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Habían regresado del viaje a Auckland, Wellington y Matamata, y Jessica estaba agotada pero demasiado contenta de haber conocido todos esos lugares nuevos, así hubiera sido un viaje exprés. En los días que siguieron, su hermano e Ian la pasaban jugando World of Warcraft, mientras ella leía o jugaba algún otro videojuego. También aprovechaban a salir a comer a lugares en los alrededores de la universidad donde el ambiente se percibía más lleno de vida. Llegaron incluso a ir a una de las playas cercanas a casa.

Pero los días no eran todos de salidas y paseos: Ian se ausentó en algunas ocasiones para ir a la universidad y presentar algún examen final. A veces Gabriel lo acompañaba, ya no a clases sino a revisar los resultados de sus proyectos. Otros días era Gabriel quien iba a la universidad por un par de horas, pero Ian no iba con él; prefería quedarse en casa. Luego del viaje se había empezado a llevar más con Jessica y ya no le era incómodo estar con ella sin compañía de Gabriel. Procuraban desayunar los tres juntos, pero luego de que Gabriel salía a la universidad, Ian y Jessica se quedaban a platicar: habían encontrado ya temas en común, como las actividades al aire libre que ambos disfrutaban. De vez en cuando jugaban juntos algún videojuego y después iban al supermercado para preparar la comida o la cena antes de que Gabriel regresara.

Así pasaron los días y de pronto el último día de clases en la universidad había llegado al fin. Era viernes por la mañana y los tres estaban desayunando en casa, pero Gabriel andaba deprisa pues tenía que ir a la universidad.

—Estaré todo el día fuera— avisó mientras llevaba su plato al fregadero. —Tengo que hacer algunos trámites para darme de baja como estudiante de intercambio y después habrá varios eventos de despedida para los estudiantes internacionales. Llegaré tarde, no me esperen para cenar—

El muchacho subió a su cuarto a terminar de prepararse antes de salir y unos minutos más tarde ya estaba de camino a la universidad dejando a Ian y a su hermana terminando de desayunar.

—Más tarde yo también tengo que ir a la universidad hoy a revisar calificaciones finales y a unos trámites a las oficinas— anunció Ian —. Podríamos aprovechar a dar un tour por el campus. ¿Te gustaría?—

—Claro, me va a encantar—confirmó Jessica con una gran sonrisa.

Por sugerencia de Ian irían caminando en lugar de ir en el auto y Jessica accedió entusiasmada, ya que su hermano le había contado que para llegar a la escuela de ingeniería, donde él realizaba sus pruebas de laboratorio y tomaba algunas clases, casi siempre lo hacía caminando pues el trayecto era por un parque bastante tranquilo.

La caminata empezó igual que cuando se dirigían a la villa de estudiantes donde vivía Lauren, pero una vez que llegaron a la calle privada, en lugar de girar hacia la derecha como siempre hacían, Ian giró hacia la izquierda, donde el camino continuaba y descendía. Jessica había visto aquel camino pero mientras avanzaban, se dio cuenta que al bajar por ahí, la calle conectaba al otro extremo con otra privada residencial de casas muy parecidas a las de la villa de estudiantes. Cuando se encontraron en la parte baja, descubrió que había una pequeña entrada con unos escalones que bajaban a un largo puente sobre un arroyo. Aquel camino se le hizo la cosa más mágica a Jessica, quien de pronto relacionó que el lugar se llamaba Lucas Creek debido a aquel arroyo.

Terminando de cruzar el puente, tomaron el camino de la izquierda, escondido entre muchos árboles y plantas, y que subía en una ligera pendiente. No tardaron demasiado en llegar a un campo abierto de pastos verdes y pequeñas vereditas que lo cruzaban y juegos para los niños además de algunos troncos tallados e incluso uno con forma de trono. Al frente de ellos parecía haber una especie de plaza comercial, con varios locales y un estacionamiento pequeño. Tomaron una de las veredas que los dirigía hasta el estacionamiento y pronto llegaron enfrente de un edificio con el anuncio de “Biblioteca de la Villa de Albany”.

—El edificio de ingeniería está detrás de la biblioteca, pero nosotros iremos por enfrente, en la otra callecita. Ahí tomaremos el transporte al campus, porque está un poco alejado de aquí—anunció Ian.

—¿Aquí no toman clases Gabriel o tu?

—Sí, algunas. Y nos gustaba demasiado tener casi todas las clases aquí porque si se nos hacía tarde, lo cual nos pasó muchas veces, tomábamos el camino del puente y llegábamos corriendo en 10 minutos. Esta vez vamos al campus porque allá están las oficinas de asuntos estudiantiles.

Siguiendo a Ian, llegaron a la calle donde ya había un shuttle listo para salir al campus principal. Empezaron el recorrido y de nuevo Jessica notó que la calle que habían tomado era la misma por la que habían ido de compras al supermercado y al centro comercial. Esta vez pasaron de largo y un tramo más adelante, el shuttle dio vuelta a la derecha. Parecía en un principio otra calle común y corriente, pero en realidad ya se encontraban en la propiedad de la universidad. Al fondo del camino se veían edificios blancos de tejas naranjas, que estaban en lo alto del terreno. No había una gran entrada anunciando el nombre de la universidad, como Jessica había esperado, pero al ir avanzando notó que en medio de un sencillo arreglo de plantas se alzaba un pequeño muro con el nombre de la universidad  que les daba la bienvenida.

El shuttle los dejó frente a uno de los edificios principales y tan pronto bajaron, Ian guió a Jessica hasta otro de los edificios de la plaza principal. Él le pidió que la esperara en una de las pequeñas salitas fuera de la oficina a la que él se dirigía entre tanto él terminaba un trámite rápido. Mientras Jessica esperaba, pudo notar que aunque ese era el último día de actividades en la universidad, aun había bastantes estudiantes por todo el campus. Ian regresó uno 15 minutos después dispuesto a darle todo un tour por el campus de la universidad.