Vortex

Capítulo 2: Cambio de vida

Escucho el murmullo de personas a mi alrededor, poco a poco logró recuperar mi vista.

—Está despertando — se escucha en el fondo de la habitación.

—¿Qué pasó? — digo atormentado.

—Estás bien hijo — dice mi mamá.

Noto en su tono de voz que está preocupado o triste, no sé qué está pasando.

—Ganamos — replicó.

—Sí, ganamos. También perdiste — dice Héctor.

—¿De qué hablas?

El doctor entra al cuarto.

—Hola Víctor, soy el Dr. Cannavaro de la unidad de traumatología — dice.

—¿Puede darme una explicación de mi situación actual? — digo.

Pasan unos segundos de silencio incómodo. Saca la radiografía de mis piernas, parece que nada está bien.

—Te hicimos varios exámenes y a pesar de que tratamos de reconstruir tus pies, pero no podrás volver a caminar — dice.

Siento como se me va el aire del cuerpo, solo comienzo a gritar como loco, como todo un desquiciado como si tuviera problemas mentales. No puedo creer lo que ha pasado. Una enfermera toma mi brazo y me inyecta algo.

Más noche …

—Hola — digo después del efecto del medicamento.

—Es un gusto verte Victor — dice una voz.

—¡Pápa!

—No pero estás cerca.

—Puta madre, sigo alucinando.

—Así parece

Mi vista se aclara y una persona enciende la luz de mi cuarto.

—¿Quién eres? — digo un poco exaltado.

—Soy … un mensajero, digámoslo de esa forma — dice.

—Dime un maldito nombre antes de que te golpee …

—Me darás una patada

Como puedo me aviento a él pero caigo al piso. Puedo ver como mis piernas están hechas un nudo y unidas como si se tratará de un trabajo de costura barato en una fábrica en algún país asiatico.

—Vengo aquí porque parece que puedes ser el elegido — dice el sujeto desconocido.

Me tomó de los hombros y me colocó en una silla de rueda, me empujó a algún lugar para que reflexione o me calme.

—Dime que mierdas quieres — digo enojado.

—Ese enojo, ese egoísmo, ese ímpetu fue lo que te trajo problemas y ahora estás sin piernas — dice el desconocido.

Caminamos un buen trecho hasta un vehículo que parece blindado, dos sujetos se bajan para ayudarme.

—¿A dónde me llevan? —

—A un lugar en donde te den esperanza — dice.

Me siento atrapado en este lugar, como si fuera secuestrado o algo parecido. No sé nada de mi familia o amigos, no sé porqué me pasa esto a mi y ahora en un momento cumbre. Mientras divago uno de los sujetos saca su radio para informar que hay un posible candidato para el experimento.

Tomando una carretera larga hasta un edificio de investigaciones médicas, no sé si esta puede ser mi esperanza.

—Bienvenido a TALOS , el mayor centro de investigación científica para personas como tú — dice el sujeto desconocido.

Un equipo me espera en la salida con una camilla, no sé para qué me quieren o que necesitan de mí, pero solo con ver como es el edificio me puedo percatar que todo es sumamente costoso.

—En TALOS nos preocupamos por los atletas que tienen limitaciones con sus cuerpos, los entrenamos y damos equipo para poder enfrentar la vida y ante todo crear deportistas de alto rendimiento —

Los pasillos están llenos de cuarto con personas entrenando y algunas con partes corporales faltantes: sin brazo, manos, o pies pero están sustituidos por piezas robóticas.

—Será alguna especie de terminator o astro boy — digo incrédulo.

—Ellos fueron atletas como tú, tuvieron un desafortunado accidente y jamás pensaron que podían ser iguales o volver a una vida normal. Ahora tienen una segunda oportunidad y lo mejor de todo, los becamos y no se preocupan por los costos — dice el desconocido.

Esto me huele mal, no puede ser así de sencillo además de que no escuche de esta organización en todo el tiempo de existencia.

—Te mostraré algo —

Un cuarto especial como si fuera un cine.

—Reprodúcela — dice.

Comienza lo que parece ser un video introductorio que hacen en las empresas o en las viejas películas de los años noventa.

— Bienvenido a TALOS futuro aspirante. Estás a punto de conocer nuestra dedicación y años de investigación en el área de la biorobotics y diseño corporal humano. Así es, muchos de los atletas que ves tuvieron un accidente en sus trabajos, deportes o en casa, pero nosotros les damos una oportunidad. Gracias al apoyo de nuestros benefactores puedes gozar de los beneficios de la tecnología moderna para tu uso y diario vivir además que estamos tratando de crear nuestra liga de atletas en diferentes ramas para las futuras olimpiadas. No lo pienses más y ven con nosotros. TALOS , siempre pensando en el futuro—.

—¿Por qué tuve que ver este comercial? — digo decepcionado.

—Podemos ayudarte a operar tus piernas

—El doctor dijo que no se puede

—Es lo que él dice, ahora te ofrezco la oportunidad de que puedas caminar y formar parte de nosotros en el apoyo a la reconstrucción de huesos humanos— replica.

—Hay un precio oculto en esto

—Tendrás doctores de calibre alto que no tienen limitaciones tecnológicas y recursos médicos, serás patrocinado, serás un atleta entrenado y además tus padres no podrán con un gasto millonario como el de tu cirugía y medicamentos a largo plaza— dice el desconocido.

—Quiero estar en el hospital

—Escucha si cambias de opinión, toma mi tarjeta y llámame cuando estés listo — dice.

Me extiende su mano con su número y nombre. Señor Phineas, esperaba algo más serio, pero esto no es nada.

—Te devuelvo a tu paz — dice mientras da un fuerte aplauso.

Despierto en la cama del hospital, todo parece que fue una pesadilla, pero fue real y lo sé debido a que tengo la tarjeta de Phineas en la mano.

No puede pegar los ojos en toda la noche, mis padres fueron a visitarme una vez se hizo de día y yo seguía pensando en cuál era mi futuro. Programaron una operación para tratar de conectar nuevamente mis huesos de la pierna y es allí , en ese momento en donde sus palabras repercuten en mi cerebro. Luego de hablar con el doctor, ellos entran al cuarto.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.