Vuelve a intentarlo

CAPITULO 11

Después de una platica con Brandon y en la cual evite a toda costa que Liam estuviera en nuestra conversación, ya que parecía que Brandon no estaba conforme con mi respuesta. Al final se rindió y dejó el tema a un lado.

La semana siguiente Samuel no volvió a dirigirme la palabra a menos que le diera una buena explicación. Y pues por el momento no podía dársela.

Mi relación con Liam, no llego a ningún avance incluso creo que retrocedimos. Los momentos que estaba con él en sus terapias no me dirigía la palabra, aunque yo intentaba varias veces sacarle algún tema de conversación él era reacio.

El estado de ánimo de Liam cada día empeoraba, según lo que me había contado su mamá y eso se veía reflejado en que no habíamos logrado avance en su terapias, su estado emocional influye en su recuperación y si él no lograba mejorar de su recuperación sería mas tardada.

Toqué el timbre de la puerta de la casa de Liam y Ross me recibió — Eli hoy no podré estar en casa, me ha surgido una emergencia, Liam esta con dos de sus amigos, así que cuando ellos se vallan tú puedes entrar, espero que no tengas ningún inconveniente. Katia ya se ha ido a su casa.

— Claro que Ross, yo estaré preparando algunas cosas, con relación a las terapias, hoy iniciaré con nuevas técnicas, espero tener mejor resultados.

— Gracias Eli, eres un Ángel. — Me da un beso de despedida y sale de la casa.

Subí por las escaleras, iba a utilizar el cuarto de baño para cambiarme, ya que no pude hacerlo antes. Pero antes de entrar a la habitación veo que uno de los amigos sale de la habitación de Liam

— ¿Hola? — me saludó el chico

— ¡Hola!— saludé

— ¿Tú eres? —me señaló

— Soy Eli y soy la terapeuta de Liam. — extendí mi mano para saludarlo

— Soy Lucas y soy amigo de Liam, no sabia que él tenía una terapeuta hermosa, creo que en estos momentos envidio a Liam, por el hecho de tenerte como su enfermera privada. – me sonroje ante las palabras de Lucas. Su móvil sonó y el salió de inmediato bajando por las escaleras. Se despidió de mi con una perfecta sonrisa.

Me acerqué a la habitación de Liam, porque escuché voces del otro lado.

— No entiendo ¿Cómo has soportado estar así? yo en tu lugar ya me hubiera matado.

Esa voz, yo la conocía, pero no lograba dar con la persona, pero sobre todo ¿Cómo podía decirle ese tipo de cosas? Esta persona no tenía corazón

— ¿Crees que no lo he intentado? ¿Crees que para mi es fácil estar así? cada día maldigo mi vida y el hecho de no poder caminar. – Oh no Liam, recaerá nuevamente, fue mi pensamiento.

– Tu sabes muy bien que soy uno de tus amigos, así que cuando quieras yo puedo ayudarte a que termines con ese sufrimiento, lo hago porque creo la vida en esas condiciones no es vida. Piénsalo yo puedo ayudarte, no quiero verte sufrir.

Esa voz, esa voz, y en ese momento recordé ¡Chase! era él. Que chico mas idiota. Escuché pasos cerca de la puerta y me retiré lo mas que pude, quise bajar las escaleras pero un brazo me detuvo.

— ¿Tú que haces aquí?, no me digas que ahora Liam es tu obra de caridad.

— ¡Que te importa! y ¡Suéltame!.–Me vio de arriba a abajo — ¿Cómo puedes decirle esas palabras a Liam? él esta muy mal y tú lo único que haces es dañarlo más. —Me solté de su agarre y lo miré desafiante. El muy estúpido solo soltaba una sonrisa de boca cerrada.

Unos estruendos de cristales provenientes de la habitación de Liam, hicieron que quitará mi vista de Chase.

– Creo que tendrás un duro trabajo –sonrió de manera burlesca —Corre hacia tu obra de caridad, porque creo que necesita de tu ayuda.

Lo mire con furia y salí corriendo hacia la habitación de Liam. — ¡Liam! ¡Liam! —grité y mis pies pisaron lo que parece era un vaso de cristal. Escuché unos sollozos a un lado de la cama y veo Liam tirado, golpeando con sus puños en el suelo, mientras lagrimas se desbordan de sus ojos.

Nunca había visto a una persona asi, débil y vulnerable. En estos momentos al ver a Liam de esta forma, quería regresar el tiempo y ver al Liam, prepotente, egocéntrico, que meses atrás me había besado a la fuerza en un cuarto del conserje.

Me arrodillé ante y le ayude a levantarse, su espalda se recostó a un lado de la cama, sus ojos seguian cerrados y sus manos en puño, su respiración estaba totalmente acelerada.

— Liam, cálmate por favor, no hagas caso de Chase –Y creo que fue un error mencionar a ese estúpido, porque su respiración se aceleró aún más. No sabía que hacer para que Liam se calmara y se me ocurrió lo más estúpido.

Lo besé

Bueno en realidad solo tope mis labios con los suyos. Tenía mis ojos cerrados porque lo que menos quería era ver su rostro de repugnancia. Sentí que la respiración de Liam empezó a calmarse, así que empecé a mover mis labios contra los suyos esperando una respuesta.

Me sorprendió que Liam me siguiera con el beso y es cuando me atreví a disfrutar de lo que estaba sucediendo. Nuestras bocas se unieron en un compás y parece que el beso estaba funcionando, porque Liam empezó a relajarse y creo que también lo estaba disfrutando porque su lengua empezó con un vals con la mía.

Nunca había tenido un beso como este, los labios de Liam se sentían dulces y a la vez salados, esto por las lagrimas que había derramado. Una de las manos de Liam se deslizó hacia mi nuca, haciéndome que yo profundizará el beso, mis brazos bajaron hacia sus hombros y pude sentir sus músculos relajados.

Y aunque estaba disfrutando del momento, esto no era correcto. Jugar con los sentimientos de una persona, nunca es correcto, y eso precisamente era lo que yo esta haciendo. Liam se encontraba en un momento vulnerable y yo me estaba aprovechando de eso. Pero lo único que quería era que él volviera a ser el de antes.

— Liam– dije tratando de separarme — Esto... esto no esta bien. – Pero al parecer él no quería separarse de mi. Aunque yo tampoco quería, el sentimiento de culpa no me permitía seguir con esto. — Liam, lo lamento no.. no debí hacer esto. – dije al separarme de él y agachando mi rostro por vergüenza y porque en estos momentos estaba tan roja como un tomate. — No quiero que pienses que me aproveche de tu vulnerabilidad, te juro que nunca volverá a suceder.




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