┏━━━•❃°•°ALEXANDER°•°❃•━━━┓
Hoy se cumplían cuatro años desde que Nathalie me había dejado, aún seguía mi búsqueda de ella sin resultados, pero no me rendiría, suspire llevando mi mano a mi pecho, tenía una cadena colgada al cuello con sus anillos, aquellos que dejo sobre mi cama cuando se marchó, me recordaban cada día lo estúpido que había sido y cuanto la extrañaba.
Muchos cambios habían surgido a lo largo de estos años en su ausencia, Elizabeth seguía mi lado como asistente, había encontrado a alguien y se le veía muy enamorada, estábamos seguros que pronto sonarían campanas de boda, Edward y Lexie seguían tan enamorados como siempre, más ahora que tenían un pequeño de un año, Steven, era un pequeño demonio pelirrojo como Edward, yo era su padrino, y sus pequeños ojos manipuladores lograban hacer que le comprará cualquier cosa que señalara, al igual que mi sobrino.
Chloe había decidido venir a vivir en Nueva York por una temporada, ella junto a su esposo Tyler tomaron el departamento donde vivía, a pesar que quise que se mudaran conmigo a casa, ella dejó muy en claro con asquerosas palabra que preferían su intimidad. Algo así como " No te quiero traumar hermanito, somos muy ruidosos en nuestra intimidad, mejor vivir separados" No tuve nada que argumentar ante eso. Ellos dos tenían un pequeño, Félix, era el niño más mimado de la casa.
La empresa andaba de maravilla, después de una gran pérdida de clientes y casi caer en bancarrota, con ayuda de todos la habíamos levantado prácticamente desde las cenizas, fue una hazaña increíble, pues en algún momento nos vimos en tanta dificultados que creímos perder todo, pero al final, todo salió bien, Tyler trabajaba conmigo como mi vicepresidente y Chloe estaba a cargo del equipo de diseño, tal como lo quería mi padre, éramos una empresa familiar.
Stefan y su esposa Janneth se habían hecho cargo de toda la situación legal del lugar, y se agregaría un nuevo departamento legal en el edificio, manejado por el nuevo socio de Stefan, según sus propias palabras “uno de los mejores en su campo”, el nuevo equipo se mudaría desde Boston para tomar su lugar la próxima semana.
Durante el día me dedicaba plenamente a mi trabajo, intentaba que mi mente se mantuviera siempre ocupada, pero al llegar a casa, en la soledad de mi habitación me reprochaba por la estupidez que había hecho que Nathalie se alejara de mí.
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El fin de semana llegó y como cada fin de semana, Chloe llego mi casa junto a Félix, era su rutina de sábado, llegaba a casa, desayunaba a mi lado y luego usando a mi manipulador sobrino me sacaba a recorrer cada maldito centro comercial de la zona, era una compradora compulsiva, aunque estaba más que seguro que lo último que quería era que la acompañara a comprar, supuse que era su modo de no dejarme morir de depresión encerrado en la casa todo el fin de semana, ya me estaba acostumbrando a eso, y hoy no había sido la excepción.
Ya habíamos recorrido un sin fin de tiendas, Félix se veía aburrido y yo estaba igual, en un descuido de ella logramos escapar a una juguetería junto cercana, Félix reía mientras corríamos escapando de su madre.
Nos ocultamos en el fondo de la juguetería, justo nuestro lugar preferido, rompecabezas, mientras mirábamos distraídos un estante lleno de rompecabezas de más de mil piezas, un tirón en mi pantalón me hizo mirar hacia abajo.
Me sorprendí al ver a una pequeña rubia de ojos tan verdes como los míos, ella me miraba asustada, y ocasionalmente miraba a todos lados como buscando a alguien.
— Me peldí— me dijo mientras me miraba, sus ojos empezaron a aguarse.
— Te ayudaré a encontrar a tus padres — fui a levantarla del piso y un pequeño pie golpeó mi brazo.
— No la mides, no la toques — otro pequeño rubio muy parecido a la niña y del mismo color de ojos agarro a la pequeña y la escondió tras su espalda mientras me miraba con sus ojos entrecerrados.
Levante mis manos en son de paz y suspire pesado, me hubiera ido en ese momento, pero por alguna razón no quería dejar a estos niños solos, Félix se acercó a mi rodeando mi pierna con sus brazos, el pequeño valiente nos miró a los dos y retrocedió un par de pasos asustado empujando a la niña, parecían hermanos.
— Tranquilo amigo, mira este es Félix, y les ayudaremos a buscar a tus papás — le hable señalando a mi asustado sobrino que se escondía entre mis piernas.
— ¡oh! así que aquí están escurridizos, los estaba buscando, Alexander tienes que dejar de comprarle rompecabezas — Chloe llegaba a mi lado, se quedó mirando fijamente a los niños al igual que yo.
— Hermano, ¿a quién dejaste embarazada?, esos niños son iguales a ti — la vi detallarlos, ellos seguían en la misma posición, un poco más asustados que antes.
— Deja de mirarlos así, los asustas.
— No puedo evitarlo, es como si viera una foto tuya de cuando eras pequeño, al menos con el niño — se agacho queriendo tocarlos, pero el pequeño retrocedió nuevamente.
— Chloe, los estas asustando — ella hizo un puchero poniéndose de pie.
— Buscare un guardia de seguridad, o preguntare donde está la oficina, así podemos llevarlos, sus padres deben estar muy preocupados — le asentí con la cabeza.
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Editado: 19.10.2022