reuniones y nos sentamos, esperando al resto del equipo, que tardó en llegar. Al verme, algunos de mis compañeros se acercaron. Sabrina se puso muy contenta y me dio un abrazo.
Amelia pidió que nos sentáramos todos; teníamos trabajo. Nos dijo, como siempre, cuál era nuestro trabajo hoy. Luego me miró y me dijo:
—Vamos a mi despacho, Isabelle, tenemos que hablar.
Entramos en el despacho.
—Toma asiento, Isabelle, por favor. Me llamo Taylor; ayer estuvimos hablando más de una hora. Parece que el proyecto de Estados Unidos nos va a llevar más tiempo del previsto. Me ha comentado que la hija de Kevin tiene muchas ideas y te necesita con él. Nicholas me llamó también; ellos quieren que decoremos sus oficinas y alguna cosa más, darles un toque más moderno, y se han empeñado los dos en que lo hagas cuando puedas. Ya le dije que tenemos otros proyectos y que estarías ocupada, pero me insistieron en que tenías que ser tú. Todavía no he hablado con Alexander para explicárselo; tengo una reunión hoy con él. He pensado que podría mandar ahora a Sabrina a Estados Unidos, así tú podrías encargarte de lo suyo.
—¿Se lo has comentado a Taylor? —Lo digo porque se va a enfadar —le dije.
—Ese es otro problema. Taylor te quiere a ti en el proyecto, y cuando vea a Sabrina... no quiero ni escucharlo. Si tienes razón, olvidémoslo; mejor vas tú.
¿Crees que en una semana habrás tenido tiempo para poder enseñarle bocetos a la hija de Kevin?
—No es mucho tiempo, pero lo intentaré; no te prometo nada. Taylor me dijo que es una chica muy fashion, ya sabes a qué me refiero.
—Sí, lo sé, algo me comentó. Cambiando de tema. Hoy, cuando hable con Alexander, se lo explicaré. Isabelle, puedes pasarte por su empresa para que te cuente la idea de lo que tiene pensado. Irás adelantando trabajo, así podrás llevar ese proyecto al mismo tiempo. No creo que quieran hacer mucho; las instalaciones las arreglaron hará unos dos años más o menos.
—No te preocupes, Amelia, me pasaré para hablar con él.
Salí del despacho de Amelia y, por el pasillo, me crucé con Alexander.
—Hola, buenos días, Alexander. ¿Cómo estás? ¿Están mejor las cosas? —le pregunté.
—Sí, ahora estoy más tranquilo. Gracias, Isabelle. Vengo para hablar con Amelia.
—Sí, algo me ha comentado. Bueno, te tengo que dejar. Nos vemos, Alexander.
—Claro. Que tengas un buen día, Isabelle.
Entré en mi antigua oficina. Me puse con el PC y vi todos los emails de Taylor: eran más de veinte.
Los estuve mirando. Me había mandado fotos de casas de lujo y de la mansión que yo tenía que decorar.
El último email eran fotos suyas, tomadas en la playa, en algún restaurante. Y una carta:
"Tengo muchísimas ganas de verte. No sabes lo que te extraño; dirás que soy un pesado, ya sé que todas las noches hablamos por videollamada, pero no es lo mismo. Por cierto, he hablado con Amelia. Y ¿sabes qué...? Te veo aquí en unos días. Puedes traerte algún biquini; aquí hace mucho calor. Te vas a poner morenita, princesa. Ven con Ethan; ya sabes que tenéis el vuelo gratis, así que aprovecha, amor. Y mándame un WhatsApp cuando vayáis a venir; os recogeré en el aeropuerto. Te amo, tu príncipe, Taylor".
Le contesté: "Nos vemos pronto, amor", y yo también te extraño mucho, no sabes cuánto. Te mando muchos besos, love.
No le he dicho nada a Taylor sobre el proyecto de Alexander. Porque sé cómo se pone al escuchar su nombre; no solo tiene celos de él, sino que le ha cogido manía, y no se fía de Alexander para nada, así que, como está lejos por lo menos, no le hago pasar malos ratos, porque estando allí es peor; solo pensaría tonterías, y yo no quiero eso para nosotros. Sé que ocultárselo tampoco es bueno, pero por el momento es lo mejor.