Hay un par de niños que aparte de mí, nadie los puede ver.
Empecé a verlos cuando tenía seis, ahora que pasaron diez años, no se han ido. Quisiera escuchar sus voces pero tienen la boca tapada con cinta, la tienen alrededor de la cabeza tan justa que los lastima. Quisiera saber de qué color son sus ojos, pero alguien se los arrancó. No pueden escapar pues alguien les cortó sus pies, intenté ayudarlos a buscarlos, yo que sí puedo ver… me temo decir que les fallé.
Podrían caminar si solo encontrara eso, pero las veces que bajé al sótano papá lo cerró enojado diciendo que hacerle caso a esas voces haría empeorar mi estado.
Le dije a la policía dónde están sus cuerpos, pero no sólo no me creyeron, desde entonces voy al psicólogo así que supongo que algo está mal conmigo.
Siento pena por ellos, lloran sangre sin parar, suplican, quieren paz. Les faltan diferentes partes tanto internas como externas, no pueden moverse porque les duele.
La semana que viene me voy a mudar obligatoriamente y seguro no los volveré a ver, están atados al lugar donde fallecieron.
Creo que debería decirle a mamá que vi a esos niños cuando estaban con vida, que quizás fui el último en verlos, y que estaban de la mano de papá al entrar en casa.
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Editado: 13.01.2025