“ Capítulo 4: La Isla ”

La alarma que puse para comenzar ha arreglarme comenzó a sonar y por lo tanto yo tambien comence a prepararme para la expedición de la noche, y así poder demostrarme a mí mismo de que mi familia  estaba completamente desquiciada y que yo era el único que por lo menos mantenía la cordura, sonaba un poco egocéntrico, pero por algo es que soy el unico que ha quedado en pie.

Tampoco quise llevar muchas cosas, ya que era más que probable  que no ocurriera nada, pero por si acaso, cogí mi mochila y la llene con unos alicates, martillo, cinta americana y una cuerda. Mi abuelo había escrito en sus libros que en la isla se encontraba una casa, pero que lamentablemente estaba cerrada, así que si de por casualidad de la vida había un milagro y la isla de Houdini se aparecía yo quería pisarla he inspeccionar los alrededores. También por si acaso me prepare un café para así poder estar bien despierto y no sucunvir al sueño.

• 11:30 pm, ya es hora de comenzar la aventura. - Dije mientras colocaba mi mochila en la camioneta y ponía en marcha el motor.

Con la camioneta me tomaba exactamente veinte minutos en llegar al lago, por lo que me sobraron diez minutos para así poder tumbar la cabeza y disfrutar de la vista al lago en una noche tan iluminada por la luna y el cielo estrellado. Independientemente de que pasace algo o no, como sea iba a disfrutar de la noche. La temperatura estaba genial, ni mucho frío, ni mucho calor, simplemente la calida fresca brisa de la noche y un buen libro llamado ‘Arquitectura contemporánea en contexto patrimoniales, escrito por Pablo Vázquez Piombo. Como no, siguiendo aprendiendo acerca de lo que se me da mejor, la arquitectura.

• 11: 55 pm. Ok vamos a ver que se cuece. - Dije sentado dentro del vehículo.

Posicione la camioneta frente al lago, para así poder simplemente ver todo desde la comodidad de mi asiento, baje los cristales para que el aire me diera mientras esperaba el “gran momento”. No voy a mentir cuando digo que un lado de mi quería que algo sucediera. Vortex me ha sorprendido mucho desde que di mis primeros pasos y puedo testificar en gran manera de que tiene algo de magia, pero no se si esta sea la magia a la que me refiero, es cierto que al principio tuve un momento un tanto...paranormal y extraño, pero eso no quiere decir que no haya sido imaginaciones mías.

• 00:00 am. Veamos.

Damas y caballeros, el momento de la revelación había llegado, yo estaba nervioso, verdaderamente mi piel se puso un poco de gallina.

• Hector, no te dejes llevar de las emociones, eres una persona con un perfecto raciocinio. - Me dije a mi mismo para poder concentrarme.

El agua no se movía en lo absoluto, el viento estaba calmado y solo se podía ver la luz de las luciérnagas revoloteando cerca de la orilla del lago, la luna en lo más alto un cielo totalmente despejado y solo yo, apreciando todo este paisaje, solo para mi… un momento.

• ¡Pero que leches! - Reaccione mientras observaba el lago. 

De la nada, sin ruido y con un solo parpadeo, la dichosa y aclamada isla apareció. No me lo podía creer, tenía razón. Mi abuelo verdaderamente tenía razón en lo de la isla. Salí de la camioneta junto con la mochila colgando en el brazo, intente sacar el móvil para así poder documentar lo que estaba sucediendo, pero luego me detuve.

• Espera un momento ¿Que hago? No voy a ser como esas personas que graban todo, para luego publicarlo… - Dije en mi mente.

Respire profundamente y tranquilice mis sentimientos, necesitaba evaluar qué es lo que estaban observando mis ojos. Comencé a buscar en la orilla del lago una barca para así poder llegar a esa isla. Por casualidad encontré una que estaba estacionada en el lado opuesto en donde había puesto la camioneta. Cuando por fin entre en ella y comencé a remar, nuevamente comencé a analizar.

• Solo en un abrir y cerrar de ojos...simplemente apareció ¿En dónde me estoy metiendo?

Mientras remaba, por más de una vez pensé en ir directamente al psiquiatra, otras tantas pensé que la isla era solo algo producido por mi mente para intentar aliviar el dolor psicológico que mi familia dejó al irse. Volví a mirar, para asegurarme de que siguiera ahí. La podía ver, pero tenía que sentir la tierra para estar cien por ciento seguro de que no era una clase de espejismo.

Seguí remando hasta llegar estar a unos cuantos centímetros de tocar tierra. - Se ve muy realista. - Dije mientras extendía el brazo para sentir el pasto. Al instante en que la yema de mis dedos pudieron sentir la fría hierba, la piel se me puso de gallina.

• Es...real, es real. - Dije mientras mis ojos se abrían como platos listos para ser lanzados al suelo.

Di un pequeño salto desde la barca a la orilla de aquella, mística, impresionante, asombrosa, misteriosa isla. Cuando me pare firme en la tierra, tenía que primero mirar a mi alrededor para que asi mi cerebro podiese asimilar que carajos estaba sucediendo. Todo parecía muy calmado, no había ni un solo ruido, solo habia vegetacion y a lo lejos podía ver el tejado de la casa que describia mi abuelo, todo parecía según lo había escrito. Comencé a caminar mirando a mis alrededores, la tierra estaba muy húmeda y había mucho barro alrededor, lo que me podía dejar una pista de que la isla podría haber surgido de debajo del lago, pero... ¿Sin hacer ni un ápice de ruido? No, no podría ser posible. 

Luego de un rato caminando mire la hora para asegurarme de que iba bien de tiempo, ya el reloj marcaba la una y veinticinco de la mañana, tenía que apresurarme, aún me quedaba inspeccionar la casa , por lo que comencé a caminar más deprisa. Después de unos diez minutos pude ver la casa, esta era de dos plantas, la puerta era de color roja, al parecer por lo que ojeando un poco por fuera, pude ver como  había unas escaleras de madera, toda la casa estaba completamente amueblada. Intente abrir la puerta, pero la puerta estaba totalmente bloqueada, por lo que no tuve más remedio que sacar el martillo y pues...romper la cerradura.