Epílogo

Los padres de Kate se mudaron del pueblo a New Jersey, ya estaban cansados de trabajar y decidieron alquilar el local de la tienda y vender su casa. En la casa de al lado como era costumbre se mudaron sus mejores amigos, Caroline y su esposo, ambos matrimonios tenían más razón que nunca para olvidarse de ese pueblo y mudarse para estar cerca de sus seres queridos.

Kate denunció a Rebecca, a su padre y al alcalde, con la ayuda de Luke y varios amigos consiguieron ganar los casos. Al alcalde Hudson le cayeron varios años de prisión por prevaricación y demás chanchullos durante sus mandatos en el pueblo, entre otros el haber callado a todo Tracy Springs con sobornos y amenazas y haber obligado los despidos de Linda y el señor Callahan, los cuales testificaron a favor de Kate dando todo lujo de detalles e incluso una copia del terrorífico vídeo que grabaron de Kate y mostraron el día que comenzó todo el calvario. 

Al Sheriff Lawson le ocurrió algo muy similar, su expediente estaba manchado, no solo había amenazado a más de una persona en ese pueblo, sino que además había destruido documentos y cometido delitos desde el mismo momento en que juró el cargo, por lo que le cayeron otros muchos años en prisión. 

Para Rebecca fue toda una vergüenza que a su padre lo detuvieran y encarcelaran, conforme andaba por la calle podía ver como todo el mundo hablaba sobre ella y la miraba con mala cara. Con el tiempo salieron a la luz todos los affaires que había tenido en el pueblo, los cuales fueron muchos y rompieron más de un matrimonio, provocando que más de una mujer la insultara cada vez que salía de su casa e incluso la escupiera o agrediera. 

El juicio fue duro para Kate, no quería recordar todo por lo que había pasado ese día, pero ayudó para que dentro de ella la herida que había creado ese suceso sanara de alguna forma y por fin cicatrizara del todo. A todos los participantes del delito les sancionaron con bastantes horas de servicios comunitarios y una elevada suma de dinero el cual Kate donó a una asociación anti bulling, y que vació los bolsillos de la mayoría de ellos (en especial a Rebecca que tuvo que vender su apartamento y la casa de sus padres para poder pagarla quedado completamente arruinada la familia entera). Al final una oscura noche a altas horas de la madrugada decidió huir del pueblo como había hecho Kate años atrás, ya no aguantaba más los insultos e improperios que le lanzaba la gente. Cogió sus maletas y decidió irse a algún sitio para empezar de cero, subiéndose al primer autobús que vio que llegaba sin importar el lugar al que se dirigía, al fin y al cabo no le importaba, ya no le quedaba nada que perder, aunque por dentro sabía que su vida nunca sería igual, y así fue, jamás volvió a conseguir nada en toda su vida. Nadie supo nada más de ella, solo le llegaron noticias a sus padres de que se encontraba sola y enferma a causa de su alcoholismo, sencillamente calló en la bebida para olvidar en lo que se había convertido su vida.

Algo parecido pasó con Nick. Katherine nunca fue una persona rencorosa ni vengativa, pero cuando se enteró que había estado ayudando a Rebecca con el falso embarazo decidió que no lo iba a dejar pasar. Aunque le parecía detestable lo que habían hecho, Rebecca lo hacía por lo que ella creía que era amor, pero Nick no, él simplemente lo había hecho por dañar a Luke, y eso ella no lo iba a permitir. Pese a que no lo mostrara normalmente, Kate en el fondo era tejana, y como buena tejana no iba  a permitir que nadie dañara a sus seres queridos, mucho menos a Luke. En realidad no le supuso mucho esfuerzo, simplemente sabía como conseguía Nick todos sus trabajos, en la cama, por lo que su venganza fue tan sencilla como hacer que corriera el rumor de que el modelo tenía una ETS (Enfermedad de transmisión sexual), por lo que de la noche a la mañana todas las firmas dejaron de trabajar con él y no volvió a conseguir un solo contrato más, haciendo que sus seguidores bajaran a cifras casi inexistentes, lo cual era el mayor castigo que le podían dar. Katherine sabía que lo que había hecho no estaba bien, pero en ese caso le daba igual, iba a defender a Luke con uñas y dientes si hacía falta, igual que él había hecho durante muchísimos años y debía que seguiría haciendo. 

La relación de Luke y Kate poco a poco se fue afianzando, él encontró trabajo en uno de los mejores hospitales de New York y la nueva línea de ella había tenido un gran éxito. Poco a poco se estaban cerrando la mayoría de sus traumas, ya no temía al agua, incluso había conseguido correr bajo la lluvia o bañarse en una piscina con el agua congelada, todavía tenía alguna que otra pesadilla, pero cuando se despertaba siempre estaba Luke a su lado para reconfortarla. Al vivir sus familias tan cerca las veían con mucha frecuencia, como mínimo todas las semanas comían juntos, era una de las cosas que más había echado en falta Kate durante los ocho años que había vivido sola en esa enorme ciudad que con el tiempo se había convertido en su hogar, en uno de verdad en el que era feliz y se sentía cómoda.

_ Cariño, necesito que vengas, no me consigo subir la cremallera del vestido -dijo mientras se miraba en el espejo de su vestidor-. ¿No me ves el pecho últimamente más grande?

_ Será que estás ovulando.

Luke se acercó a su chica y le subió la cremallera mientras ella ponía los ojos en blanco exasperada. Cuando el médico vió el resultado se quedó sin habla, Kate llevaba un vestido color perla, era ajustado pero en la parte de abajo se abría con corte sirena, todo él estaba lleno de pequeños y sencillos brillantes que hacían que se remarcara todavía más su increíble figura.

_ Katherine Marie, estás... no tengo palabras, no creo que hayan palabras en el diccionario que te hagan justicia ahora mismo.

_ Te van a dar el premio más prestigioso de tu profesión, tengo que estar a la altura.

_ Cariño, solo estoy nominado, seguro que no me lo dan, soy muy joven todavía.