Wade

Capítulo 13

Elizabeth
Wade se acercó a mí y me agarró de la cintura impidiendo que me moviera.
Lo empujé dispuesta a salir corriendo cuando se diera la oportunidad, pero este no se alejó de mi ni un centímetro. 
No podía creer que hubiera aceptado el trato. Confie en él, aún que yo misma me consideraba estúpida por hacerlo. Y me falló.
Mi corazón bombardeaba con rapidez, creando náuseas.
— Que rápido te has decidido, Hall. –Opinó Edler con una sonrisa mientras miraba fijamente a Wade. Me quede algo sorprendida al escuchar su apellido.– ¿Qué quieres a cambio? Tú y yo sabemos que no haces favores.
— Me has prometido muchas cosas. –Contestó, manteniendo su agarre en mi. Todos estaban atentos a lo que estaba ocurriendo. Dispuestos a pelear si hacía falta.– Recuérdamelo, y te diré algo más que quiero.
— Le he ofrecido una tregua. –Anunció Edler. Muchas personas quedaron sorprendidas, otras simplemente negaron con la cabeza.– También le he ofrecido algún que otro negocio donde podríamos salir ganando todos.
Los susurros inundaron el lugar. Mucha gente no estaba de acuerdo, otros simplemente pasaban del tema.
Edler no separaba los ojos de Wade y de mi, esperando cualquier movimiento.
— ¿Qué es lo que buscas con esto, Hall? –Preguntó Edler. Se le estaba acabando la paciencia, se notaba. Sus puños estaban cerrados y sus venas se podían ver desde lejos.– Dejemos los jueguitos.
— Aparte de todo lo que has dicho... –Comenzó a hablar Wade, dando un paso al frente. Me puso a sus espaldas con sus manos, tapándome la visión.– Quiero saber la razón por la que quieres a Eliana.
— ¿Tantos días y no te has aprendido su nombre, Wade? –Escupió, con enfado. Me eché a un lado para poder verlo. Se encontraba cruzado de brazos mirando atentamente a la montaña que tenía enfrente de mi.– No te tengo porque decir el porqué la quiero. –Soltó con desdén.– Dámela.
Cuando soltó aquella orden, todos se pusieron en modo batalla-vamos-a-partir-cuellos.
Busque con mi mirada a Adam o a Diane. No estaban. En cambio Axel se encontraba uno de los primeros.
¿Que estaba pasando aquí?
Estaba temblando. Sí Adam ni Diane estaban aquí, eso solo conllevaba problemas.
Eran los únicos que me defendían, aparte de Seth. Pero Wade le había demostrado que quien tomaba las decisiones era él. Seth no tenía nada que hacer contra Wade.
Suspiré frustrada. Tenía que encontrar una salida por donde fuera. Aprovechar cualquier oportunidad para salir de aquí ilesa.
Volver a mi piso, y si eso largarme del país.
Esa era la única escapatoria que se me ocurría ahora mismo.
— No te la daré si no me respondes. –Soltó Wade, sin miedo. Estaba tranquilo, como si estuviera hablando con una persona normal. La cosa es que Edler era de todo menos normal.– Ese es el trato.
—Si no es por las buenas será por las malas. Tú más que nadie sabe de lo que soy capaz. –Amenazó dando un paso al frente. Cada vez estaba más cerca de Wade, pero a este eso no le intimidaba.
Quise escaparme. Era lo que más quería, pero mi cuerpo no me lo permitía.
Quería saber en qué terminaba todo esto. Quería saber si Wade había tenido los huevos de entregarme. Quería saber si finalmente me había fallado.
—¿Crees que saldrás ganando? –Preguntó Wade con sorna. Edler gruñó enojado, pero siguió burlándose.– Mientras tu peleas con mis hombres, yo me la llevaré lejos. Dónde jamás podrás encontrarla.
— No me subestimes. –Ladró Edler, acercándose cada vez más.– ¿Crees que soy gilipollas? Jamás podrás huir de aquí con ella, eso te lo aseguro.
—Bien, entonces la mataré.
Antes de que pudiera hacer algún movimiento, Wade me atrapó. Su brazo se enrollo en mi cuello mientras que con otro me sujetaba de la cintura.
Jadeé de la sorpresa, pero también del terror.
Escuché a Seth quejarse pero más gritos taparon lo que decía.
Todos habían sacado sus armas y se apuntaban los unos a los otros.
— Estás cavando tu propia tumba. –Gritó Edler. Sacó su arma de su cintura y apuntó directamente a nosotros.– Suéltala
—¿Por qué te interesa tanto? –Preguntó Wade. Su mano que estaba en mi cintura, se deslizó hasta que lo único que pude sentir era frío donde minutos antes estaba. Algo presiono mi cabeza.
Miré hacia la izquierda y pude ver como Wade presionaba un arma en mi cabeza. 
Grité sorprendida y me removí buscando cualquier salida que se me presentara.
— No tienes mucho tiempo, amigo. –Amenazó mientras intentaba controlar mis sacudidas. Le mordí el brazo, le hinque mis uñas... Pero a este nada le hacía daño.– Respóndeme.
— No me toques los huevos... –Respondió Edler acercándose cada vez más.–
Wade vio sus intenciones y frunció el ceño, avisándole. Edler dejo de caminar.
Todos estaban esperando cualquier movimiento para comenzar con la guerra.
Una guerra que Wade había causado.
Todo esto era su culpa.
Alejé mis manos de su brazo, rindiéndome. Este se confió y aflojó un poco el agarre.
Elevé mi brazo a la altura de mi pecho. Cuando Wade se dio cuenta de lo que estaba apunto de ocurrir era bastante tarde.
Mi codo golpeó con fuerza su abdomen, doblándolo en dos. Mi otro codo fue a parar a su cabeza, aturdiéndolo.
Por último, le pegué una patada en sus costillas y eché a correr.
Se escuchaban disparos a doquier. La gente chillaba mientras que otras reían divirtiéndose.
Alguien me agarró de el brazo, sacudiéndome. Caí al suelo por la fuerza que había ejercido.
La mirada de Edler me penetró haciéndome sentir escalofríos.
—Te vienes conmigo. Ahora. –Ordenó mientras tiraba de mi.
Me retorcí como minutos antes había hecho con Wade sin éxito alguno. Este seguía tirando de mi como si su única salida fuera sacarme de allí.
Quería irme a mi casa, con Anubis. Cómo meses antes, sin tener una guerra de por medio de patéticas bandas.
Me metió en un callejón donde estaba encendido un coche. Tenía las llaves puestas y las luces prendidas.
Sabían perfectamente lo que iba a pasar.
—¡Te dije que no te la ibas a llevar! –Gritó alguien a la entrada del callejón. Unos pasos se escucharon y segundos después teníamos a Wade enfrente nuestra. – No cumpliste con tu trato, imbécil.
No sabía en quien confiar. Uno me había apuntado con un arma en la cabeza, mientras que otros destrozó el lugar donde trabajaba.
Pero Wade me había salvado ese día en el apartamento.
Edler me dejó escondida en su espalda mientras lo apuntaba con la pistola.
— Me llevo a la chica. –Informó.– La tregua será confirmada mañana por la mañana. Ese era el trato.
— No. –Wade se acercó a nosotros sin defensa alguna.– Te he hecho una pregunta y no me has respondido.
Edler quitó el seguro de su pistola. Sabía lo que iba a venir segundos después.
Negué con la cabeza. No podía dejarlo así. Él me había ayudado.
Empujé a Edler con todas mis fuerzas hacia el coche y corrí hasta Wade.
Este me agarró de la mano y segundos después estaba en sus brazos corriendo.
Los disparos se escuchaban muy cerca de nosotros.
Wade me estaba protegiendo.
Presiono mi cabeza en su pecho, escondiéndome más de los disparos que Edler estaba causando.
La cercanía de Wade me ponía nerviosa, pero también me sentía protegida. Él podría haberme puesto un arma en la cabeza, pero ahora sé que jamás había tenido intenciones de apretar el gatillo.
—Te sacaré de aquí. –Murmuró mientras corríamos más y más lejos del desastre.–



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En el texto hay: mentiras, risas, amor

Editado: 13.06.2018

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