HOLA A TODOS LOS LECTORES QUE SE AVENTURARON A ENTRAR A ESTA NOVELA DE TERROR Y DE ROMANCE.
MUCHAS GRACIAS POR LA OPORTUNIDAD.
La alarma empezó a entonar su horripilante timbre haciendome gruñir de molestia. Tomé una almohada y se lo lancé.
¡Ja!
Cayo en el blanco.
Me cubrí con las sábanas más una almohada en mi cabeza para volver a mi siesta pero la maldita puerta se abrió seguido de un fuerte gritó que me hizo sobresaltar.
— ¡Camille es hora de levantarse!— gritó mi mejor amiga de descendencia afroamericana mejor conocida como "No te acerques a mi o te golpeare el trasero" .
Pero también le podemos llamar Mía Zabala.
¿Como entró a mi casa de alta seguridad?
— ¿Cómo entraste? — pregunté extrañada.
Ella soltó una risa mientras señalaba una llave en su mano.
— Me lo diste para que fuera a despertarte.
Es verdad ahora que lo recuerdo.
— Ah...No quiero— me frote mis ojos para después volver a mi posición anterior.
— Debes hacerlo. Hoy tenemos ensayo, ¿Recuerdas?
Abrí mis ojos sorprendida, maldición lo olvide. Si llegó tarde Patrick me asesinara.
Quité la almohada de mi alarma y me sorprendí al ver que sólo faltaban treinta minutos.
Me levanté como pude y me metí al baño.
— ¡Eligire un conjunto para ti!— gritó Mía detrás de la puerta.
— ¡Gracias! — le devolví el gritó.
Me quité mi pijama para dejarlo en la cesta de ropa sucia. Abrí la regadera y el agua empezó a salir.
(...)
Miré mi atuendo una vez más en el espejo, llevaba unos vaqueros de color negro, una camisa de tiras blanco y mis botas de color café.
— Se nos hace tarde, tomaremos el desayuno en la compañia — me avisó tomando su bolso de Gucci.
Yo asentí tomé mi bolso con todo lo necesario, mis llaves y ambas salimos hacía la cochera donde nos esperaba mi camioneta.
Llegando a la pasarela Patrick nuestro manager y amigo de toda la vida se acercó a nosotras con un rostro de molestia.
— Llegan tarde.— nos señalo a ambas , quise responder pero él me cortó.— Se les reducirá de sus salarios
Ambas hicimos un puchero pero a él no le importó.
— ¿Que hacen ahí paradas como unos flamencos? ¿Acaso no vieron la hora?
Patrick nos empujó a ambas hacía los vestidores seguido de dos estilistas.
— La pasarela de Victoria Secret no las esperará por siempre.
Así es, ese es mi trabajo, soy modelo de lencería de la compañía más grande del mundo, mejor conocida como Victoria Secret.
Me acomode el brassier de encaje que llevaba, una maquilladora se encargó de aplicar un poco de base a mi rostro mientras que otra se encargaba de ponerme las inmensas alas.
— Camille es tu turno— me avisaron.
— Rompete una pierna— dijo Mía, negué con una sonrisa y le lancé un beso.
Fingi una sonrisa y me encamine hacía la pasarela. La cantidad de luces y los flashes de las cámaras me cegaron un poco pero decidí continuar.
El público aplaudió al verme, pase por el lado del cantante y al llegar al centro me quedé por unos segundos para que admiraran el traje que llevaba puesto para después darme vuelta y regresar.
Mía paso por mi lado y ambas nos palmeamos el trasero por diversión.
Cuando salí de ahí los personas se encargaron de quitarme las pesadas alas y me guiaron hacia los vestidores para otro cambio.
— Señorita Rousseau, es su madre al teléfono. Dice que es urgente.— una chica se acercó a mi con un móvil.
— Ahora no. Dile que estoy en un desfile, cuando tenga tiempo la llamaré.
Ella asintió para después marcharse.
Dejé soltar un suspiro.
Mientras mis ayudantes se encargaban de ponerme los accesorios pensé en mi madre.
No tenemos una buena relación que digamos, pero ya pasaron nueve años desde que mi padre se ganó mi custodia después de eso nos alejamos de nuestro pueblo natal y de la que fue su esposa y mi madre.
Editado: 14.07.2018