Vuelta a los orígenes

Cap. 27

Ryan salió con la tarta entre sus manos y las velas encendidas mientras cantaban todos el cumpleaños feliz, cuando Lizz sopló las velas todos empezaron a entregarle sus regalos de cumpleaños, la gran mayoría le regalaron ropa, accesorios, discos de música y películas. La chica agradecía cada regalo cada regalo que le daban, estaba ilusionada de que tanta gente se hubiera tomado la molestia de pensar en ella y comprar lo que pensaba que le podía gustar. Emily le regaló la cajita música-joyero que le había comprado a Kate horas antes y Lizz tuvo que contener las lágrimas la verlo, sentía muchas emociones por el regalo, recordó todas las clases de ballet que habían compartido las dos amigas y le dio un sentido abrazo que duró un buen rato.

Ryan se acercó contento con su regalo, aunque su hermana le había insistido en que la fiesta era su regalo y no le tenía que comprar nada, pero a él no le pareció buena idea y era incapaz de no reglarle nada a su única y querida hermana, al fin y al cabo era su niña mimada. Al ver la cajita de Tiffanys se quedó sin habla, no sabía que su hermano le iba a regalar algo así. La pulsera le encantó y en seguida entendió que había recibido ayuda para elegirlo, por lo que miró cómplice a Kate y le hizo un movimiento de cabeza agradeciéndoselo e indicándole lo mucho que le había gustado, por lo que Kate sonrío y le guiñó el ojo por respuesta. La diseñadora se esperó la última para darle el regalo, se acercó y le entregó una pequeña caja con un lazo envolviéndola.

_ Espero que te guste -le dijo nada más entregárselo-.

Abrió la caja con ganas y se quedó sin habla al ver el regalo, eran dos pases Vip para el próximo concierto en la ciudad más cercana de Taylor Swift, aún quedaban unos pocos meses por lo que las entradas aún no habían salido a la venta.

_ ¡No puede ser! -gritó la chica con las mejillas llenas de lágrimas de la emoción-.

Unos días antes Ryan le había contado que era la cantante favorita de la chica, por lo que en cuanto se enteró del cumpleaños Kate la llamó y le pidió que le hiciera el favor, al fin y al cabo era una de sus mejores amigas. Al llegar al loco mundo de Hollywood se conocieron y el ser ambas tejanas hizo que entablaran amistad, las dos entraban de nuevo en una gran ciudad e intentaban abrirse paso en un mundo gigante. Poco a poco Kate y ella empezaron a crear su círculo de amistades, para varias galas la cantante eligió varios de sus diseños y la ayudó a introducirse en ese mundo, fue como una especie de hermana mayor ayudándola y apoyándola en todo la una a la otra, en lo que una fallaba la otra la ayudaba, así que cuando Taylor quiso cambiar su imagen, no dudo en pedirle ayuda a ella. Por eso en cuanto unos días atrás se lo pidió la cantante le mandó el par de pases Vips por correo urgente y en menos de dos días ya los tenía en su casa de Tracy Springs, por lo que encima el regalo le había salido completamente gratis.

_ Los pases son para el concierto, pero después del concierto tienes acceso a su camerino, dile que vas de mi parte, podrás estar con ella un rato y hablar, haceros fotos, lo que quieras. 

Lizz la abrazó emocionada mientras todos las miraban con la boca abierta, no entendían cómo había conseguido algo así.

_ Pero... ¿cómo? -le preguntó Lizz sin casi poder articular palabra-.

_ Es amiga mía, si quieres más adelante haces una escapada a New York y te quedas en mi casa, si esta en la ciudad podemos quedar y cenamos con ella y nos vamos de fiesta, seguro que no le importa, somos muy buenas amigas.

Todas sus amigas comenzaron aa mirar los pases incrédulas, ahora tocaría una pequeña batalla por ver quién sería la que acompañaría a Lizz al concierto, ya que para cualquier chica tejana Taylor Swift representaba un sueño, era esa tejana que había conseguido todo en esta vida, había llegado a ser número uno en la música, algo muy extraño proviniendo del country.

Ryan se acercó contento a ella y pasó uno de sus brazos por su cuello para acercarla a él y darle un beso en el pelo, por el cual Kate sonrió como una tonta. Mientras, Luke les miraba con mala cara recordando lo que su prometida le había dicho pocas horas antes, algunos besos eran mucho más significativos que un beso en la boca, no le gustaba eso.

_ Muchísimas gracias Kate, no sé cómo te podré agradecer todo esto -le dijo Ryan al oído-.

_ No me tienes que agradecer nada, Taylor es una de mis mejores amigas y solo me ha costado una llamada. Además, exceptuando a Amanda, Ryan, Luke y sus padres, Lizz y tú sois las dos únicas personas que me han tratado bien en este pueblo, no sabes lo importante que es eso para mí.

El resto de la tarde pasó rápida, todo el mundo entablaba conversación con todo el mundo y el ambiente era muy agradable. Kate estuvo hablando con Ryan y su hermana en todo momento, eran una pareja divertida, Lizz aprovechaba cualquier momento para avergonzar a su hermano, y el pobre se ponía rojo como un tomate a la mínima de cambio.

Cuando empezó a anochecer todo el mundo comenzó irse hacia su casa, al fin y al cabo la fiesta era por la tarde y todo el mundo tenía cosas que hacer. Lizz fue de las últimas en irse, como era lógico, su plan era cenar en casa de Holly con el resto de sus amigas y después salir todas juntas de fiesta. 

_ Muchísimas gracias Ray -le dijo mientras le abrazaba a modo de despedida-, jamás me podría imaginar una fiesta así, ha sido el mejor cumpleaños de mi vida.

_ Ven aquí enana.

Ryan abrazó a su hermana mientras todos los que quedaban en la casa miraban, Kate y Luke sonreían con dulzura al ver como el médico abrazaba con cariño a su hermana, sin embargo las amigas de liza miraban con envidia pensando en que querrían estar en el sitio de Lizz y así poder abrazar al guapo médico por el que todas suspiraban.

_ Y muchas gracias a ti también Kate -le dijo abrazando también a la chica cuando por fin consiguió separarse de su hermano que parecía que no la quisiera soltar nunca-, sé que has sido tú la que ha pensado todo esto.




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