Volví para ver si estabas pero nunca nos cruzamos otra vez

Una noche zombie en el centro (Terror)

Me preparé lo más emo que pude con mis borcegos, collares, una remera de Paramore, pantalón negro y maquillaje gótico. Fui a tomar el colectivo para ir a la downfalls como hago una vez al mes con mi grupo de amigas. Pero como siempre yo fui la primera en llegar al McDonald 's del obelisco, nuestro punto de encuentro habitual ya que podemos comer, tiene baño y todos conocen su ubicación. Después de casi 30 minutos cayeron una a una. La primera fue Laura que decía que siempre llego puntual porque yo vivo cerca del centro y ellas en la loma del ojete pero la realidad es que ella tampoco vive tan lejos. Después llegó Noriko, más tierna que Dark. Y por último llegó Misato, con su inconfundible sonrisa y buenas vibras.

Una vez que llegaron todas nos fuimos del lugar y empezamos a escabiar mientras caminábamos a la downfalls. Cuando llegamos paramos en la puerta a tomar lo que quedaba. Este día iba a ser el mejor ya que el especial nos gustaba a todas, el versus tenía sus cosas y el miniespecial nos copaba a la mayoría. Hoy tengo más energía de la usual.

Al entrar a las 00hs estaba casi vacío pero no nos queríamos perder ni una canción y menos los stickers gratis que ponen a los pies del escenario. Lo primero que hicimos fue comprar algo para tomar y nos horrorizamos al ver los nuevos precios. Este país como siempre con inflación. Después aprovechamos el espacio para sacarnos fotos en la decoración que armaron los organizadores. Algunas dejaron cosas en el guardarropa pero yo siempre voy con mi riñonera y pocos artefactos como mi celular (al cuál no le doy bola el resto de la noche), papel, la sube y las llaves de mi casa. Pero esa noche nos cruzamos temprano con Santy, nuestro amigo pelilargo, y se ofreció a guardar mi riñonera en su mochila. Alega que siempre la deja al lado del escenario y no pasa nada. Desconfíe, pero ilusamente confié y se la di.

Pasada casi 1 hora empezaron las mejores canciones y por ende, el pogo. A la mayoría los conocemos de cara, de nombre, por el grupo de WhatsApp, por otras downfalls, pero al que siempre nos cruzamos es a Santy. Se emocionó al vernos y estuvo con nosotras lo que duró esa noche. Siempre poguea y en el medio. Los dj estaban ocupados hacían su trabajo pero se daban un lugar cada tanto para hablar por el micro y preguntar cómo la estábamos pasando. Todo iba bien, hasta que pasadas unas 2 horas más, de la pista electrónica de arriba comenzaron a bajar un par de personas. Al lado de la escalera estaba Noriko sentada en uno de los sillones y le pareció raro que ellos hayan pasado al de seguridad que siempre está en la línea divisoria que cuida que los de la fiesta electrónica no pasen abajo donde estamos nosotros.

Al principio solo un par los vieron, yo estaba en el pogo con Santy, Misato y Lau pero notamos que todos miraban las escaleras así que paramos y al poco tiempo los dj también frenaron la música e intentaron echar a las personas que bajaban torpemente con cara de tontos. Primero eran un par y después fueron varios. No fue que nos empezamos a asustar hasta que la primera persona que bajó se abalanzó sobre un chico y lo empezó a morder con ferocidad y los gritos no se hicieron esperar. Luego, los que bajaban hicieron lo mismo al llegar abajo. Ahí fue el caos.

Con la escasa luz que había y no entendíamos bien lo que pasaba, todos empezaron a correr a la otra escalera para dar a la salida. Nosotros gritábamos el nombre de Noriko, pues la habíamos perdido. Nos agarramos fuerte de las manos e intentamos salir como los demás pero algunos se caían por la escalera, se generó una avalancha humana. Nos empezamos a desesperar al ver que de un lado venían ellos y mordían todo a su paso, y del otro no podíamos salir. De repente Lau tomó el mando y dijo “Yo los saco como sea”. Me agarró fuerte del brazo y yo hice lo mismo con Santy que venía atrás mío y él lo hizo con Misato. Nos abrimos paso en la escalera, pisamos escalones y a veces gente. Me sentí muy mal pero, ¿qué se puede hacer en un momento extremo?

Llegamos arriba y pudimos empujar a personas sanas y a ellos que querían mordernos, hasta que llegamos afuera. Todavía era de noche, habían interrumpido el especial así que eran alrededor de las 3 de la mañana. Primero creímos que los de arriba habían consumido algo que los dejó en estado rabioso. Pero nos dimos cuenta que afuera el panorama no era distinto. Había grupos de gente que se peleaban entre sí, los que parecían rabiosos y los que no, los que atacaban y los que se defendían. Las calles eran un quilombo. Había autos chocados, la gente peleaba, había personas atrincheradas en colectivos por miedo a bajar y enfrentarse con la realidad. Lo más terrible y asqueroso fue la cantidad de sangre en diferentes partes del suelo. Entonces, vimos que había varios heridos por mordeduras en diversos lugares. Nos quedamos quietos solo viendo todo. Ninguno hablaba, no sabíamos que hacer, la gente corría y gritaba.

De adentro de la downfalls empezaron a salir esos seres, entonces supimos que teníamos que correr nosotros también. Pero, ¿a dónde pensábamos?

—¡Hay que ir al Mcdonalds! —dijo Misato.

—¡Pero todavía no, falta Noriko! —dije yo.

Entre la gente que empezó a salir del interior del edificio, salió ella. Estaba herida, la habían mordido. Santy se sacó su camisa cuadrille y envolvió la herida del brazo de Noriko en ella. Nos quedamos unos segundos asistiéndola. Pero cuando levantamos la cabeza teníamos una ola de ellos acercándose para mordernos también, así que empezamos a correr en dirección a la calle Hipolito Yrigoyen. Entre gritos nos dimos a entender que el Mc Donalds sería el primer lugar en caer si después de un partido no podía sobrevivir, menos de un ataque como el que vivíamos. La que vivía más cerca era yo pero hasta llegar a mi casa nos teníamos que tomar un colectivo por lo que yendo a pie íbamos a tardar al menos 30 minutos.




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