Volverás a mí

1

Jessica estaba emocionada y nerviosa. No era la primera vez que viajaba sola, pero si era la primera vez que viajaba sola a un lugar tan lejano. No tenía miedo, al contrario, lo que hacía este viaje tan emocionante era que su hermano mayor,Gabriel,ya la estaba esperando al otro lado del mundo.

Había pasado casi un año desde la última vez que Jessica lo había visto. Él había pasado todo el año anterior estudiando en Nueva Zelanda como parte de su programa de intercambio universitario y, ahora que faltaba menos de un mes para que concluyera su estancia en aquel lugar, había invitado a su hermana menor a pasar esas últimas semanas en aquel lejano país antes de regresar a México. Gabriel quería que su hermana conociera todo aquello, sobre todo porque sabía que era fan de El Señor de los Anillos y quería llevarla a algunos de los lugares en los que la película se habíafilmado.

Ya en el aeropuerto, Jessica temía no saber a dónde dirigirse. Su hermano le había dado indicaciones de qué hacer y dónde esperarlo en caso de que ella llegara antes de lo previsto, o de que él se retrasara en llegar, aunque le había asegurado que él estaría ahí para recibirla. Y así fue: apenas terminó  de recoger su maleta, vio a su hermano que ya la esperaba emocionado. Ella corrió a abrazar a Gabriel  ante la mirada de la gente que sonreía ante el encuentrode quienes no podían ser más que hermanos: ambos compartían los ojos y cabello oscuros y tenían facciones muy parecidas.

— ¡No puedo creer que ya estés aquí!— dijo Gabriel.

— ¡Ni yo!— dijo Jessica.—No creo que haya pasado todo un año sin verte. ¡Te he extrañado demasiado!—

—¡Y yo a ti,Jess!Vamos, todavía nos falta el viaje a casa y el  autobús ya debe de estar por salir.

Los hermanos salieron del aeropuerto y abordaron el autobús que los llevaría desde Auckland hasta Albany, a la casa donde Gabriel había vivido todo ese tiempo. Eran dos horas de viaje y los hermanos pasaron todo el trayectoplaticando sobre lo que había sucedido durante ese año en el que no se habían visto. Aunque Gabriel estaba ansioso por saber lo que había hecho su hermana durante ese tiempo, era Jessica quien se moría por saber todo lo que había hecho Gabriel,sobre los nuevos amigos que había hecho, los proyectos en los que había trabajado y los lugares que había conocido hasta entonces.

—Te podría contar mil cosas—dijo Gabriel—, pero quiero que lo veas por ti misma. No sabes cuánto me alegra que hayas podido venir.—

—Hubo momentos que creí que no lo lograría— dijo Jessica —, pero pude adelantar los exámenes finales para salir antes de vacaciones. Terminé este semestre más molida que de costumbre, pero valió la pena. Ahora lo único que quiero es llegar a darme un baño y dormir hasta mañana.—

—Sobre eso…—dijo Gabriel un poco apenado. —No tuve tiempo de decirte: mis amigos supieron que venías y una de ellas quiso hacerte una cena de bienvenida. Sé que vienes agotada, así que puedo llamarle y…

—No, está bien. Me va a dar gusto ir— dijo Jessica. Ella hubiera preferido descansar, pero sabía que a Gabriel le hacía ilusión presentarla a sus amigos y no tenía corazón para decirle que no.

—A ellos también les dará gusto conocerte— dijo Gabriel sonriendo —, sobre todo a Lauren: ella es quien está organizando la cena. Creo que después de mí es a quien más le emocionó la noticia de que vendrías a visitarme.

—¿Y eso?— preguntó Jessica extrañada. —¿No será que quiere quedar bien conmigo porque anda detrás de ti?— añadió en tono de broma, aunque dejó ver un poco su lado de hermana celosa.

—¡Para nada!— dijo Gabriel riendo.—Lauren es novia de mi roomie, Ian. Salen desde el primer año de la universidad. Son mis amigos más cercanos aquí. —

Las dos horas de trayecto se hicieron nada entre tanta plática. Cuando menos lo esperaron, ya habían llegado a la pequeña parada de autobús donde ellos tenían que bajar. Aunque ya se encontraban relativamente cerca de casa y usualmente Gabriel caminaba esa distancia, prefirió pedir un taxi que los llevara. En un principio le pareció a Jessica que era una ciudad bastante bulliciosa pero a medida que avanzaban, el ruido disminuía y las calles que parecían tan concurridas empezaban a quedar atrás y pronto se encontraron en una zona de calles tranquilas rodeadas de árboles.

Gabriel le indicó al taxi dónde detenerse y en cuanto bajaron le mostró a su hermana cuál era la casa. No hubo tiempo para que Jessica se instalara;a penas dejaron las cosas en la sala, salieron de para dirigirse a la villa de estudiantes, donde vivía Lauren, y donde ya los esperaban para cenar. Era un trayecto a pie de 20 minutos pero a Jessica no le importó: después del largo viaje sus piernas agradecieron poder estirarse luego de pasar tantas horas sentada. Antes de salir de la casa, Jessica notó que su hermano había llevado con él un paquete de pasta y una botella de salsa de tomate. Le causó curiosidad pero no hizo preguntas.

La caminata fue tranquila por calles pequeñas rodeadas por árboles y aunque estaba bastante oscuro, su hermano parecía conocer bien el camino e ir sin ninguna preocupación. Llegaron al fin a una calle donde parecía todo más bullicioso dentro y fuera de las casas; claramente era la villa de estudiantes. Cuando llegaron a la casa apenas llamaron a la puerta cuando una chica les abrió. Saludó sin mucho entusiasmo a Gabriel y no hizo caso de Jessica, y tan pronto hubo abierto, regresó dentro de la casa. Jessica trató de no ofenderse, teniendo en mente que los recibimientos y saludos seríandistintos a lo que se acostumbraba en México. Se limitó a seguir a su hermano al interior de la casa y de inmediato se dio cuenta de que serían más personas de las que ella había anticipado que estarían en la cena. En la sala, un muchacho jugaba X-Box sin percatarse de nada y la chica que los había recibido en la puerta había ido delante de ellos en dirección a la cocina, aunque no entró a ella sino que se quedó apoyada sobre la barra que dividía la cocina del comedor y parecía conversar con alguien.




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