Vuelta a los orígenes

Cap. 37

Kate cerró los ojos dejando que el aire le diera en la cara y moviera su cabello, necesitaba calmar su cabeza. 

En la casa de al lado Caroline miraba a la chica, estaba sentada en el sillón balancín de madera del jardín trasero, el lugar favorito de Marie, su madre. Observó desde la ventana como la chica se mecía suavemente mientras cantaba en voz baja, pero no reconocía la canción, supuso que sería alguna moderna. Escuchó la letra, 

Oh, nunca pensé que tú eras
ese "alguien" esperándome.
Porque éramos solo unos chiquillos
cuando nos enamoramos, 
sin saber lo que era.
Esta vez no renunciaré a ti, 
pero cariño, solo bésame lentamente.
Tu corazón es todo lo que poseo,
y en tus ojos, tú sostienes el mío.

Sonrío mientras veía a la chica cantar, sabía de sobra por quién venían esas palabras, Katherine seguía enamorada de su hijo, y estaba segura de que él también sentía lo mismo hacia ella. Estuvo un par de minutos más mirando la escena, echaba de menos escuchar a Katherine cantar, era algo que siempre había adorado. Pudo observar que detrás de ella estaba Luke, sentado en el suelo de madera y con la espalda apoyada en el muro que separaba la casa del jardín, simplemente estaba embelesado escuchando a la chica cantar. No sabía que hacía ahí, pero en las últimas semanas veía con frecuencia a su hijo en la casa de sus vecinos, supuso que simplemente querían aprovechar el poco tiempo que les quedaba para estar juntos en el pueblo. Caroline sonrió y le hizo una foto a los dos y se la envió a Marie, cuando llegara al hotel y consiguiera el adorado wifi la vería.

Kate acabó las últimas frases de la canción Perfect, de Ed Sheeran. Dio un pesado suspiro y continuó meciéndose tranquila unos segundos más mientras notaba que los ojos se le cristalizaban, mañana mismo volvían sus padres, lo que quería decir que esa era la última noche que Luke pasaría en su casa. No sabía si estaba preparada para eso, era verdad que ya podía ducharse sin problemas, bebía agua y prácticamente no tenía pesadillas, pero le iba a echar de menos.

Recordó la conversación que había tenido días antes con Ryan, el médico estuvo a punto de decirle algo, pero en el último momento comenzó a llorar con más fuerza y tras despedirse aceleradamente cortó la llamada. 

_ ¿Y si le pasa algo grave? -pensó para sí misma-, a lo mejor debería de ir a hablar con él, está pasando por un mal momento y soy su amiga, no quiero que se quede con eso dentro. Pero, por otra parte, yo dentro de nada me voy, ¿continuará nuestra amistad una vez me haya marchado? Yo no pienso volver aquí, es probable que no le vuelva a ver, aunque me duele perder la amistad.

Para quitarse la idea de la cabeza comenzó a mirar su instagram, veía todas las historias de sus amigas, en fiestas, cenas de lujo, comidas con las amigas... todas perfectas, con maquillaje impecable y ropa a la última moda. Miró su atuendo, un sencillo pijama con pantalones cortos a cuadros y una camiseta que le había robado a Luke hacía muchísimos años. Sonrió al verse, muy pocas personas le habían visto con esas pintas, siempre que había salido con algún chico se había preocupado por despertarse antes y arreglarse casualmente. De normal en su casa solía llevar lencería fina, camisones de seda y todas esas cosas, pero con Luke no tenía esa necesidad de estar perfecta, sabía que no hacía falta estar así con él. 

Como si sus mentes estuvieran sincronizadas o conectadas Luke pensaba en lo mismo en ese momento, veía a Katherine observando su teléfono, con sus grandes gafas de pasta negras, un moño alto completamente desecho, la camiseta del pijama que le venía tan grande que el cuello le bajaba dejando uno de los hombros al descubierto, ni una gota de maquillaje en el rostro... y sin embargo sentía que era la mujer más bella que había visto en su vida. Vio como se reía mientras miraba el teléfono, suponía que sería algún vídeo de algún perro o gato pequeño, la conocía y sabía que esa cara y esa sonrisa tan tierna solo las ponía en esos casos.

Se imaginó un futuro diferente al que sabía que iba a tener, por unos momentos se imaginó viviendo con Katherine, en una casa con jardín, él volvería del trabajo cansado y se encontraría a la chica sentada en el sofá, con los pies desnudos sobre los cojines y un perro sobre sus piernas, ella jugaría  con el animal mientras dejaba unos minutos de lado los bocetos y el trabajo. Decidió que en esa idílica vida que estaba imaginando iría un día a por un perro a algún refugio y adoptaría un cachorro, después le pondría un lazo y se lo regalaría a Katherine para darle una sorpresa, sabía que era el mejor regalo que le podía hacer, Katherine adoraba todos los animales, pero tenía predilección por los perros. 

Suspiró feliz y decidió seguir con su ensoñación, aunque pensaba que no era bueno vivir en un mundo falso, idílico, vivir de sueños... pero sabía que la vida que le esperaba era muchísimo peor. Por unos segundos decidió vivir en su sueño de fantasía, iba a tener toda la vida para vivir en su otra realidad, por unos pocos segundos quería vivir esa vida al lado de Katherine y no de Rebecca, quería vivírla con su amor verdadero.

Katherine continuó mirando el móvil mientras se reía, su amiga Cara había publicado fotos de cuando su perro todavía era un cachorro, sonrió por las imágenes contenta, era precioso. De golpe vio como una gota caía sobre la pantalla del móvil, levantó rápida la vista justo en el momento en que otra calló aterrizando justo sobre su mejilla, estaba empezando a llover. Salió corriendo y gritando dentro de la casa, Luke se estaba levantando en ese mismo instante y cogió rápido una pequeña manta. Nada más entrar la chica la abrazo y secó frenéticamente su rostro y brazos, solo le habían caído unas gotas, pero sabia lo mal que lo pasaba en estos casos.




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