Volveré, pero tal vez en otra vida

07

Si pregunta que por qué me he marchado sin adiós,
dile que ella sabe cuál es la razón…

Parte uno: Cumpleaños de Tate

 

Tu papá ganó, no te quedo de otra más que regresar a tu casa.

Me había acostumbrado tanto a ti, que los primeros días fueron difíciles. No podía dormir, me angustiaba pensar que es lo que estaba pasando en esa casa. Nunca había deseado tanto el despertar temprano para ir a la escuela y ser recibida por tus brazos.

En la primera semana, las cosas salieron bien, no hubo ningún moretón o marca nueva. Ambos estábamos nerviosos e inquietos por la “forma amable” con la que actuaba ese señor. Para nosotros no era más que una forma de manipulación. Te acompañaba todas las mañanas a la entrada de la escuela. Cada vez que lo veía, me daba la vuelta y esperaba a que se fuera para poder entrar. Su trabajo no le permitía ir a la hora de salida, sino fuera por eso, estoy segura de que también estaría ahí esperando por ti. Lo que sí hacía, iba por ti a tu trabajo para llevarte a casa y que no te escaparas.

Con ese sistema cumplió lo que quería: mantenernos alejados.

Aprovechábamos cada minuto y segundo que la vida nos daba. La escuela fue de mucha ayuda, entrabamos a las mismas clases sin importarnos que fueran a diferentes horas. En los ratos libres nos encerrábamos en nuestro escondite secreto, solíamos hablar, hacer planes para el futuro, abrazarnos y besarnos, sobre todo, eso último. Los besos no podían faltar, especialmente los de la mejilla y el cuello cuando me abrazabas.

Lo difícil llego al final del semestre y las vacaciones, nuestros pocos momentos para estar solos, habían desaparecido. No podías escapar, ya que se daría cuenta en segundos, tenía espías en todas partes. Y ni hablar de que yo me apareciera en tu casa, era lo doble de peligroso.

Nuestro segundo escondite fue tu trabajo. Solo podíamos vernos una hora en tu descanso, esos sesenta minutos eran valiosos y hasta cierto punto dolorosos. Comíamos detrás del local, nuestra vista era un mural lleno de flores y artesanías que no habían salido bien. Tus jefes no tenían problemas con mis visitas mientras no interfiriera con tu trabajo, eran las personas más amables que he conocido en mi vida, decían que éramos como Romeo y Julieta, no lo había pensado teniendo en cuenta cómo termina esa historia. Quien diría que no hubo tantas diferencias.

Hoy quiero recordar ese día, es un gran recuerdo que merece estar aquí. Hubo de todo, tanto cosas agradables como malas, pero al final, todo salió bien. Muy bien.

 

Día: 22 de junio de 2023   Hora: 9:03 am   Lugar: Sala de mi casa

 

Por las vacaciones dormía tarde y despertaba tarde, pero ese día desperté temprano. Inicié en la sala y después en el comedor, decoré con todas las cosas que la abuela y yo compramos un día antes. Todos los adornos fueron dorados y negros, eran tus colores favoritos. Pegue uno de los típicos carteles con las letras de feliz cumpleaños y flores, muchas flores. Ame esa temática.

Compre las flores que más me recordaban a ti, no me preguntes sus nombres porque no los sé, recordé esa frase de Shrek: Vi esta flor y pensé en ti porque es bonita. Mi abuela fue la que sugirió que fueran artificiales para la decoración, pero como parte de uno de tus regalos hice un enorme ramo de cada una de las flores que tenían en la florería.

Y ese no fue el mejor regalo, el otro que tenía era algo muy especial que me costó mucho conseguir y guardar el secreto. Todo valía la pena con tal de que fueras feliz.

Lo que más tiempo me llevo fue preparar una comida especial, pase días pensando cuál sería el menú perfecto. Mi abuela tenía ganado tu estómago, me tocaba a mí tener ese privilegio. Hice unas deliciosas enchiladas suizas y un precioso pastel red velver decorado con la temática de flores.

Como diría mi abuela: estuve todo el día friega. No me senté en todo el día.

¿Ya he dicho que te amo?

─Vaya, hace mucho que no veía así de linda la casa. Por favor dime que nos vamos a emborrachar hasta el amanecer.

─¡Abuela! No te conocía esos modos.

Reíamos mientras le maquillaba los ojos. Ese día su conjunto era negro con estilo algo rockero. Se veía muy bien, como Olivia Newton en Vaselina.

─Es broma, a esta edad, cuando mucho aguanto dos tequilas.

─Va a hacer algo tranquilo, solo va a venir Jos y Jeremy.

─Las dos sabemos que Jos con una cerveza es suficiente para que algo tranquilo termine con un oficial de policía en la puerta con una queja de algún vecino.

Lo peor es que era verdad y lo gracioso es que lo dice porque fue lo que paso en mi cumpleaños.

─Bien, abuela, ya estás lista ─besé su frente─. Puedes seguir viendo tu telenovela mientras que yo voy por el cumpleañero.

Desde que abrí los ojos en la mañana, esperaba que llegara ese momento, el poder verte.

Camine por las calles con una gran sonrisa y el ramo de flores en una mano. El sol se preparaba para ocultarse, lo que hacía que el cielo tuviera un precioso color rosa. Eso me alegraba más.




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