Vuelta a los orígenes

Cap. 34

Luke se acercó el teléfono móvil a su oreja nervioso, exasperándose al notar que los tonos sonaban y sonaban y nadie contestaba. Desde el incidente de la piscina Katherine no quería hablar con él, bueno, ni con él ni con nadie, se había encerrado en una burbuja de la cual no quería salir. El médico había hablado con su madre para que la vigilara un poco, pero la diseñadora lo único que hacía era ir de su casa a la tienda y de la tienda en casa, nada más. Había intentado hablar con ella de todas las maneras posibles, llamándola al teléfono, yendo a su casa... pero nunca contestaba ni abría la puerta. Quería ir a la tienda para así poderse quedar más tranquilo, pero por culpa de los turnos de esa semana siempre que salía del trabajo la Kate había cerrado ya. 

Volvió a marcar el número y de nuevo le saltó el contestador de voz, lo que enfureció al médico, estaba preocupándose de verdad por la chica.

_ Katherine Marie, ya he perdido la cuenta de los mensajes que te he dejado, por favor, llámame, estoy preocupado por ti y yo... te echo de menos -suspiró-, por favor, contéstame, necesito saber que estás bien.

En el otro lado del pueblo Kate vio que su móvil parpadeaba después de dejar sonar la llamada, supuso que Luke le había vuelto a dejar un mensaje de voz.Cogió el teléfono y escuchó su voz, lo que provocó que se le escaparan varias lágrimas, ella también le echaba de menos. 

Marcó su número pero cuando le fue a dar al icono verde se quedó paralizada, tenía un nudo en la garganta y el estómago le daba vueltas.

_ ¿Cómo te voy a llamar para decirte que estoy bien cuando no lo estoy? -dijo al aire sin atreverse a hablar con él-. Después de lo que pasó... no podría mirarte a la cara, me muero de vergüenza, nunca nadie me había visto así, solo Amanda, y el otro día me visteis todos.

_ Kate, ¿con quién hablas? 

Dijo Amanda saliendo del cuarto de baño privado de la tienda, desde el incidente su amiga había vuelto a tener pesadillas y miedo a salir a la calle, por lo que la acompañaba en su jornada laboral en la tienda.

_ Con nadie, solo pensaba en voz alta.

_ ¿Por qué lloras? -se acercó a ella y la abrazó para intentar así consolarla un poco-.

_ Luke me ha vuelto a llamar, pero no he conseguido cogerlo.

_ ¿Por?

_ Me da vergüenza, después de lo que vio no me atrevo a mirarle a cara, ni a él ni a nadie.

_ Kate, nadie te va a juzgar, no tienes por qué tener miedo ni vergüenza, todos tenemos momentos de debilidad, es humano tener miedo.

_ Pero sé que me hará preguntas, y no me siento preparada para respondérselas.

_ A lo mejor te ayuda, hablar de lo que pasó puede servirte para curar heridas.

_ Se va a casar con ella y van a tener un hijo, ¿con qué cara le dices a tu mejor amigo que la madre de su hijo te arruinó la vida?

_ Con la que tienes, como bien has dicho Luke se va a casar con ella, tiene derecho a saber con el monstruo con el que se va casar, y ambas sabemos que Rebecca no va a hablar.

Katherine se fue a un sofá que estaba en venta para sentarse más cómoda, además, desde ahí nadie que paseara por la calle podía ver como lloraba.

_ Amanda, han vuelto las pesadillas, cada vez que cierro los ojos los veo, veo sus golpes, veo las baldosas, el agua... 

_ Cariño, ¿quieres que me quede en tu casa contigo?

_ No -inspiró con fuerza mientras se secaba las mejillas con las manos-, ya estás haciendo demasiado, estás desperdiciando los pocos días de vacaciones que te quedan en pasar el día aquí encerrada conmigo.

_ No digas eso, lo estoy haciendo encantada. ¿Cómo vas las sesiones con el Doctor Coleman?

_ Poco a poco, pero por skype no es lo mismo, supongo. 

_ Necesitas salir de aquí, ¿qué te parece si me quedo yo en la tienda? 

_ No, eso sí que no, esta es mi obligación, no la tuya.

_ Kate, no soporto verte así, desde el incidente has vuelto a ser la de antes, vuelves a temblar ante los ruidos, a tener miedo a todo, vuelve a tener unas ojeras negras enormes...

Kate se abrazó a si misma poniendo las rodillas contra su pecho, sabía que su amiga tenía razón.

_ Es que me da miedo dormir, todas las noches vuelvo a vivirlo todo de nuevo y no consigo descansar, es horrible, me aterra. 

_ ¿Por qué no hacemos una cosa? A esta hora no entra nunca nadie, yo me quedo hablando con Graham un rato y vete tú a dormir un poco a la trastienda, seguro que estando yo aquí no tienes pesadillas. 

_ ¿Pero y si viene algún cliente?

_ Para eso estoy yo aquí, va, ves, necesitas descansar un poco.

Kate asintió e hizo lo que su amiga le había aconsejado, en un principio tuvo algo de miedo, pero estaba tan cansada que tardó muy pocos minutos en dormirse. Amanda se asomó para ver como estaba y la vio profundamente dormida, se notaba que necesitaba esas horas de sueño. Fue al mostrador de nuevo y cogió el teléfono para llamar a Luke, sabía que a Kate no le iba a hacer gracia, pero sentía que era preciso.

_ Luke, soy Amanda, tengo que hablar contigo.

_ ¿Qué sucede?

_ Es Katherine, necesita ayuda.

_ Lo sé, he intentado hablar con ella mil veces, pero nunca contesta al teléfono y cuando voy a su casa no me abre... quería ir hoy a la tienda cuando salga del hospital.

_ Ella te necesita, hacía mucho que no la veía así, ha vuelto a los comienzos.

_ ¿A los comienzos?

_ Luke, no te puedo contar mucho más, solo que te necesita.

_ No pensarás que va a volver a intentar...

_ No, no creo. Pero está volviendo a tener pesadillas, necesita a alguien que haga que se sienta protegida, si continúa así entrará en otra crisis.

_ Intentaré salir antes del trabajo hoy.

_ Gracias, pero Luke, no hagas preguntas, sé que tienes muchas dudas, pero ella no está preparada.

Luke colgó y continuó haciendo su trabajo, pero sentía nervios, las cosas con Katherine cada vez se estaban poniendo peor y se sentía impotente, quería ayudar pero no sabía cómo.




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