Wanderlust

Capitulo 1

Mara Rolling

Arrastro las maletas por el aeropuerto mientras chequeo mi pasaporte y el resto de mis documentos, no despego la sonrisa de mis labios, estoy feliz que puedo decir, cuando estamos por cumplir uno de nuestros más grandes sueños así nos sentimos. Escucho el llamado a mi vuelo desde los altavoces haciéndome detener de golpe. Ya casi…

—Los voy a extrañar muchísimo—Sonrío mirando a mis padres y hermana—Les traeré obsequios de Italia, tantos que desearan algún día ir también

Mama se acerca a mí para envolverme en un abrazo, odia que haga esto, que siempre me la pasa viajando sin un rumbo fijo, pero es mi vida, me considero un espíritu libre, sin cadenas que arrastrar solo una vida que vivir con una sonrisa en el rostro y positividad en cada célula de mi cuerpo.

—Feliz viaje, pequeña golondrina—Susurra mi padre antes de dejar que mi hermana me abrace

—Vendrás a visitarme de vacaciones, haremos muchísimas cosas y visitaremos clubes con italianos lindos—La codeo haciendo que vuelque los ojos

—No cambias, Mara—Ríe dejando un beso en mi coronilla—Pero sí, iré a verte a Italia, lo prometo

Sonrío satisfecha, les lanzo un último beso antes de dirigirme al pasillo que me dejara en la puerta de mi avión, entrego mi boleto y pasaporte a las personas que controlan afuera y no puedo dejar de sentir el revuelo que se arma en mi interior, siempre aparece cuando estoy a punto de hacer algún viaje como este. Desde que cumplí veinte y cree mi página de YouTube ha esto me he dedicado, a conocer el mundo y personas de todas partes y se siente increíble entrar en nuevas culturas, aprender nuevos idiomas. Tomo una gran bocanada de aire y cruzo la puerta que me deja dentro de la aeronave, busco mi asiento y guardo mis cosas excepto una carpeta con hojas y una libreta, tomo asiento junto a la venta y sonrío nuevamente sacando mi libreta de viajes, cuando tenía dieciséis la escribí, y la llené de tantos lugares que no creí conocer jamás, pero, aquí estoy tachando el décimo sexto de la lista.

Con cada nuevo lugar que conozco agrego otro, así la lista nunca termina, y yo no dejo morir mi espíritu aventurero. Con casi veinticinco años puedo decir que he conocido más lugares que la mayoría de las personas de mi edad. A medida que los suscriptores comenzaban a subir en mi canal me fueron enviando lugares a través de mis redes a los que tenía que ir sí o sí ¿Y como negarme?. Mi vida se basa en explorar y conocer, sentirme libre y sin rumbo. A la final del día sé que siempre volveré con mi familia porque un hogar no es un sitio, no es una casa, un hogar son las personas que te aman. 
Dejo caer la cabeza en el respaldo del asiento y cierro mis ojos, aquí vamos

Alessandro Rossi

Organizo la pila de papeles sobre mi escritorio y alterno mi mirada de estos al reloj que cuelga en la pared de mi oficina, voy a llegar tarde. Tomo mi maletín y salgo dejando la tarea a medias y encargándosela de paso a mi secretaria. Atravieso los largos pasillos de la empresa hasta llegar al elevador, aprovecho para acomodar mi corbata y peinar mi cabello con las manos, esa junta me tomó más tiempo del que creí que tardaría.

Bajo del aparato cuando llega a planta baja, la cantidad de personas transitando por la recepción de la empresa es abrumadora, todos representando la característica elegancia y ética que respalda nuestra empresa con los trajes pulcros, sin una sola arruga, las espaldas rectas y miradas dominantes y frías como las de cualquier empleado con un cargo importante que defender.

Salgo de la empresa para encontrarme al botones al cual le pido mi auto, mientras espero contesto un par de mensajes acerca de unos negocios que deben ser finiquitados este mes a más tardar. El auto llega así que subo a él y tomo el rumbo hacía el restaurante en el centro de la ciudad, conduzco entre miles de coches sintiendo la impaciencia calar cada parte de mi cuerpo, odio llegar retrasado en esta clase de reuniones. Visualizo el edificio y el gran letrero así que estaciono enfrente entregándole las llaves al ballet parquin. Plancho el saco azul de mi traje antes de entrar.

—¡Alessandro!

Una rubia comienza a mover su mano desde una de las mesas del centro atrayendo la atención de sus acompañantes los cuales me captan rápidamente, sonrío sin ánimos y comienzo a caminar a su mesa.

—Buenas tardes tengan todos—Saludo mientras tomo asiento—Disculpen mi hora de llegada, tuve algunos imprevistos de trabajo

—Está bien, me encargue de ponerlos al tanto de todos los proyectos que estas manejando últimamente—Le doy un beso a la chica de ojos verdes

Antonella Bianchi, hija del socio más grandes de la empresa Rossi, el señor Lorenzo Bianchi. También conocido como mi suegro desde hace un año, mi padre, Alonso Rossi, el magnate que estando solo construyo todo un imperio en Italia que hoy en día siendo su único hijo varón es mi deber mantener, mi padre se acomoda en su silla levantando su copa de vino tinto en mi dirección.

Tutto un Rossi—Le da un trago a su copa

—Y… Alessandro, ¿Qué tal los proyectos con Estados Unidos?—Francesca Bianchi madre de Antonella,  acomoda la servilleta sobre su regazo cuando comienzan a servir la comida—Digo, ya debes haber pensado en quien será la cara de la empresa que abrirán allá

Una punzada de molestia me cala en el estómago, pero evito demostrarlo. No es una sorpresa para ninguno que las intenciones de la señora Bianchi al emparejarme con su hija es que les seda más terreno en las empresas de mi familia, lo cual no sucederá.

—Aún no, pero ya tengo algunos prospectos en la mira—Miento—Son hombres de mi total confianza, ya sabes, para evitar que caiga en manos codiciosas

Sus ojos lanzan dagas, pero se ahorra sus comentarios.

—¿Podría traernos un buen whisky?—Pide mi padre cuando se acerca el mesero—¿Qué tal van los preparativos de la boda, Antonella?



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En el texto hay: amor dolor, verona, wanderlust

Editado: 26.03.2023

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