Volver a vos

Ginebra

Mi segundo cumpleaños lo festejamos en casa de los tíos. Estaba el tío Guillermo, la tía Cristal, Emma y yo. Mi torta era enorme, al menos desde mi punto de vista. Con flores rosadas cubriéndola.

Tarde, a la noche, Emma me acurrucó junto a ella y me leyó la última carta que nos llegó de Alberto en Campo de Mayo al conventillo. Hace meses que no sabemos nada de él. Emma le envió una carta anunciando nuestra nueva dirección y las nuevas circunstancias de nuestras vidas, pero no ha llegado respuesta.




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