Wallas
Muchas veces pensé en haberte perdido
[…]
Me pongo el traje azul contemplando mi imagen en el espejo.
Suspiro por última vez y me asomo por la ventana para ver a una gran cantidad de personas en el patio.
Perfecto, todo el mundo de la alta sociedad y tipos pijos se encuentran concentrados en un solo lugar para celebrar noche buena.
Bajo a la primera planta para tomarme con la suave música de entrada: campanas suenan
Sheryl se encuentra parada en la puerta con una sonrisa falsa y un vestido negro largo.
Hit esta también en la entrada esperando seguramente a alguien.
Le hago caso omiso y me pongo al lado de mamá y Guilian. Sus semblantes son de una sonrisa y yo temo que me contagie.
[…]
La gente llega a cada minuto con sus risas empalagosas. Muchas me han quedado mirando como si fuera la manzana de la discordia.
Pensé que todo sería normal hasta que la hermana René ingresa acompañada de cuatro chicas. Las inspecciono y me sorprendo encontrando a Emma entre ellas. Aunque era obvio que vendría. Pero no me la imaginaba en un vestido blanco corto hasta las rodillas y su cabello bien peinado. Podría hasta parecerse una pincesa. ¿Cuál? Podría compararla con Cenicienta. Una Cenicienta cotilla que se entromete en lo que no le incumbe.
- Buenas noches hermana René - saluda Hit con una reverencia a la cua todas las chicas reprimen una risa - Emma - la sujeta de brazo y ella sonríe
- Vayan con Dios - dice una de sus amigas, una pelinegra
- ¿Hit? -cuestiona mi mamá mirándome en espera de hacer algo
Me cruzo de brazos y observo como mi hermano conduce a Emma hacia las escaleras.
[…]
Desde hace una hora que nadie ha bajado. Ni Hit ni Emma. ¿Qué estarán haciendo? Sé que le prometí a mi madre proteger a la nueva empleada de las garras devoradoras de Hit. Pero es imposible ayudarla si ella no coopera.
Tomo otra copa de champán y al hacerlo me hace recordar la vez en que conocí a la rubia.
Sheryl me ha observado con mala cara desde temprano y mamá observa impaciente las escaleras.
- ¿Crees que ha pasado algo? - me pregunta Guilian sorprendiendome
- ¿A qué te refieres? - pregunto incrédulo
Obvio, se refiere a Hit y a Emma.
- No te hagas el idiota que no se te da - rueda los ojos - Hit ha bajado hace un hora, de Emma no hay rastros
¿Qué? ¿Cómo?
- ¿De que hablas?
- Mientras dabas tu segundo discurso de la noche, Hit bajo con otro traje, supongo que algo paso con el primero - dice incrédula - a Emma no la he visto bajar aún
Asiento y subo las escaleras sin ningún cuidado.
Hace dos años Hit abuso sexualmente de una empleada nuestra y tiempo después esta se suicidó.
Abro la puerta de la habitación de Hit y no encuentro a nadie. Mis nervios continúan y lo siguiente que hago es asomarme a la ventana para ver si algún rastro de intento de suicidio.
Parece que todo estaba perdido hasta que noto la escalera que descansa en la pared de la ventana.
«Nadie nos podrá encontrar arriba, vamos Wallas anímate»
- Claro - exclamo por lo bajo
Salgo afuera y me aferro al marco de la ventana para no caerme a medida que avanzo con temor.
¿Cómo pudo ella subir con tacones? Requiere de unas buenas agallas para hacer tal locura.
Llego a la escalera y me siento aliviado cuando sujeta las azas y comienzo a subir. El aire azota mi cara y mi cabello que tardé horas en arreglarlo se mueve como un vaivén sin rumbo. Así hasta que el clima se tranquiliza y el tejado cubierto de nieve logra captar toda mi atención. Mis ojos buscan en todo el lugar hasta que finalmente recaen en una silueta echa una bolita.
Sonrío ante la escena.
Ahí esta ella y a medida que me acerco la veo mejor. Con una botella en mano y sus mejillas sonrojadas, tal vez por el frío o por el alcohol.
- El increíble Wallas Winston - exclama la ebria rubia
- ¿Crees que soy increíble? - pregunto
Ella niega y yo me siento al lado suyo. Su vestido está algo levantando por lo que me deleito contemplando sus contorneadas piernas. Esta mujer es sexi sin saberlo.
- El alcohol no resuelve nada
Ella se ríe.
- Toma y entenderás Wallas
Se relame los labios.
Me quito el saco y lo pongo en sus hombros, ella me agradece con una sonrisa y se lo pone.
- No quiero nada de alcohol - contesto rechazando su ofrecimiento - deja tú el alcohol
Le quito la botella y ella ríe.
- Cómo no soy linda no tomaras conmigo ¿Eso es discriminación Wallas?
Niego.
- Entonces toma conmigo solo una copa
- Estabas bebiendo de una botella
Ella asiente y me arrebata la botella de las manos para llevársela a los labios.