CAPITULO DOS: DIFERENCIAS

Ya era de madrugada, en ese momento Darren y Harrison se alistaban para ir a la escuela. Una vez ya al estar listos, ambos iban caminando hacia la escuela sin ningún apuro y charlando tranquilamente en el camino. Ya una vez al llegar, los dos se detuvieron a la mitad de la entrada de la escuela.

—¿Ya irás a tu curso, no?—Darren le pregunto a Harrison.

—Si, ya ahora ire—respondio, quitando su sonrisa al instante—Te veré en el recreo luego.

—Cualquier cosa ignora a quienes te molesten, no le des atención—Darren le aconsejo con una sonrisa—Te veré después, adiós—se despidió aún con su sonrisa.

—Adios—Harrison mantuvo un tono bajo, mirando a Darren subir por las escaleras. El se quedó unos segundos allí parado ya que estaba pensativo, pero al recordar fue de camino hacia su aula rápidamente.

Darren ya se encontraba en su curso, donde apenas al entrar pudo oír aquellas charlas irritantes y risas exageradas. Desde su asiento se giró hacia el de atrás, mirando a sus compañeras, con la intención de acomodar sus útiles en cuanto el profesor llegara.

—Hola, Noemie—sonrio Darren—¿Cómo estás?

—Bien, ¿Y tú?—Noemie lo miró, devolviendo la sonrisa—Ya tengo tu tarea lista, deja busco en mi mochila.

—Esta bien, espero—dijo Darren sin ningún apuro.

—¿Para que le pides que haga tu tarea?—Inara miró confusa y con una sonrisa burlona a Darren—Que vago eres.

—Es un intercambio de favores, eso es todo—contesto Darren—La semana pasada su padre quiso que yo solo les ayude a los abuelos de Noemie con las cosas del campo.

—Y en vez de recibir dinero como pago quiso que le haga está tarea, no es ningún tonto—agrego Noemie, ella estiró su mano hacia Darren para entregar la tarea—Aqui está.

—¿Conoces a la familia de Noemie?—Inara pregunto sorprendida—No pensé que eran tan amigos.

—Pues tan amigos no somos, nos hablamos de vez en cuando—menciono Darren—Vive cerca de mi segunda casa, cuando voy alli nos hablamos.

—¿Tu casa es esa que está en frente, la que esta vacía?

—Si, es esa.

—Yo pensé que allí no vivía nadie, pero tienes una linda casa.

—gracias—Darren sonrió un poco más—¿Y que tal tu, Inara? ¿Todo bien?

—Si, todo bien—sonrio—Anoche Wade me visito, lo extrañaba.

—¿Qué cosa?—A Noemie se le desapareció su sonrisa y frunció el ceño por el comentario, sintiendose algo furiosa e indignada.

—¿Y que han hecho? ¿Fueron a comer o a algún lugar?—pregunto Darren.

—No, solo vino un rato a mi habitación y después se fue—respondio—Ya nos juntaremos bien otro día.

—¿Por qué te sigues juntando con ese chico? ¿No ves que es un loco?—Noemie se interpuso en la conversación—No me agrada para nada, mejor es que lo mantengas lejos.

—¿Otra vez te quejarás? Te dije que no hay nada malo en el—Inara la miro—Ya hemos hablado del tema.

Darren, como ya sabía que terminarían discutiendo, permaneció callado y se acomodó en su asiento. Luego comenzó a sacar sus útiles y los colocó sobre su banco.

—¿¡Qué no hay nada de malo en el!? ¿¡Me estás hablando en serio!?—Noemie levanto un poco más la voz, sin intentar llamar la atención—Inara, la otra vez te pego una cachetada delante de todo el bar.

—Lo hace porque me quiere, sabes porque sucedió eso—Inara frunció un poco el ceño, empezando a sentirse molesta—Igual te he dicho que no me hagas recordar esos momentos.

—Mejor terminemos está conversación hasta aqui, eres una estúpida y no vas a querer entender—dijo Noemie mirando su cuaderno ya que lo estaba abriendo.

—Si, dices eso porque no tienes alguien con que salir y porque nunca te has enamorado—respondio Inara—Por eso mejor mantente callada si no sabes nada.

—Igual si lo estoy no me voy a dejar tratar así, ¿Entiendes?—Noemie alzó la voz, furiosa, sin importar que la vean los demás—Porque yo me preocupo por ti, ese hijo de puta puede algún día hacerte algo, pero a ti no te importa nada.

—¿Pueden callarse?—Pidio Darren, molesto al sentir la discusión—Estan llamando la atención de todos, vayan mejor a discutir en otro momento a solas.

Las dos no le dijeron nada a Darren, pero le hicieron caso. Mantuvieron la mirada fija en sus cuadernos, con el ceño fruncido, escribiendo en silencio.

—Tonta—dijo Noemie de repente.

—Estupida—le respondió.

Darren, que las escuchaba desde su asiento delantero, sentía vergüenza por ellas, aunque en el fondo ya estaba acostumbrado, pues siempre terminaban discutiendo por el mismo asunto. Poco después, el profesor entró al aula y comenzó a dar su clase, logrando captar la atención de todos.
Aun así, Darren no conseguía concentrarse del todo. Sus pensamientos volvían una y otra vez a Harrison, preguntándose cómo estaría y qué estaría haciendo en ese momento, con la esperanza de que se encontrara tranquilo y sin ninguna molestia.

Por otra parte, Harrison se encontraba en su aula, tranquilo, mientras transcurría la hora de clases. Aun así, no lograba concentrarse del todo y deseaba que el recreo llegara pronto para poder salir a hablar con Darren. El paso del tiempo se le hacía lento, y cada mirada al reloj solo aumentaba su impaciencia.
Estaba sentado casi al fondo del aula. Un poco más adelante, en su misma fila, se encontraban Kathleen y su grupo, que hablaban en voz baja sin importarles que la profesora continuara explicando el tema. Sus murmullos constantes distraían a varios, pero nadie parecía dispuesto a llamarles la atención.

—Me encanto el lugar, los productos de allí son preciosos—Sonrio Hannah—Ojala conseguirlos.

—Lo mismo digo—dijo Kathleen—¡Por cierto, Kimberly! ¿¡Qué tal tu salida con Darren!?

—No quiero hablar de eso—Kimberly respondió con desánimo, teniendo una expresión seria.

—¿Porque? ¿Paso algo?—pregunto Evelyn curiosa.

—Solamente me dejó plantada, espere como tonta—Kimberly le contesto molesta.

—Si yo te dije, te lo dije claramente—dijo Kathleen—Si te llevas mal con Harrison, te llevas mal con el.