Vycops

Terra II

El escuadrón Blindspot ha conseguido hasta ahora superar tres misiones sin apenas bajas, en unos momentos despegaremos para nuestra próxima misión a Terra II, una copia casi exacta de nuestro planeta de origen, la Tierra.

— Ya sabéis las órdenes: Intentar contactar con cualquier modo de vida inteligente sin violencia, pero si ocurre cualquier tipo de ataque, contratacar sin contención. Las comunicaciones estarán cortadas con el exterior del planeta debido a las características de éste, no contaremos con ayuda ¿Alguna pregunta o duda? ¿Sí? Zohary— levanta la mano.

— ¿Y por qué no van ellos? ¿Por qué tenemos que hacer el trabajo sucio?

— Zohary, no sigas— desde que Nix murió en la última incursión no para de cuestionar a los mandos.

— Ni siquiera son cómo nosotros— mira a sus compañeros— nos desprecian porque somos así— señala sus dos piernas de biomecánicas metálicas.

— Lyon, llévatela— espero que ningún oficial la haya escuchado.

— No— le empuja— vosotros conocíais a Nix, ella era una buena persona, no quería ser una Vycops, quería tener una vida normal y porque era diferente la mandaron a la muerte ¡Eso es lo que hacen! ¡Nos mandan a la muerte porque no somos cómo ellos!— un torrente de lágrimas cae por su cara— Ellos...

Baja la mirada hacia su pecho y ve un punto de luz atravesarlo, se toca la herida y me mira fijamente a los ojos mientras cae muerta.

— Cualquier muestra de insubordinación será castigada sin piedad— nos advierte el sargento Masson mientras se marcha tranquilamente.

 

 

Sentado en la nave pienso en Zohary, ella ha tenido la valentía de expresar en voz alta lo que muchos de nosotros pensamos. Cierro los ojos y aprieto los puños intentando contener la rabia que bulle por salir, ella no se merecía morir así.

Un fuerte impacto desvía la nave de la trayectoria fijada, las luces de emergencia y la señal de alarma saltan en el mismo instante que se parte en dos la nave y caemos al vacío. Abro el paracaídas y miro los trozos de la nave atravesados por miles de barras de algo muy duro y cortante, miro hacia abajo y descubro unos edificios salidos de las profundidades de la tierra que lanzan esas barras, en ese instante se abren unas compuertas y salen de ellas pequeñas naves negras que atacan a los supervivientes que caen desde la alturas y a los que ya han podido llegar al suelo. Por suerte para mí los disparos dan en la pierna biomecánica y no me producen grandes daños, pero al paracaídas sí, está destrozado y no para de dar vueltas. Me acerco a las copas de los árboles vertiginosamente, las ramas me arañan y golpean hasta que doy de bruces contra un árbol quedándome enganchado a él, me recupero un segundo y miro al suelo, está bastante alto pero aún así corto las cuerdas y salto sobre mi pierna biónica manteniéndome perfectamente sobre ella.

Ya en el suelo busco a mis compañeros esquivando los disparos de las naves, tras un enorme árbol encuentro a Lyon con media cara de metal al aire y a Minny cerrando una herida en su pierna con el láser de uno de sus ojos.

— ¡Soltad las armas!— una voz metálica se escucha detrás de nosotros.

Nos volvemos y nos encontramos a cinco enormes robots rodeándonos y apuntándonos con cañones de energía. Uno se acerca y mira la cara de Lyon con curiosidad.

— No sóis máquinas, no sóis humanos, ¿Qué sóis?— ladea la cabeza. De repente se queda inmóvil y se escucha un zumbido, se está comunicando con alguien— Nuestras órdenes han cambiado, debemos llevaros con nosotros.

Nos conducen bajo tierra por enormes túneles hasta llegar a una sala rodeada de pantallas que muestran lo que sucede en el exterior, los robots matan sin piedad a todos los humanos y a los que son cómo nosotros los agrupan y los conducen hasta los túneles. En el centro de la sala hay una nave muy antigua, tiene los paneles desmontados y le faltan piezas, tantas que sólo queda el armazón.

— ¡Mirad, es una InSight!— Lyon señala el único panel intacto que tiene grabado el nombre de InSight X.

— No puede ser, ninguna de las InSight llegó a ningún planeta, eran prototipos de inteligencia artificial que no funcionaron y se dejaron de construir.

— Fui construida en el año dos mil doscientos treinta y cinco. Misión, descubrir planetas compatibles con la vida humana y acondicionamiento— la voz de InSigh es la de una mujer.

— ¿Cómo llegaste hasta aquí?— pregunto.

— Observad.

Las pantallas empiezan a emitir una grabación, las imágenes pasan velozmente ante nuestros ojos, al principio la nave viaja por el espacio durante mucho tiempo, en un momento algo choca contra ella y ésta se desvía de su rumbo mandándola a una anomalía Críptica, que son las que nos permiten viajar grandes distancias. Luego de atravesarla sigue su viaje hasta llegar a Terra II. No es remotamente parecida a lo que es ahora, el planeta está arrasado, hay incendios por doquier, edificios destruidos, cuerpos de una raza desconocida pudriéndose. La InSigh aterriza en el planeta, con sus toscas herramientas y restos de piezas esparcidas consigue construir una araña mecánica que la ayuda a construir más cómo ella, luego construyen el primer robot, luego otro y otro. Con paciencia consiguen controlar las naves negras y activar las defensas. Vertiginosamente nos muestra cómo con los siglos consiguen limpiar Terra II y hacerla cómo es hoy, un paraíso.

 




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