La isla de Petén está en mano de TALOS y no puedo hacer nada al respecto de esta situación, porque al final fracasó en esta misión. Wyatt nos solicita en la base para trabajar en un nuevo plan, pero no sé en qué consiste.
—Chicos, es un gusto que estén aquí — dice Wyatt.
Nos sentamos en la sala de reuniones.
—TALOS cada vez se está expandiendo más y eso me preocupa, más al saber que mi hermano está tratando de llevarnos al carajo — dice.
—Tenemos a Victor de nuestro lado y ahora con la cura puede combatir — dice Luna.
—Tenemos que rescatar a mis amigos — digo.
—Lo sé, pero creo que lo mejor es rendirnos —dice Wyatt.
El líder de esta organización nos pide que nos rindamos ante la situación que estamos viviendo , después de que casi pierdo la vida en búsqueda de unas raíces que me salvaron la vida y un gran gurú natural, me lleva el carajo. Una mentalidad derrotista no es lo mejor que podemos esperar de nuestro líder.
—Podemos acabar con TALOS, debemos atacar la base — digo.
—Es una locura — dice Mitch.
—La única forma de rescatar a todos es destruyendola, ya tienen la isla para producir la cantidad de mercenarios y vender, debemos derrocar — digo.
La sala se llena en silencio por todos, me siento solo y lo mejor que podemos hacer es esta opción.
—Tienes razón — dice Wyatt.
—Gracias.
—Pero es arriesgado y además como destruir una base, podemos estar metidos en un problema legal y civil. Pensarían que somos terroristas — dice Wyatt.
—Puedo hacer algo — dice Luna.
Ella se quita la mascara: una chica linda, con raices latinas y pelo negro, sin duda mi clase de mujer.
—Puedo hacer una confesión y que sea trasmitido por todo el mundo, para que conozca la verdad de TALOS. Aun recuerdo los experimentos que hicieron dentro de mí y escogí el lado bueno de la historia — dice Luna.
—¿Cuál es tu nombre? — digo.
—Elisa y soy hermana de Melanie — dice.
—Espera, ella tenía una hermana — digo.
—Sí, ambas tuvimos caminos distintos, pero nada que hacer por ella— dice.
—Me da gusto saber que la chica que me vuelve loco tiene una cara, pero te expondré públicamente y puedes ser buscada — digo.
—Estoy dispuesta a tomar ese riesgo — dice Elisa.
—Tenemos un plan A , pero como atacamos la central de TALOS — dice Armin.
—La central tiene un reactor, si se sobrecarga podemos destruir la base por completo — dice Mitch.
—¿Qué pasará con mi hermano y Malakias? No podremos librarnos de ellos tan fácil — digo.
—Si hay que matarlos, se hará — dice Wyatt.
No puedo permitir que se haga eso, pero supongo que es el destino hablando. Héctor tomó una mala decisión para ser un simple siervo, pero no deja de ser mi hermano. Después de la reunión procedo a dormirme y pensar todo con mayor claridad, la situación ha estado muy tensa y no sé qué puede pasar hasta el momento.
Mientras la noche pasa, escucho el ruido de las alarmas y como el retumbar de los muros se da. Al ver afuera de mi cuarto, veo que es un ataque de TALOS, lanzando granadas y mandando a sus mercenarios a destruir la base de MISTICA.
En ese momento activamos nuestro traje y respondemos a las acciones hostiles de los muchachos. Golpeo un par de sujetos, mientras uso la velocidad para desarmarlos. Lo peor de todo es que no se defienden de ninguno de nuestros golpes como lo son Armin y Luna. Varios trabajadores sacan armas y disparan para repeler los ataques de soldados que tienen armamento pesado.
De un momento para otro, el ataque se calma y todos nos ponemos en calma ante la situación, pero nada de eso es normal. La paz no era de calma sino de algo peor.
Lo peor que tanto presentía, estaba en forma de megáfono:
—Queridos miembros de la ciudad, acaban de ver lo que hace MISTICA, atacando civiles inocentes y personas que solo cumplian con su deber … —
—¿Qué carajos pasa? — digo.
—Con el poder que me da el gobierno de esta ciudad, declaró enemigo público a: Victor, Elisa, Wyatt y Armin como enemigos y que sean capturados para enfrentar un juicio justo y que paguen por sus delitos —.
Trato de guardar la calma ante la situación, trato de ver cómo todo se pinta, los soldados han caído y hay sangre en nuestras manos y conciencia.
—Huyamos — dice Wyatt.
En ese momento todos activamos nuestros trajes y huimos de la redada que se nos acerca. Ahora no somos héroes sino fugitivos de la ley.