Vuelta a los orígenes

Cap. 35

Un chillido despertó al médico de golpe, Katherine estaba teniendo una pesadilla. Dio un salto incorporándose en la cama y sentado miró a la chica, estaba llorando todavía dormida mientras se movía por la cama por culpa del mal sueño que estaba teniendo.

_ Katherine, Katherine, tranquila, estoy aquí, no te pasa nada.

Kate se despertó de golpe y empezó a temblar por el miedo, pero Luke corriendo la acercó a su pecho y la abrazó mientras intentaba que se relajara y dejara de llorar. 

_ ¡No, dejadme, no me toquéis!

_ Katherine, soy yo, soy Luke, tranquila.

_ ¡Por favor, dejadme!

_ Tranquila, Katherine, soy Luke, soy yo cariño.

Kate tardó unos minutos en darse cuenta de dónde estaba y con quien, pero al hacerlo se quedó quieta pegada a su pecho mientras lloraba y temblaba. Tras unos cuantos minutos Luke notó como los jadeos habían cesado y el cuerpo de Kate ya no estaba tan tenso, por lo que bajo su rostro y vio que ya se había tranquilizado un poco.

_ Katherine, tranquila, todo está bien -le dijo separándose un poco de ella para poder mirarle a los ojos-.

_ Lo siento Luke, ha sido una pesadilla.

_ Ya lo sé, pero no te preocupes, yo estoy aquí, sabes que mientras estés a mi lado no te puede pasar nada, yo te protejo de todo.

_ Luke... gracias, gracias por quedarte conmigo.

_ Siempre voy a estar a tu lado, pase lo que pase, somos familia.

_ Y gracias por no forzarme para hablar, quiero hacerlo, pero no puedo, todavía no estoy preparada.

_ Lo sé, no te preocupes. 

Se quedaron quietos en la cama abrazados, intentando que el malestar de la chica pasara, cosa que iba sucediendo podo a poco. 

_ Luke, por favor, entra en la cama conmigo, abrázame del todo.

Le hizo caso y quitó la manta que le cubría y entró en la cama, ella se abrazó  a su amigo y entrelazaron las piernas, necesitaba sentir protección, todavía tenía en la cabeza los recuerdos.

_ Katherine, intenta volver a dormirte.

_ No, no puedo, dormir me aterra.

_ ¿Por qué? 

_ Porque lo recuerdo todo de nuevo, es como si viviera mi mayor pesadilla una y otra vez, no puedo, no puedo más -sollozó-.

_ ¿Quieres que vaya a por un vaso de agua?

_ ¡No, no me dejes sola!

_ Jamás estarás sola, yo estoy aquí contigo.

_ ¿Y cuando me vaya? Tú te vas a casar con... con ella, ya no te tendré a mi lado.

Kate sabía que lo que le decía no estaba bien, él se iba a casar e iba a tener un hijo, no podía decirle esas cosas, pero estaba aterrada y no podía parar de pensar en eso, simplemente se sentía devastada. 

_ Si hace falta iré contigo a tu ciudad, no te voy a dejar sola.

_ No puedes casarte con ella, no puedes, no después de lo que me hizo.

_ ¿Qué te hizo? -le suplicó-.

Luke necesitaba saberlo, necesitaba conocer los motivos por los que estaba así, además, pensaba que si era muy grave (como suponía) podía servirle de excusa para dejar a Rebecca, aunque fuera deshonesto, cada vez se sentía más atrapado al ver que iba a compartir el resto de su vida con ella. Kate cerró los ojos e inspiró con fuerza bastantes veces, quería contárselo, sentía que compartiéndolo con él a lo mejor conseguiría liberarse de toda esa carga. Abrió y cerro la boca varias veces, pero cada vez que intentaba hablar un nudo se le ponía en la garganta.

_ Yo... yo... no puedo, no puedo.

Comezó a llorar con más fuerza y Luke la apretó todavía más contra su pecho mientras le decía una y otra ver que no pasaba nada. Estuvo acariciándole el pelo y la cara hasta que Kate se durmió  agotada de tanto llorar, pero Luke no consiguió volver a dormir, no podía quitarse de la cabeza como veía a su amiga de destrozada.

 

**************************
 

_ Vamos Katherine Marie, bebe un poco.

_ No puedo, Luke, lo siento pero no puedo.

_ Hace semanas que no bebes agua. 

_ Se me va a caer y me voy a mojar, no puedo. 

Luke suspiró cansado, llevaba ya dos semanas pasando todo el tiempo que podía con ella, Amanda ya había vuelto al trabajo por lo que se turnaban junto a Graham para hacerla compañía por el día en la tienda, y por la noche el médico se quedaba a dormir con ella. 

Kate cada vez tenía menos pesadillas, en un principio tenía entre cinco y seis cada noche, y ahora habían rebajado a dos o tres, pero seguían siendo demasiadas. Cada vez estaba más delgada y tenía más marcadas las ojeras, además, seguía teniendo miedo a todo lo que le rodeaba y continuaba quedándose parada mirando a un sitio fijo sin decir ni hacer nada durante horas. A eso se le sumaba el hecho de que no conseguían que bebiera nada de agua, tenía miedo a que se le cayera encima por lo que llevaba todo ese tiempo sobreviviendo a base de refrescos y zumos, lo cual no era muy sano. 

El médico recogió todos los trastos de la mesa y fue a la habitación para iniciar la videollamada que todos los días tenía la chica con su psiquiatra. Encendió el macbook de Kate y a los segundos empezó a sonar la melodía de la llamada, que Luke descolgó al segundo.

_ Buenas noches doctor Scott.

_ Buenas noches doctor Coleman.

_ ¿Cómo va Kate?

_ Igual que ayer, no consigo que haga ningún progreso -dijo nervioso mientras se frotaba la cara con las manos por culpa del cansancio y la frustración-.

_ Poco a poco, sabes que no la podemos presionar.

_ Ya lo sé, pero es que me mata verla así, no consigo que beba agua, no hay forma. He probado con las botellas esas de niños pequeños que tienen el tapón que aunque se vuelque no gotea, pero no hay forma, ni con esas bebe.

_ Luke, hay que tener paciencia, sabes que su miedo es irracional, hay que ir poco a poco, ya hemos hecho algunos progresos. ¿Hoy se ha duchado?

_ Sí, pero lo hace con agua tan ardiendo que se va a crear quemaduras o algo similar.




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