Me levanté un día como cualquier otro pero ya nada era igual, las cosas que conocí las estuve mirando con otros ojos, y las cosas que solía ignorar empezaron a afectarme. Lentamente una especie de fin del mundo llegó, y no supe qué hacer más que mirar y esperar a que me toque a mí también. O es solo mi perspectiva que cambió, no sé.
Empezó una mañana con algo pequeño, y se fue agrandando, creo que una cosa te lleva a la otra y así. Si los problemas no se arreglan, se agrandan.
El lago que está más al norte del país desapareció para convertirse en un mar de basura. Después fueron las plantas, la vegetación alrededor empezó a ser de plástico y olía mal. En varios sitios comenzó así, con los lagos y las lagunas, luego el pasto, las flores y los árboles. Al cabo de un mes fueron las cosas inorgánicas. Los juegos de las plazas, los edificios y los autos. Todo era una basura.
Por si fuera poco, en unos meses esta especie de enfermedad nos llegó a las personas. Al inicio vomitábamos negro junto con residuos. Luego nuestras extremidades se entumecieron y se endurecieron. Nos volvíamos de plástico.
Escuché que dijeron que debíamos reciclar más, pero pocas personas lo hicieron. Al final seguimos con vida pero con una miserable. Nosotros ya no somos nosotros. Nos contagiamos entre todos y somos unos monstruos. El planeta murió por nuestra culpa, este es un especie de apocalipsis. ¿De qué sirve tener vida si vas a ser de plástico?
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Editado: 21.01.2025