Volver a tu Lado (le Roux 2)

Capítulo 7.

 

┏━━━•❃°•°NATHALIE°•°❃•━━━┓

 

Después de pasar unas buenas horas en aquella feria de inflables decidimos emprender rumbo a la que había sido nuestra casa, el plan de Alexander era almorzar allí y visitar a nana Rox.

Ver la casa nuevamente me lleno de nostalgia, extrañaba mucho este lugar, la felicidad que sentí al lado de Alexander mientras vivimos juntos, tantas cosas que quería que volvieran a ser como eran antes, pero tenía miedo de volver a salir mal librada, esta vez no era yo sola, mis hijos entraban en esa ecuación y no quería que sufrieran también.

Al entrar todo estaba como lo recordaba, la pintura, los muebles, yoo estaba exactamente igual, como si el tiempo no hubiese pasado por estas cuatro paredes.

Los niños se veían muy sorprendidos, miraban a todos lados entre emocionados y cohibidos, ambos apretaron fuertemente mi mano.

— Mi papá es un plíncipe, vive en el castillo — exclamo Alice mirando con adoración a Alexander, mirada que el también le demostraba.

—Y tú eres mi princesita.

—Mamá, mamá mila, es un gato — mire a donde me señalaba Andrew y allí estaba mi pequeño no tan pequeño Crêpe.

— Mi bonito Crêpe — lo tome en mis brazos y deje que Andrew le hiciera algunas caricias, sumándose Alice unos minutos después, Alexander no despegaba la vista de los tres.

— Mi niña — la voz de nana Rox me hizo mirar hacia mis espaldas, solté al pequeño en el suelo y corrí a abrazarla, me había hecho mucha falta, ella fue mi confidente desde que me lastimé el tobillo y llegó a vivir con nosotros, no pude evitar sollozar un poco en sus brazos.

— Nana Rox, te extrañe mucho — limpie las lágrimas que habían salido y mire a mis pequeños, les hice seña de que se acercarán. —Nana estos son mis hijos, tal como te había dicho aquella vez, quiero que seas una abuela para ellos.

— Son unos niños hermosos, muy parecidos a Alexander — se puso de rodillas para quedar a su altura, — Hola pequeños, soy Roxanne, pero me pueden llamar nana.

—¿Eles otla abuelita? — nana asintió con la cabeza, — Hola nana, yo soy Alice.

Andrew se había escondido tras mis piernas, de los dos era el más tímido. —Saluda a la nana Andrew— le hable mientras acariciaba su cabello.

—Yo soy Andlu— le estiró la manito como saludo.

Alexander se acercó a la nana y estuvieron hablando algo en voz baja, la vi asentir varias veces hasta que él vino a nosotros con una enorme sonrisa.

— Vengan niños, les tengo una sorpresa — los tomo a cada uno de su mano y emprendieron viaje escaleras arriba, fui siguiéndolos hasta que frenó en las habitaciones que están al lado de la que era la nuestra; puso a cada uno frente a una puerta y les pidió entrar.

Los vi entrar y salir corriendo a abrazar a su padre, así que me gano la curiosidad, me acerqué a la primera puerta, tenía unas florecillas, al entrar me sorprendí, era una habitación para Alice, tenía una cama hermosa, miles de juguetes y peluches, una zona para lectura con varios libros, un tipi de esos que parecen casitas de indios, era simplemente hermosa, la habitación de al lado estaba igual que la anterior, solo que está tenía una pared completa llena de dinosaurios. Los niños estaban encantados con todo.

—Esto es hermoso Alexander, gracias.

— Gracias a ti, nuestros hijos son hermosos y se merecen lo mejor.

Salí del cuarto de Andrew y me dirigí al que era mi estudio, al entrar estaba todo tal cual lo dejé, vi el último retrato en el que estaba trabajando aún en el caballete, seguía tapado con la sábana, era una sorpresa para Alexander.

— No fui capaz de entrar de nuevo aquí después de que te fuiste, solo nana entra a limpiar, le pedí no mover nada, todo esta tal cual lo dejaste — no conteste, en cambio camine hacia el cuadro con él siguiendo mis pasos.

Quite la tela del lugar y escuche un jadeo proveniente de Alexander — ¿Tu lo hiciste? — asentí con la cabeza.

El cuadro era un retrato de Alexander, se encontraba sentado en la orilla de la piscina tomando sol, lo había visto tan sexy aquel día que quise inmortalizar ese momento no solo en mi memoria.

— ¡Mama! — el grito de Alice me asusto y salí corriendo rápidamente en su encuentro, estaba parada en el borde de la baranda del balcón de su habitación mirando hacia abajo, senti que la sangre bajaba a mis pies, estábamos en un segundo piso, un mal movimiento y caería desde allí. — Desde aquí se ve todo.

— Alice, mi amor, quédate quieta ahí, cielo, ¿cómo subiste a ese borde? — mientras ella me miraba Alexander se acercó rápidamente y la bajó del lugar de un rápido movimiento, corrí a tomarla en brazos.

— Que susto me disté, no vuelvas a hacer eso — vi a Alex suspirar aliviado y salir corriendo de la habitación.

Corrí tras él y  lo encontré cerrando con llave el balcón de Andrew, así mismo entró a cerrar el balcón de Alice, era lo mejor por el momento, después de este susto no quería esa puerta abierta nunca más.

Pasamos gran parte de la tarde sentados cerca de la piscina, los niños corrían y la sonrisa de Alexander me demostraba lo feliz que estaba.




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