Al día siguiente:
Desperté con el sol entrando por mi ventana, era un hermoso día, pero no tenía ánimo de levantarme, sentía un vacío en mi pecho, sentía que algo malo iba a pasar y así era... no sabía todo lo que se venía.
Cuando me levanté a tomar desayuno todo estaba bien, iba caminando a la mesa cuando sonó el timbre, y fui a abrir.
Xx: Buenos días, ¿estará Carla? – era un repartidor de correo
Carla: Soy yo, ¿qué necesita? – sonrío amable
Xx: Me enviaron a dejarle este sobre – saca un sobre y me lo entrega en las manos – me dijeron que solo se lo podía entregar a usted.
Carla: Ok, muchas gracias – sonrío amable – ¿debo firmar? ¿dar propina?
Xx: no, está todo pagado, adiós – dice alejándose
Cerré la puerta y miré el sobre en mis manos, ¿qué será? y ¿exclusivamente para mí? qué raro.
Estaba volviendo a la mesa y vuelve a sonar el timbre, Uf y ahora ¿quién será?
abrí y ¡era mi amiguito! ¡Era Simón!
Simón: ¡Hola pequeña hermosa! ¿Cómo estás? – me abraza con cariño
Carla: ¡Hola! ¡Bien! pasa, tomemos desayuno juntos, acompáñame – me tomo de su brazo y lo conduzco a la mesa
Simón: Bueno, y los chicos ¿están?
Carla: sí, creo que están en la mesa, mira lo que me acaba de llegar – dice mostrándole el sobre
Simón: Y ¿qué es? deja verlo – dice tratando de agarrarlo
Carla: No señor Simón – lo esconde bajo su blusa mientras ríe – lo veremos después de desayunar.
Así caminan a la mesa y ahí estaban todos los chicos ya desayunando
Sam: Simón que gusto verte – veo que se alegra al verlo
Simón: hola, Sam, hola a todos – mueve la mano
La mayoría: Hola
Carla: Ven Simón, siéntate a mi lado – digo poniendo una silla a mi lado, cosa que no le agradó a Lucas
Lucas: Pero yo soy quien se sienta a tu lado amor – mira serio a Simón, éste lo mira de la misma forma – y ese sobre ¿es tuyo? ¿Quién te lo dio?
Carla: Lucas no empieces – elevo una ceja – y si es mío, me lo acaban de entregar en la puerta antes que llegara Simón y no tiene remitente.
Eve: ¿y qué es? – mira curiosa – ¿lo abrirás?
Carla: Después del desayuno – digo intentando sonar tranquila
Rous: vamos ábrelo o nos dejaras con la duda a todos – aplaude como niña pequeña
Carla: Ok, pero después tomaremos desayuno tranquilos, ¡eh! – suelto una risita nerviosa
Comienzo a abrir el sobre, y primero vi una nota que decía: “Esto es lo que hace tu noviecito en tu ausencia”
Me di cuenta de que eran fotos, porque cuando las sacaba tenían una textura suave, cuando las giré me llevé la mayor decepción de mi vida, en las fotos salía, Lucas, con una p***, quedé en shock y solté las fotos, todo comenzó a pasar en cámara lenta.
Simón recogió las fotos y me miró con los ojos como platos, me di cuenta de que todos me miraban y vi a Simón ir directo a mí y abrazarme, los demás tomaban las fotos que estaban en el suelo y no había gran reacción en ellos, ellos ya lo sabían, no puede ser, ellos lo sabían, me comencé a sentir mal, todo me daba vuelta y luego solo escuchaba a Simón a lo lejos.
Narra Simón:
Vi a Carla desvanecerse, esas fotos, era ese maldito de Lucas, ¡lo sabía! ¡escondía algo! pero esto no va a quedar así.
Simón: ¡Lucas!, eres un, eres un, ¡animal! – dije y me abalance sobre él, lo golpee hasta que me cansé o hasta que me lo quitaron, mejor dicho, su cara estaba sangrando, su ceja estaba rasgada, pero no tenía remordimiento.
Uzziel: Simón no sabes cuánto te entiendo, ¡pero no te ensucies con esto! – decía tratando de tranquilizarme
Simón: ¿En serio eso quieres? – me alejo y los miro con desilusión, desprecio, asco – él acaba de matar a Carla, le ha terminado de romper el corazón, al igual que todos ustedes, - apunto a cada uno – porque no pueden decir que no lo sabían, ¡porque se les ve en la cara que sabían todo! – las lágrimas no dejaban de salir de mis ojos.
Narra Carla:
Desperté a la realidad y sentía un gran vacío en mi corazón, no saben lo que sentía, ya no aguantaba más, ¿es que nadie se interesa por mis sentimientos? ¿tan poco valgo?
Miré a mi alrededor, estaba en mi cuarto, Simón tenía sus dos manos en su cara, se veía que lloraba, pero tenía sangre.
Carla: ¿Simón estas bien? – me siento de golpe – ¿porque sangras?
Simón: hermosa ¿estás bien tu? – dice abrazándome – esto no es nada, solo es sangre de cerdo.
Carla: Realmente no sé cómo estoy – respondo sin tener las fuerzas necesarias para abrazarlo – dime Simón – lo miro con desesperación – ¿fue un sueño?
Simón: No cariñito, no lo fue – niega con pesar