Voracidad

19. Vástagos I.

Una campanada significa la hora.

Dos campanada significan peligro.

¿Tres campanadas?

Tres campanadas pueden significar muerte... mi muerte.

La razón detrás del porqué los niños lloran al nacer debe ser dolor, algo tan simple pero que a las personas les gusta complicar, solo por el hecho de que no tiene sentido que un pequeño niño conozca el dolor desde que viene a este mundo. Es tan irrisorio. Tan... tan... tan depravado pensar tal cosa.

Pero es cierto, ¿por qué no lo sería?

Caminando entre incertidumbre y sombras que estiraban la mano para tomar un poco de luz, para llegar a la tierra prometida, dónde hay más que dolor y sufrimiento, una persona lucha por sobrevivir al monstruo más grande que alguna vez haya visto; ella misma.

Para tener una oportunidad.

Para ser feliz.

Nunca antes habían habido razones más estériles que esas, pero aún así contra todo pronóstico estaba luchando y... ganando.

Quedar agonizante en el pasto, como si le hubieran drenado toda la energía fue suficiente para que el lobo se mostrara más receloso con ella, puesto que era consciente que ya habían terminado las pruebas para Nixten.

—¿Quién eres niña? —preguntó Sr. Dazztel viéndola desde lo alto—. ¿Quién serás?

El hombre se veía triste, decaído sin alguna razón aparente.

¿Por qué?

¿Por qué era...?

¿Por qué se sentía triste?

¿Por qué la culpa parecía querer comérselo?

¿Por qué?

¿Por qué...?

¡¿Por qué carajos?!

Simplemente no lo entendía.

—El lugar donde nací era extraño, tenía alguna obsesión con la campanas que nunca logré entender —la voz del caballero sonaba plana como si estuviera hablando a la nada o solo diciendo algo que ya tenía palabras propias—. Recuerdo que había una gigante en medio del pueblo, éramos pocos los que vivíamos ahí y la podías ver de cualquier lado. Todos se conocían con todos y de esa misma forma funcionaban las demás cosas, a veces era asfixiante pero bastaba. Me era suficiente, hasta que un día... ya no lo fué.

»La ambición puede sacarte de dónde quieras y puede darte lo que deseas, pero el precio es una transformación que en realidad no logras concebir; la tuya. Y puedo decir que, generalmente, esa es solo una de las peores consecuencias. ¿Sabes cuál es la primera? —preguntó con ira—. Perder todo lo que amas y que sea absolutamente tu culpa, la de nadie más. Nunca es la nadie más.

Una risa seca salió de su garganta y transformó su rostro en una mueca de cinismo que perturbaba lo grácil de sus rasgos.

—Es una pena que la comunicación entre tú y yo no sé pueda más allá de esto —le dijo como si nada al lobo que parecía querer saber más—. Me le haces saber a Nixten que no me debe nada —el gigantesco lobo negro se acercó con el pelaje erizado—. Tranquilo chico, que nada es lo que tramo contra dueña.

Para ser tan grande y desconfiado el lobo era demasiado silencioso, no gruñía o hacía cualquier sonido natural, eso era extraño porque esa particularidad era más bien propia de los felinos. Aunque los ojos naranja audaces, la constitución del cuerpo y la forma en que se movía hacían saber que estaba alerta todo el tiempo, al acecho como el cazador natural que era.

—Aunque tú eres un asunto diferente —susurró con una sonrisa de autosuficiencia—. Verás, yo realmente quiero saber cómo es que todavía existe alguien de tu especie, y más aún, cómo es que estás protegiendo a este chica sin líneas.

Un gruñido bajo y casi silencioso salió del lobo para chocar con la magia del caballero, una advertencia que fue tomada con seriedad por parte del pelirrojo.

—¡Lo sabías! Pero claro que lo sabías, de seguro no hay nada que no sepas de ella —extendió los brazos, demostrando su exaltación—. La conoces tan bien que podrías recitar lo que sentía en sus aventuras. —Bufó volviendo a ser serio de nuevo—. Pero basta de eso, que el asunto importante aquí es como estás vivo, digo, ni siquiera deberías... tu especie sufrió el mismo destino que mi pueblo, pero... —Se río a carcajadas como un demente—. ¡Eh, aquí, un lobo negro frente a mí... vivo y con una compañera! Eres un vástago de la historia de estas tierras pertenecientes al Mar Verde y sus malditas coronas llenas de sangre, que al igual que yo, deberían haber desaparecido. —La ira y el resentimiento profanaron su voz—. Pero no, aquí estamos; tú, vivo y unido a esa pobre muchacha, yo, sin ser capaz de morir o de vivir, y las coronas... ¡Oh, las coronas, las coronas! Quién sabe que es de ellas, al menos yo no lo sé, pero estoy seguro que ese error se volverá a alzar y cómo no, lo hará con sangre.
 

*****
Dato curioso; como se habrán dado cuenta Nix y el lobo son, por así decirlo, dos seres diferente y además él es una especie "extinta", así que aquí la palabra "compañera" no funciona para pareja romántica. Yyyyy... Bueno, ya también saben que tanto Sr. Dazztel y él son de la misma época, ¿cómo es posible? Ya lo veremos...😏

Para adelantos e información puede unirse al grupo de facebook: Sr. Jazz.

Ahora, me disculpo por la demora pero es que me ha pasado de todo y mi cabeza no ha cooperado mucho🙃... He tenido bloqueos y muchos momentos dónde no puedo ser capaz de plasmar en palabras las escenas 😅

Peroooo, bueno, nos vemos a la próxima, por el mismo canal 😂😂😂



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En el texto hay: fantasia, romance, magia

Editado: 22.06.2023

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