Vuelta a los orígenes

Cap. 32

Kate sintió como el estómago se le revolvía y le entraba ganas de llorar, no se lo podía creer, ¿Luke iba a ser padre? Intentó decir algo pero las palabras no le salían, simplemente quería que todo fuese mentira. Reaccionó como pudo y simplemente hizo un movimiento para que su caballo saliera corriendo lo más rápido que podía. Notaba como el viento le daba en la cara y escuchaba a Luke correr detrás de ella, pero estaba bastante lejos. Dejó que sus sentimientos salieran y explotó a llorar mientras el caballo iba más y más deprisa, no podía más, sentía que el mundo se le venía encima.

_ ¡Katherine, para!, te puedes caer, vas demasiado rápido.

Tras varios minutos Luke consiguió llegar a donde estaba ella y poco a poco fue parando a su caballo, pero cuando fue a hablar con ella Kate se bajó de éste y empezó a correr. El médico la siguió y al llegar a ella la abrazó, sabía que estaba llorando y eso le mataba.

_ ¿Cómo has podido? No puedes tener un hijo con ella, no con Rebecca.

_ Katherine, sé que no os lleváis bien, pero piensa en mí.

_ Estás destrozando tu vida, no puedes tener un hijo con ella, con ella no Luke -es lo único que conseguía decir-.

_ Sé que no es el momento, pero está embarazada, no puedo hacer otra cosa que estar a su lado y querer a ese bebé.

_ Ese bebé va a ser horrible, como todo lo que hace Rebecca.

_ También va a ser mi hijo, Katherine.

_ No entiendo cómo has podido, no sé qué ves en ella, no lo consigo entender. Y ahora encima no solo te vas a casar con ella, vais a formar una familia.

_ Ya lo sé.

_ Y el aborto no es una opción -dijo en voz baja para si misma-.

_ Por supuesto que no, ¿cómo puedes decir eso?, ¿quieres que mate a mi propio hijo?, ¿te estás dando cuenta de lo que dices? -preguntó enfadado y dolido-.

_ Sí, lo siento, no debería de haber dicho eso, no ha sido correcto.

_ Lo que no es correcto es si quiera que lo pienses. Sé que Rebecca y tú no os podes ni ver, pero de ahí a sugerirme que mate a mi hijo... esta vez te has pasado.

_ Lo siento, de verdad.

_ Con un lo siento no basta -dijo mientras volvía hacía donde estaban los caballos pastando hierva mientras les esperaban-.

_ ¿Entonces qué quieres?

_ ¿Tanto te cuesta felicitarme, decirme que enhorabuena, que voy a ser un gran padre? No sé, es lo que suele hacer la gente en estos casos. 

_ Lucky, sé que vas a ser un gran padre, el mejor, pero esto me ha pillado por sorpresa. 

_ Yo tampoco quería este niño, lo admito, no quería que Rebecca se quedara embarazada, pero es mi hijo, él no tiene la culpa de nada.

_ Lo sé, y no tendría que haber dicho nada, llevas razón. Debería de alegrarme por ti, sé que serás un gran padre y te deseo lo mejor. Ojalá salga sano y se parezca a ti, en todo, en completamente todo.

Luke no pudo evitar reírse por el comentario, aunque estuviera enfadado debía admitir que le había hecho gracia. Se sentó en la hierva cansado y Kate le imitó, apoyando su cabeza en su hombro y respirando con los ojos cerrados.

_ No me puedo creer que vayas a ser padre -dijo tras muchos minutos en silencio-, ¿tan mayores nos hemos hecho? Hace nada éramos unos críos llenos de tiritas y arañazos que jugaban a escalar árboles, y ahora tú vas a ser padre, no me lo puedo creer.

_ Ya, a mí también se me hace raro.

_ ¿En qué momento dejamos de ser niños?

_ No lo sé, pero volvería a ese tiempo sin dudarlo -dijo apoyando su cabeza sobre la de Kate-.

_ Yo también.

Se quedaron un buen rato callados, disfrutando simplemente del momento, ya que sabían que ya nada volvería a ser como antes, en poco tiempo Luke se iba a casar y se iba a convertir en padre, ya no iban a poder tener una amistad como la que tenían. 

_ ¿Tu madre ya lo sabe? -le preguntó en un susurro-.

_ No, por ahora no se lo he contado a nadie, solo a ti.

Se volvieron a quedar callados. La verdad es que Luke no se lo había dicho a nadie porque sentía que hasta que la gente no lo supiera podía pensar que todo era mentira, que simplemente había sido una pesadilla y Rebecca nunca le había dicho que estaba embarazada. Suspiró pesado, le dolía pensar que solo hacía unos días estaba seguro que empezar una nueva vida al lado de la mujer que amaba, y que sin embargo ahora no tenía ninguna esperanza de que eso se pudiera hacer realidad. 

_ Deberíamos irnos, nuestros amigos estarán a punto de llegar.

Luke asintió y fueron hacia la casa en silencio, ninguno de los dos sabía qué decir. Cuando llegaron se encontraron que todos estaba ya allí y les buscaban. Ryan puso mala cara al ver a los dos llegar juntos con los caballos, recordó lo que le había dicho Rebecca hacía dos noches: Luke no la ha olvidado, no deja que Katherine siga adelante. Negó con la cabeza y se acercó a saludar a la chica que estaba bajándose del caballo, por lo que la cogió de la cintura y ayudó a que sus pies llegaran al suelo.

_ Ya dejo yo los caballos, id yendo vosotros para dentro -dijo Kate mientras cogía las riendas de los dos caballos-.

_ Perfecto -asintió Luke-, Kate, te he dejado en tu habitación de siempre un par de trajes de baño, coge le que más te guste.

_ Ya te he dicho que no me voy a bañar -dijo completamente seria-.

_ Lo sé, pero puedes tomar el sol un rato, ¿no?

Asintió y fue a llevar a los caballos con Lizzy, que miraba feliz los animales.

_ ¿Por qué no te quieres bañar? -le preguntó entretenida acariciando al caballo-.

_ No me gusta, simplemente es eso -mintió-.

_ Esta tarde tengo una fiesta, va a ir un chico que me gusta mucho. He traído varios conjuntos, ¿podrías ayudarme a elegir uno?

_ Claro, ¿no te vas a quedar todo el día con nosotros?

_ Me encantaría, pero ya había quedado para esta tarde, me iré después de comer.

Les dieron a los caballos unas zanahorias como premio y Kate fue a cambiarse de ropa, vio que el médico había comprado un par de conjuntos de baño, junto a un vestido, unas chanclas y una toalla. Cogió el bikini y se lo puso, era de su talla, el vestido decidió cogerlo para luego y se tapó con la toalla para salir a fuera. Cuando llegó a la terraza se encontró a Luke y Graham metidos en la piscina mientras Lizzy intentaba hacer una pirueta de animadora encima de ellos, pero en seguida perdió el equilibrio y se calló, haciendo que una gran cantidad de agua cayera fuera de la piscina. Los chicos se rieron mientras salían y se volvían a tirar a la piscina, Katherine y Amanda se pusieron a verlos, ambos tenían un cuerpo envidiable.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.