Vuelta a los orígenes

Cap. 29

_ Llevo esperando esta cita bastantes semanas, no voy a dejar que una operación de apendicitis o una fractura en algún hueso me estropee la cita cuando sé que puede ir cualquiera de mis compañeros, ellos no tienen que impresionar a ninguna diseñadora exageradamente guapa.

Kate se quedó callada al escuchar eso, no se lo esperaba. Notó como todo su cuerpo se ponía nervioso pro el comentario, veía que el médico se estaba creando falsas esperanzas con ella y eso le dolía. Pese a lo que pensaran de ella en el pueblo Kate no era una mujer que jugara con los hombres, y esta no era una excepción, no podía permitir que se creara tontamente falsas esperanzas respecto a lo que podían tener.

_ Ryan, eres un hombre increíble, eres divertido, guapo, encantador, dulce, guapísimo...

_ Ya me habías dicho guapo -dijo sonriendo-.

_ Mira si lo eres que hasta me repito -se rió levemente-, pero la cuestión es que yo ahora no busco una relación, dentro de poco me iré del pueblo, solo voy a estar aquí este verano.

_ Ya lo sé, pero tus padres son de aquí, de vez en cuando...

_ No Ryan, hace ocho años que dejé este pueblo y todavía no había vuelto, sinceramente, espero no volver a hacerlo.

_ ¿Por qué?

Ryan acercó su mano a la de Kate y se la cogió, en su cara y su voz se le notaba algo de dolor, no llegaba a entender lo que le estaba diciendo la diseñadora, porqué odiaba tanto ese lugar.

_ Porque este no es mi sitio, yo no pertenezco aquí.

_ Naciste aquí.

_ Pero me hice quien soy en New York, y mi hogar está ahí, no aquí. Odio este lugar, aquí siento que me asfixio - Vio como Ryan bajaba la vista y se sintió culpable, pero todo lo que estaba diciendo era verdad-. Me alegra haber venido, ha conocido a gente maravillosa, te he conocido a ti y a tu hermana, pero este lugar no esta hecho para mí, ni me aceptan ni yo quiero encajar aquí.

_ Bueno, no pensemos en eso.

_ Me parece bien, pero es que no quiero que te crees falsas esperanzas, ni quiero creérmelas yo.

_ No hay ningún problema en que seamos amigos, ¿no?

Ryan simuló una sonrisa radiante, aunque por dentro le dolía lo que había dicho Kate, pese a que sabía que llevaba razón.

_ No, no hay ningún problema con eso, me encanta esa idea -sonrió Kate de vuelta.

_ Perfecto, además, hay muchos tipos de amigos hoy en día -sonrío Ryan mientras le guiñaba un ojo-.

_ ¿Qué me quieres decir con eso?

_ Nada, simplemente vamos a disfrutar de esta cita y vamos a brindar por nosotros, por nuestra amistad y por todo el tipo de amistades que existen en esta maravillosa sociedad moderna.

Kate se rió por el comentario y chocó su copa de vino con la de Ryan justo antes de pegar un gran trago al líquido granate.

 

En el otro lado del pueblo Luke paseaba molesto, todavía no podía quitarse de la cabeza lo que había pasado, y pasear siempre le ayudaba a despejar la mente. Fue caminando en silencio mientras recordaba las cosas que le había dicho Rebecca a Katherine Marie, le había llamado puta delante de él y a ella le había dicho que estaba infectando el pueblo con su presencia. No entendía que le pasaba, era extraño notar tanto odio hacia una persona a la que hacía ocho años que no veía. 

Tras un paseo de por lo menos dos horas se sentó en el banco que daba al mirador, desde ahí se veía todo el monte y varios pueblos, era una vista preciosa, aunque estaba muy alejada de Tracy Springs. Cerró los ojos y sintió como la brisa le daba en la cara y los grillos inundaban el sonido ambiental, en ese momento sentía que le mundo estuviera en calma, aunque su cabeza no lo estuviera. 

Escuchó dos voces y unos pasos que se acercaban a él, pero decidió ignorarlos, era una zona a la que solían ir varias parejas ya que las vistas resultaban muy románticas, incluso la gente solía hacer citas ahí. Sonrió al recordar que ahí iban Katherine y él con sus padres a ver los fuegos artificiales del 4 de julio, todo el pueblo iban a la plaza del pueblo, pero ninguno se había dado cuenta de que si subías las cuesta que llevaba hasta ahí podías ver los fuegos artificiales de todos los pueblos de alrededor, era algo impresionante. Todos los años se llevaban mantas y hacían un picnic para cenar en la zona donde habían árboles y césped, después veían los fuegos artificiales y volvían a sus casas, lo hicieron así hasta que Luke se fue a la universidad, desde entonces no había vuelto. Luke y Katherine siempre lo veían sentados entre sus padres, hasta que se hicieron mayores y tuvieron su propia manta para ellos dos. Notó como una sensación de dolor le recorría el pecho al recordar eso, todavía podía recordar sus pensamientos, esos últimos años en los que se decía que al ser adultos Katherine Marie y él lo verían juntos como pareja, estando así en su propia manta formando una nueva pareja al igual que hacían sus padres.

Notó como algo se rompía dentro de él al pensar que no iba a ser así, ¿Rebecca llevaría razón?, Katherine estaba saliendo con Ryan? Abrió los ojos y se quedó mirando las luces de los pueblos que rodeaban la montaña, pero notaba que las veía difusas porque se le estaban aguando los ojos. Sabía que no debía, que él había rehecho su vida y Katherine tenía el mismo derecho, que nunca fueron nada más que amigos, pero pensar que Ryan y ella pudieran estar juntos era el mayor dolor por el que había pasado.

_ ¿Luke, qué haces aquí?

El médico se giró al escuchar su nombre, al hacerlo se encontró a Amanda y Graham mirándole con cara de estar extrañados, pudo observar que ambo estaban paseando de la mano por la zona.

_ Simplemente pensaba, nada más.

Amanda se acercó un poco a él y pudo verle la cara, tenía una mezcla entre dolor y cansancio, sabía que algo le pasaba y necesitaba hablar con alguien.

_ Cariño -le dijo a su marido en voz baja-, vuelve tú al coche, yo me volveré luego con él.




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