Liam POV
Sus labios era lo mas delicios que había probado. Y de verdad que los estaba disfrutando. No pude contenerme al tenerla tan cerca, sentir su calor corporal cerca del mío me envolvio en una burbuja de la cual no quería salir.
No lo quería admitir pero Eli, me gustaba. No solo me gustaba, creo que me estaba enamorando de ella. Pero no quería que eso sucediera, yo no era digno de tenerla a mi lado, ella tenía un corazón enorme y no era digno de adueñarme de ese corazón, yo no podría ofrecerle el amor que ella merecía.
Pero no quería alejarme, no queria dejar de sentir esos dulces labios. Pero estaba mal y lo sabía.
Me separé y junté nuestras frentes. Mi respiración estaba acelerada al igual que la suya — Eli, perdón yo no quería...
— No te preocupes, creo que solo fue el momento — solto una risa forzada — Creo que si fue duro el golpe en mi cabeza. — se levantó de mis piernas y se fue detrás de mi para empujar la silla de ruedas. Llegamos hasta la recepción y pidio una pastilla para el dolor de cabeza.
Llamé a Agustin para que viniera a recogernos. Mientras esperábamos en silencio, recordé todos los sucesos, me sorprendió ver a aquellos niños felices, muchos de ellos con experiencias desgarradoras, pero aun así sonreían. fueron un gran ejemplo para mi. También me sorprendí de aquellos chicos que jugaban baloncesto, me admirada de su gran habilidad con el balón, nada les impedia disfrutar del juego.
Me sentí como un idiota solo de pensar que mi vida acabaría cuan quede sin la posibilidad de caminar. Pero no era así y hoy me había dado cuenta de todo esto. Y para rematar esta tarde me besé con Eli, lo que me provoco que pudiera definir un poco mas mis sentimientos para ella.
Pero si de algo estaba seguro era que no podíamos estar juntos.
— Espero que te la hayas pasado bien — Eli interrumpió mis pensamientos
— Claro que me la pase bien, gracias Eli. En serio esta tarde he aprendido muchas cosas. Gracias nuevamente — Dije sinceramente — Estoy pensando muy seriamente en volver a la escuela — Eli se sorpendió — Creo que es momento de salir, no puedo estar encerrado todo el tiempo
— ¿Estas seguro Liam? — Me encantaba cómo sonaba mi nombre en sus labios. ¡Concéntrate! — Me parece genial que quieras dar ese gran paso
— Si Eli, estoy seguro. Pero solo voqy a hacer lo con una condición.
— ¿Dime cual es?
— Quiero que me acompañes, que seas mi soporte. No quiero hacer esto solo
— Claro que te acompañare — Sonrió. ¡Que linda sonrisa!
¡No! ¡Liam! ¡Te estas enamorando! ¡Eso no es bueno!
— Gracias — Fue lo último que dije, ya que Agustin llegó a recogernos.
Despus de aquello ya no surgió ni un platica entre nosotros. No quería hablar sobre el beso, porque parecía Eli estaba incómoda y sabía que era perfectamento por eso.
Llegamos a la casa y me despedí de ella. Era mejor así, no quería que ella se ilusionara conmigo, ni yo con ella y era mejor mantener nuestra distancia.
(...)
— No te enojas si invito a Eli a tomar un café — Preguntó Lucas, mientras seguía jugando en su telefono.
— ¿Porque habría de enojarme? — Dije, aunque en mi interior me incomodaba su pregunta
— Porque presiento que ella te gusta, que te gusta de verdad
— Además de idiota, eres ciego. Eli no me gusta, solo ... le tengo agradecimiento — ni yo me lo creía, pero esperaba que Lucas se lo creyera.
— Ahora repítelo cien veces, porque ni tu te lo crees, pero si no te importa entonces la invitaré.
— Voy a regresar a la escuela.
Me vio sorprendido
— ¿Es enserio? — Asentí — Me alegro por ti amigo. Es bueno que quieras regresar a tu vida anterior.
Se recostó en mi cama mientras veía hacia el techo.
— Cómo quisiera acompañarte, pero no podré estar ahí. Le pediré a Eli que esté muy atento a ti.
Rodeé los ojos. Cuando mi amigo se le metía una idea a la cabeza era imposible sacarsela. Insistía en que Eli me gustaba y no estaba equivocado, pero por el momento no quería relaciones sentimentales.
(...)
Una semana despues de haber decido regresar a la escuela, mis palabras se estaban convirtiendo en realidad. Iba en el auto, mientras Agustin conducía. Me encontraba nerviosos, no tenía idea de cómo me iria. Lo bueno era que Eli estaría a mi lado.
Le pedí a Agustin que me dejará en una parte alejada del estacionamiento. Llamé a Eli y le informé en donde estaba.
A los pocos minutos ella llegó. Traía su típica sonrisa. Siempre me gustó su sonrisa, cada vez que la veía con Samuel y la veía reír, su sonrisa me daba una paz. Y eso que solo la veía de lejos, ahora que la tenía cerca, su sonrisa aceleraba todos mi corazón y mi respiración.
— Me alegra que ya estes aquí — Dijo, respirando con dificultadad, supongo que había corrido para llegar hasta aqui.
Agustín me bajo del auto y me acomodó en la silla de ruedas. Eli se colocó en mi espalda y empezó a empujar la silla. Mis nervios empezaron a traicionarme, cuando muchas personas se me quedaban viendo, murmullos no se dejaron esperar, y mi enojo estaba por explotar.
Sentí una mano en mi hombro. Era de Eli
— Tranquilo, es normal que todos te vean así. Estan sorprendidos de verte, muchos de ellos ignoraban tu condición.
Asentí y me tranquilicé un poco. Seguíamos avanzando por los pasillo, cuando visualicé a lo lejos al equipo de Baloncesto, Chester venía en el centro. Significaba que había tomado mi lugar. Ahora era el nuevo capitán. Me tense al verlo no sabía como sería su reacción.
Eli puso nuevamente su mano en mi hombro, ella ya sabía me encontraba de cierta forma incomodo. Pero lo no que no sabía era ese simple gesto me tranquilizaba y me daba valor.
— ¡Amigo! ¡Qué bueno verte! — Los chicos se acercaron a mi, saludandome como si no yo estuviera de pie en medio del pasillo y no en una silla de ruedas. Sonreí ante cada saludo.