¿volverá a sonreirme el amor?

Capítulo 8 Mauro

  Mauro

         - Oye, Miguel pasa por favor a mi oficina quiero conversar algo contigo

         - Claro, hermano termino aquí y te alcanzo.. algunos minuos después entraba Miguel a mi oficina

         - Cuentame, viejo ¿para qué soy bueno?

         - Mano ya estamos por entregar los diez locales que faltaban, he estado fuertemente concentrado en el finiquito y tú también, ¿qué me dices si nos tomamos unos tragos y salimos con un par de tus amigas a bailar este sábado?, ¿te animas?

         - ¡Ooooh!, pues claro mi pana, si he estado esperando que tomes la desición de divertirte desde hace mucho, no todo es trabajo, me parece estupendo, déjame que cuadre con dos que tú no conoces, a ver que resulta para tí, ¿de acuerdo?

        - Bueno, pero no te pongas de casamentero que tú tienes de todo, menos de cupido, además de eso no quiero compromisos con nadie.

       - Tranquilo, que la nena que tengo en mente tampoco los quiere, los compromisos la asustan, jajaja

      -  Mientras no sea "una loca" por mí estará bien, esas siempre quieren que las estén llamando e invitando todos los fines de semana y tampoco quiero eso, te lo advierto, tengo demasiadas cosas mejores que hacer, ¿estás claro con eso, verdad?.

      - Seguro que sí hermano a tí no te pichearía con una  loquita, que va, la chica a la que me refiero es bastante independiente, vive sola y ¡tiene una figura,  mi hermano! , está como para chuparse los dedos, por no mencionar lo que le haría, mejor que una bombombum, ¿sabes?

      - Jajaja, ¿qué comparación loca es esa, Miguel?   

      Bueno, ¡es que hablando de chupar cosas!... ya sabes, ¿no? las que te conté... acá y allá. haciendo señas me hacía comprender que se refería al busto y el trasero de la chica, éste amigo mío es todo un pervertido incomparable.

        Llegado el día en cuestión, mi amigo del alma, me pasa recogiendo en su auto, ya viene con las dos damas invitadas, así que subo al asiento trasero y me presento

      -  Hola, mucho gusto, yo soy Mauro

       -  Hola, mi nombre es Laura.

       Esta dama resulta ser un verdadero monumento, es castaña, de cabello corto hasta los hombros, con ojos café de gran tamaño, naríz perfilada, boca algo gruesa, pero delicada, muy bien arreglada con un vestido señido al cuerpo, que detallé bien al bajar del auto en la tasca donde asistimos, su figura, no tiene nada que envidiarle a una guitarra, es de cintura estrecha y caderas amplias, se tongonea suave y coquetamente al caminar,  de mediana estatura, por lo que lleva tacones altos, soy muy detallista y suelo fijarme en las personas, su manera de vestir, de hablar y sus gestos me dicen muchas cosas, no me gusta realmente esta mujer, me ha dado la impresión de falsedad, pero como no vine a enamorarme ni nada similar, sino a bailar porque de nuevo quiero borrarme y llegar sin fuerzas a casa para poder pasar la mitad del domingo durmiendo...bueno ya veremos, quizá surge algo distinto.

        La dama que va con Miguel lleva por nombre Marina, a ella también la detallé, me parece más sencilla que Laura, lleva poco maquillaje, su vestido está menos ajustado, creo que se arregló para divertirse más que para llamar la atención de mi amigo, me agrada un poco más, es trigüeña, lleva el cabello largo, suelto y bastante liso, lo cual  me encanta en una mujer, creo que mi amigo confundió mis gustos, jejeje, bueno igual dá, aunque me guste no pienso enredarme con nadie, muy dentro de mí tengo la seguridad de que volveré a ver a mi Sara y cuando la vea, no podrá eludirme aunque quiera. ¿estaré obsecionado o será amor en realidad? 

       Bueno obseción no creo, me parece que cuando uno se obseciona persigue, acosa, y tiene actitudes raras con la persona objeto de la obseción, yo solo mantengo vivo su recuerdo en mi mente, ya nisiquiera reviso las fotografías que guardo de ella, así que no.... definitivamente no es obseción, cavilaba en mis pensamientos mientras nos dirigíamos a la tasca

       - ¿Qué ocurre Mauro, no has dicho nada desde hace un rato?.... Mauro,  épa, chasqueando sus dedos frente a mí, Laura me hace salir de ellos

         - ¡Aaah! disculpa, laura estaba pensando en algo que debo hacer pronto disculpa que me entretuve, ¿qué decías?

         - Nada querido... que llevas rato sin decir nada, ¿te preocupa algo?

         - Sí un poco, pero ya, está fuera de mi mente, listo, lo prometo

         - Ok, cuéntame un poco de tí

        - No, mi vida no tiene nada de interesante, mejor hablame de  tí, ¿dónde vives, a qué te dedicas y de esas cosas triviales del día a día, te parece?

        - Jajaja, Miguel me advirtió que serías muy evasivo conrespecto a hablar de tí, jejeje no hay problema con eso, te cuento.... y de esa manera llegamos al lugar, ella me contó acerca de su trabajo, su lugar de residencia, edad, y otros aspectos más, acerca de los cuales traté de verme interesado, solo respondí unas pocas de las preguntas que hizo para tratar de conocerme, las  más triviales, siempre he sido muy reservado con mis asuntos y procuro no hablar de mí tan rápidamente con ninguna mujer , los hombre solemos ser menos curiosos respecto a las cosas que hacen otros que estamos apenas conociendo, nuestros temas de conversación son más generales y sin embargo sabemos reconocer quien es quien sin tanta preguntadera personal...

        Después de cenar y conversar un bueno rato nos cambiamos a una mesa del lado del bar para poder solicitar un servicio de ron y bailar el resto de la noche, pues a eso íbamos realmente. El mesero nos dejó el servicio y se retiró, de inmediato Miguel le propuso a Marina bailar, pero ésta se negó momentáneamente, alegando que necesitaba ir al tocador, lo que aprovechó Laura también, dándome la oportunidad de hablar a solas con mi amigo.




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