CAPITULO 8

Estaba en el centro de rehabilitación esperando a Brandon. Hoy lo acompañaría a su entrenamiento de baloncesto y estaba muy emocionada.

El día de mañana iniciaría mi plan en la casa de Liam. Ross estuvo muy contenta con lo que le comenté, claro obvie ciertas cosas como por ejemplo que si lo primero no funciona intentaria fingir que estoy enamorada de él, lo tengo como plan Z, bueno en realidad es el plan B, ¡ojala! tuviera tantos planes para que este sea el último, pero no es así, por lo que espero que el plan A sea un éxito.

Mis pensamientos son interrumpidos cuando escucho un auto detenerse frente a mi, un hombre con un traje muy elegante baja del mismo y abre la puerta del baúl, baja una silla de ruedas  y sé que es Brandon el que viene en el auto. Me acerqué y abren la puerta del copiloto y como lo afirme es él, viene con una enorme sonrisa a la cual yo correspondo.

El hombre que lo acompaña lo ayuda a bajar del auto y lo coloca en su silla de ruedas.

— ¡Estas aqui! creí que me olvidarías nuevamente.

Puse mis manos en mi pecho en señal de ofensa. —No te volvería a fallar, te lo prometo, pero espero que no te arrepientas, porque de hoy en adelante seré la presidenta de tu club de fans.

— ¡Oh! Valla, no sabía que ya tenía un club de fans.

— Pues aunque no lo creas ya lo tienes, somos cuatro los integrantes del club, Angy, Samuel Sandy y yo. ¿Que te parece?

— Creo que es el mejor club de fans que puedo tener.

Ambos reímos, pero un carraspeo de garganta nos hizo girar nuestras miras hacia la persona causante del sonido.

— Se me olvidaba, Eli; el es mi padre Tom.

— Mucho gusto señor Tom, soy Eli, amiga de Brandon. —Extendí mi mano y el enseguida la tomó.

— El gusto es mío, desde que venimos a California, Brandon no deja de hablar de ti y de lo mucho que lo haz apoyado estos días. Y se que fue tu idea que él fuera parte de este equipo, muchas gracias, ah! Y solo dime Tom.

— No tiene .. no tienes nada que agradecer, yo lo hago con gusto.

Nos despedimos de Tom y nos dirigimos al gimnasio, ya había varios de los chicos. Brandon fue a prepararse, debía cambiarse y cambiar de silla de ruedas por una especial para practicar este deporte, no lo hacen solos hay personal de la clínica que los ayuda.

Observé todo el entrenamiento, no había estado en muchos anteriormente, pero me pareció muy interesante. Estaban dividido en tres grupos, del lado derecho de la cancha estaban los que mejor se desenvolvían, por así decirlo profesionales, iban a campeonatos e incluso participado en otros países.

Seguían los no tan profesionales, pero sus habilidades eran buenas, incluso para ser sucesores de los anteriores. Y por último estaba el grupo de novatos, aquellos que iniciaban en este deporte y sus habilidades empezaban a desarrollarse.

Y en ese grupo estaba Brandon, Matias era su entrenador y les enseñaba a todos estrategias para moverse con la silla, encestar, técnicas defensivas y ofensivas.

Veía a Brandon y a cada uno de los chicos que se encontraban en el gimnasio a quienes se les notaba la felicidad de ser parte de este equipo. Cada uno tiene circunstancias diferentes que los llevaron a quedar inmóviles de sus extremidades inferiores, pero estando aquí parecía que todo quedaba en segundo plano y disfrutaban el momento, de verdad amaban lo que hacían, se notaba en sus rostros y la enorme sonrisa que cada uno desprendía.

Mi teléfono vibró en señal de un mensaje entrante

¡Todo está listo! Te espero mañana.

Atte.  Ross

¡Genial!

El entrenamiento terminó y cada quien tomó su rumbo hacia los vestidores, yo solo levanté mis pulgares y Brandon me sonrió al ver mi gesto. Estaba feliz por él y tenía la certeza que él también era feliz.

—. ¿Que te pareció el entrenamiento? —Preguntó Brandon mientras salíamos de la clínica.

– ¿En serio preguntas eso? Acaso mi enorme sonrisa no es suficiente para demostrar lo mucho que disfrute del entrenamiento.

—¡oh! Perdón creí que es sonrisa era por alguien especial, ya que vi que después haber revisado tu móvil tu sonrisa se hizo más notable.

Valla no me lo imaginaba que Brandon me estuviera observando.

— No es lo que tú crees, iban a confirmarme de un nuevo trabajo y me han aceptado, por eso me puse feliz.— No le estaba mintiendo, lo de Liam era un trabajo. — ¿Que te parece si vamos por un helado? Hay una heladería cerca.

— ¡Claro, solo si tú invitas!

Ambos reinos y fuimos a la heladería, disfrutamos ese pequeño momento juntos platicando de distintos temas y conociéndonos un poco más, Brandon era una buena compañía.

Me despedí de él y regresé a mi casa para planear a detalle. Después de la cena me senté junto a mi madre para ver televisión. Veíamos unos de los programas de manualidaddes que a ella tanto le encantaban. A mi ciertamente no me llamaban la atención sobre todo porque cuando era pequeña intenté realizar muchas de las manualidades de Art Attak, todo parecia tan fácil cuando el presentador lo hacía, pero cuando lo hacía yo no me salía nada bueno, "Recuerda; no hace falta ser un genio, para ser un gran artista"  ¡Qué estafa de Disney! no se si alguna vez les pasó, pero a mí si muchas veces.  

Despues que terminó su programa le comenté sobre la oportunidad de trabajar en la casa de Liam, porque prácticamente sería así. A pesar de negarme de recibir un pago por ir a ayudar a Liam, Ross insistió que me pagaría una parte, así que en definitiva era un trabajo. 

Mi madre me apoyo y ella se encargaría de hablar con  mi padre. Sabía que ellos nose interpondrían y sobre todo con lo ultimo que pasó con Liam. Yo había cambiado mucho y tenia la certeza que lo podía hacer con él. 

Después de una larga platica con mi madre subí a mi habitación a pensar en lo que haría mañana en la casa de Liam, pero se preguntarán ¿Cual es mi plan?lo primero que tenía que lograr es que él aceptara mi presencia en su casa, contra todo pronóstico no me rendiría tan fácil, como dije soy una chica muy terca y no suelo rendirme fácilmente.