Wallas

Capítulo 16

Emma

Empezaba a gustarme aquel juego que tratamos de mantener

[...]

 

Me sentía totalmente confundida.
Así que sujeté con firmeza mi helado y lo lamia mientras Drake me miraba raro.
E


narca una ceja, pero no le tomo importancia.

- Algo te pasa Foster -comenta mi amigo de lentes

- No nada

- Estás así desde que irrumpí en la sala de música con Wallas Winston, se que trabajas para ellos, pero se me hizo extraño, totalmente, encontrarlos en una pose demasiado comprometedora

Joder...

- No me hagas recordarlo - musito llevandome el helado a la boca

Me acerqué más, la verdad era que deseaba un beso, pero no iba a flaquear. Lamentablemente mi cuerpo deseaba otra cosa.

¿Qué no le parecía atractiva?

¿Pero que rayos?

- Bien -  contesto tragando mi orgullo por enésima vez - tú tampoco me pareces atractivo

Él suelta una carcajada.
Lo miro con el ceño fruncido haciéndole caso omiso pero me toma rápidamente de las muñecas atrayendo mi cuerpo al suyo que está tremendamente jodido.
Lo miro patifusa.
«un tres catorce» joder es un ¡TRES CATORCE!

- ¿Me dirás a la cara que no soy atractivo? - canturrea él

- Emma no hablará- contesto partiéndome de risa en su delante

- Wallas no se irá hasta conseguir una respuesta - vuelvo a reír y me acerco más

La química Emma, la química...
Jodida ley de... quién carajos haya descubierto la química.

- Pues Emma...

- Drake no entender - escucho la voz de mi amigo y me sobresalto

- ¡ Mierda Drake! - me separo de Wallas y me llevo la mano al pecho como toda mujer dramática

Escucho que Wallas farfulla algo a lo que no le tomo importancia. Solo veo a mi mejor amigo parado expectante a todo. Sus ojos recorren todo el maldito lugar.

No me mires Drakecito - quiero decirle pero no lo hago

En cambio me encamino hacia él, lo tomo de la muñeca y salgo de la sala de música con la cara tan roja que un toro me podría atacar de solo verme.
Tan roja como el labial de la rubia que se sienta al lado mío en clases. Tan roja como el simbolo de «llamada pérdida»
Tan roja como el lapiz de color que suelo usar para dibujar corazones.

- ¿Me podrías soltar la mano, Emma? - pregunta Drake riendo cuando lo conduzco fuera del pasillo

- Lo siento - suelto su mano y detengo mi caminar

- Eso fue demasiado incómodo

- Sí - musito mirando el bello piso de porcelanato blanco, necesitaré uno así cuando tenga mi casa

- ¿Un helado? - me pregunta él tomando mi barbilla para levantarme la mirada

Sus ojos siguen tan relajados.

- ¿Y qué pasará con tu novia? - le pregunto cuando Drake se dispone a cubrirme sigilosamente el cuerpo

Lo miro raro pero caigo en la cuenta de que aún llevo la falda que es una miniatura en mi cuerpo.

- ¿Erika? - asiento - ahora solo quiero hablar con mi mejor amiga, Emmita

Drake termina de pagar y en silencio lo acompaño hacia el parque. Tiene las manos en su bolsillo, su mochila en un hombro y la mía en el otro. Lleva su cámara colgando de su cuello. Su cabello alborotado, sus mejillas sonsoradas y un jersey negro sobre su uniforme.
Juego con mis dedos, una antigua manía que no he podido quitar desde los cinco años cuando veia a los Cachorros de Chicago junto con Meliá.

- Estás en silencio, para Emma eso es raro - comenta mi mejor amigo soltando una pequeña carcajada

- ¿Qué pensaste cuando me viste  con Wallas? - pregunto en silencio

Él lo medita.
Joder, lo está meditando.

- Qué perdería a mi mejor amiga- contesta sin mirarme

 

 

****

 

Ver las series románticas nunca fueron de mi agrado. Siempre me parecieron clichés. A veces tenían salseo, algunas incesto, pero no me muestran un amor real. Uno no de libros, ni de películas, uno real.
Sin triángulos amorosos, sin amor a primera vista.
El amor no se siente a la primera. O sino ya me hubiera enamorado de cada chico que transcurre por el vecindario.
Sé que el amor son años de anhelo.
Me llevo palomitas a la boca y las como con la hermana René al lado.

 

- Siempre me ha gustado esta película, el chico malo de la escuela a donde Kilian ha sido transferida, le hace daño, y terminan enamorandose - suspira la hermana René

 

Pero no es un suspiro cualquiera.
Es un suspiro como yo suelto cuando veo a Shaw Mendes en Instagram.

 

- ¿Te gustan los clichés?  - le pregunto pasandole el tazón de palomitas

- Me gusta el amor

 

-  El amor es bonito - asiento




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