Hola apreciados, acá les dejo un capítulo que espero les guste, paseemos un poco por la situación de la protagonista poco conocida hasta ahora y que le causó tanto dolor a nuestro Mauro, aprovechen de seguirme para que les lleguen las notificaciones cuando publique actualizaciones de esta historia, que se va poniendo mejor de ahora en lo sucesivo, se los prometo.
Sara
- Hola, ¿cómo estuvo tu día en la base?
- Agotador
- Elí, por favor, necesitamos hablar
- Sí, lo se, ocurre que tengo mucha presión en estos momentos, sobándose un poco el cabello
- Por favor, mi amor, disculpame por lo que dije ayer, cuando discutimos, no debí responderte así
- Tranquila, yo también hice lo que no debía, perdoname tú a mí, por ser grosero contigo esta mañana, no se trata de nosotros en realidad, es que tengo mucha presión, amor, mi comandante me tiene harto, el tipo es un asco y de veras, me estresa mucho, por favor perdóname, sé que últimamente hemos discutido muy seguido, y lo lamento, te aseguro que es por el estrés, te propongo una tregua, este fin de semana estoy libre de guardias, ¿que te parece si nos vamos a la cabaña y pasamos dos días diferentes? te prometo que te compensaré el haberte tratado de la forma en que lo hice.
Decido darnos otra oportunidad así que me acerco a mi hombre y me abrazo a su cuello, besándolo largamente, él entonces me sujeta por la cintura adheriéndome a su pecho con fuerza y me levanta, seguidamente, rodeo sus caderas con mis piernas y me lleva así, cargada a nuestra alcoba, como esperaba nos hemos reconciliado, el acto fué mágico, sublime, tan delicado y a la vez tan fuerte, seductor y sexy como siempre, me eleva hasta las nubes cada vez que me toca y desmayo accediendo a todos sus deseos, a todas sus solicitudes, sin importar cuáles sean, me enloquese con tal facilidad que no resisto su mirada, el roce de sus labios sobre los míos o tan solo su cercanía, me atrapa, cuando está tierno conmigo.
- Amor, en serio, perdoname, me dice entre susurros sobre mi oído.
- Ya te he perdonado, cielo, de lo contrario no estarías sobre mí, te lo aseguro, y apretándolo con fuerza, beso su cuello, espero que este fin de semana nos divirtamos como nunca, ponte creativo, que yo también haré mi parte.
Entre los dos existe una gran química, podemos estar enojados, por días a veces, pero lo cierto es que cuando baja un poco la guardia y me mira a los ojos yo siento rápidamente, cómo todo mi coraje desaparece, y puedo ver que a él le sucede lo mismo, lo que no logro explicarme es por qué cuando se siente presionado estalla su furia contra mí, responde con asperesas, es capáz de olvidarse de cualquier detalle y deja de tenerme paciencia.
- Oye, cariño, necesito que por favor dejen de ocurrir estos desacuerdos entre nosotros, así como tú te estresas por causa de tu trabajo, me gustaría que consideraras que también yo tengo presiones en el mío y que no dejar esas presiones en la oficina está afectando nuestra relación de pareja, ¿me explico bien?
- Sí, amor, perfectamente, perdoname... creo que no termino de deshacerme del coraje antes de llegar a casa, voy a tener que inventarme algo.
- ¿Qué te parece si nos comprometemos a dar una vuelta por el parque caminando antes de llegar a casa cada vez que vengamos estresados, para no recibir al otro con mal humor? se que a veces estamos muy cansados y queremos llegar directo a darnos una ducha, cenar e irnos de una, a la cama, pero tal vez es mejor que si tú vienes mal, te relajes un poco antes de llegar a casa, igualmente yo, ¿crees que funcionaría?
- Es posible, ven ayudame en algo, ambos tenemos un bolso pequeño donde colocar una muda de ropa liviana y unos tenis, ¿cierto?
- Sí, ¿qué quieres hacer?
- Implementar desde mañana lo que acabas de proponer, yo tengo donde cambiarme en la escuela, antes de salir para acá, no se si tú en la empresa podrás hacer lo mismo, pero si llevo un short, una franela y un par de deportivos en el bolso, a diario y tengo un mal día, me cambio y al llegar al parque ejercito un poco antes de venir a casa, así tendré mejor humor para tí, estoy deacuerdo contigo en eso, ayudame a arreglar ese bolso, ¿te parece?
- Sí, me parece, que bueno que te gustó la idea, yo no tengo donde cambiarme, pero igual lo prepararé y de ser necesario me cambio en el auto. Por eso te amo Elí, puedes parecer un insensible hijo de tu madre, cuando andas de malas, pero cuando no, eres un sol, toda una luz radiante, te amo, y besándonos dejamos allí lo que nos había estado molestando.
A pesar de los conflictos, que no faltan, reconozco que soy feliz a su lado, cuando anda con los apellidos revueltos puede llegar a ser el patán más patán sobre la tierra, pero ese, no es su estado natural, la mayor parte del tiempo, es dulce, cariñoso, tierno y detallista conmigo, me invita a salir con frecuencia, me trae detalles cada vez que cobra, es muy atento, eso nunca lo ha perdido.
A veces lamento que se haya ido por tanto tiempo, porque tuve que lastimar a alguien a quien también llegué a querer mucho, ¿qué será de Mauro?, sé que ha estado buscándome, pero no quiero herirlo, él es un buen hombre y no merecía lo que le hice, no merecía mi abandono cuando regresó Elí, pero cómo seguir a su lado si sentía el corazón dividido y la parte de Elí se hacía más grande cada día, no era justo que siguiera a su lado engañándolo, y al mismo tiempo sintiéndome culpable por no poder hacerlo feliz y no ser feliz yo tampoco.
Se que le va muy bien en su negocio, es un buen administrador y planificador, eficiente, dedicado, responsable, tiene muchas virtudes que lo hacen deseable a cualquier mujer, lo que no me explico es por qué continúa solo, ya debería haberme superado.