Wallas
Bien, después de hablar viene el beso
[…]
Sheryl Winston. La reencarnación perfecta de mi tatarabuela Cecile Winston: Fría, calculadora, guapa, manipuladora, coqueta, adinerada, con un afán de querer tenerlo todo.
Esa es mi prima.
- Son como dos niños peleando por un juguete recién adquirido - dice la pelirroja interrumpiendo mi intento de charla con mi hermano
Y viéndola aquí enfrente de mí me hace pensar en las cosas que hice con ella.
Se pone las manos en la cadera y las menea.
- ¿Hit me dejas a solas con Wallas? - ordena
Su fría mirada se dirigen a la rubia quien silenciosamente se pone al lado de mi hermano.
- ¿Debes ser tú la huérfana? - pregunta socarrona
Los ojos de Emma cambian al instante y su mirada se vuelve glaciar.
- Si
- Los dejo solos - dice Hit tomandola del brazo. Emma parece sorprenderse con el acto pero no replica - necesito de la señorita Foster
- Bien
Ambos desaparecen por el umbral que conduce a la sala y con mala gana miro a mi prima.
- Mi tía organizará la reunión de cada año antes de navidad
- ¿Y? - pregunto dándole otro mordisco a mi sándwich
- Pues eres el primogénito - responde obvia - debes hacerte cargo tú - me apunta con su dedo acusador
- Esta bien
Me aparto de ella a una distancia prudencial.
- ¿Qué te ha dicho mi madre?
- Lo de siempre, que me haga cargo de lo que tú te niegas a hacer
- Bien pues, te dejo a ti la organización
Mi respuesta parece no haberle caido muy bien. Su respiración comienza a ser pesada y sus ojos son dos cuchillos con filo. En cualquier momento puede lograr cortarme las venas si ella lo desea.
- Wallas, lo haré - dice apoyándose sobre una estatua de mármol - pero quiero algo a cambio
Enarco una ceja.
Me seria más util dejar que ella se haga cargo de todo pero esas cosas a mí no me van. Por lo que no me queda de otra que aceptar su oferta.
- Hay chicas alrededor tuyo como perros hambrientos - mueve sus manos en dirección al suelo como intentando dibujar lo que ella intenta explicar
- ¿Y?
- Mañana enviaré las invitaciones a todos ¿Alguien en especial? - pregunta cambiando el tema. Yo niego. - ¿Emma?
Yo termino mi alimento y le presto más atención.
- ¿Qué tiene que ver ella? - pregunto logrando que las cejas bien depiladas se arquen
- La hermana René asistiría y con ella sus amparadas. Emma está entre ellas. Pero es empleada tuya
- ¿Quieres decir que si va a ir como invitada o como personal de empleadas? ¿No?
Ella asiente gustosa.
- Deja que asista con su protectora y sus amigas - divago en el ademán de querer irme
- ¿Porqué tanto interés en la chica? - pregunta
Creo que este tema ha dejado de ser del baile.
- Mamá me hizo prometer que evitara que salga enamorada de Hit - respondo restandole importancia
- ¿Desde cuándo eres tan obediente?
Sus uñas larga se adieren a mi brazo cuando de una zancada llega a sujetarme con firmeza. Los ojos de Sheryl han dejado el verde para ser reemplazado por el negro de la ira.
- ¿Y sí tu te llegas a enamorar? - pregunta sin prestarle atención a su agarre impotente
- Si eso pasa, no me queda de otra que aceptarlo
Me libero de su agarre y ella parece querer flaquear cuando lanza una mirada fría. Sus ojos estan algo rojizos y cuando confirmo que no es a mí a quién mira encuentro a Hit y a la rubia torpe detrás de nosotros.
- ¿Interrumpimos algo? - pregunta Hit con una sonrisa que deja ver más que malicia
- Nada en absoluto - responde Sheryl
Me hace a un lado y camina hacia los intrusos. Agita su cabellera con su mano y gira hacia la sala.
- Deseo hablar con la señorita Emma, ¿Hit?
- Vale hermano - responde mi pelirrojo hermano mirándole a Emma como si ya hubieran acordado una especie de trato de confidencialidad
Este, al igual que nuestra prima, desaparece por el umbral hacía la sala.
Simplemente quedamos Emma y yo en un silencio que no deseaba que sea silencioso.
- ¿Qué desea señor Wallas? - pregunto cordialmente
Mi respuesta fue tan idiota como poco pensada:
- Hágame un sándwich