Los Ángeles, California.
3 años atrás...
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—Joder - murmuró Joe contra la almohada, haciendo un gran esfuerzo se levantó y apagó el despertador, Eran las siete de la mañana, en treinta minutos tendría que pasar por la casa de Jade para ir de camino a la escuela, llevaban dos semanas haciendo eso y a Joe le sorprendía que el estúpido de su novio aún no diera señales de vida, pero poco le importaba.
—Vaya - sonrió Mike entrando en la habitación de su hermano - veo que no has roto el despertador ¡es un milagro! - gritó exageradamente.
—Por dios Mike - gruño Joe -¡lárgate!
—Te espero abajo perezoso - sonrió Mike feliz por molestar a su hermano como todas las mañanas - ¡un milagro! - siguió gritando escaleras abajo.
Joe buscó una polera negra de su closet y se decidió por unos jeans gastados, en cuanto bajó las escaleras se encontró a su madre charlando alegremente con Jade.
Se detuvo un momento para admirar a la hermosa chica que tenía a su madre tan alegre, Jade era una chica delgada, curvilínea y su rostro reflejaba pura inocencia, solía tener una larga melena de color castaño claro...pero Jade cambió drásticamente, desde el momento en que Joe la encontró en plena madrugada caminando sin rumbo, desde aquel momento la vida de Jade parecía haber caído en picada, Joe no era tonto, a pesar del maquillaje podía notar los moretones, marcas y rasguños que tenía en su rostro y cuerpo, Mike le contó sobre las marcas, golpes en su cuerpo aquel día en natación, en realidad, Joe notaba algo extraño y obligó a su pobre hermano a qué le contara todo, también estaba el hecho de su desaparición por semanas, su, ahora , cabello corto y rosa, Joe creía que aún así se veía hermosa pero de todas formas, ¿Por qué el cambio?
El brillo que solía encontrarse en sus ojos ya no estaba, Jade se veía triste.
—Hola - saludó Joe aproximándose a la sala - estábamos por salir a buscarte...
—Descuida - sonrió Jade - estaba en la casa de un amigo y quedaba cerca de tu casa - explicó - así que decidí caminar hasta aquí, espero que no les haya molestado - se disculpó enseguida.
—Para nada cariño - dijo su madre, restándole importancia al asunto - Les prepararé el desayuno.
—Eres bienvenida, Jade - dijo Mike echando una mirada de reojo a su hermano - ¿verdad Joe?
—Claro - carraspeó Joe sintiendo sus mejillas calientes.
"¿Que carajos?"
Para su buena suerte ninguno de los dos se percató de aquel detalle, pasaron una hora charlando sobre la escuela y riendo de las ocurrencias de Mike, cuando terminaron el desayuno los tres marcharon directo a la escuela, hoy manejaba Mike y Joe decidió que quería ir atrás para dormir los quince minutos de viaje, sin embargo, se sobresaltó cuando una odiosa melodía inundó el auto, con una torpe disculpa Jade contestó la llamada y Joe aún recostado en los asientos de atrás fingió restarle importancia pero siguió atento a la conversación.
—Estoy yendo a la escuela - susurró Jade - ahora no puedo papá...de acuerdo, iré. - resopló finalizando la llamada.
—Vaya que estaba cabreado - acotó Mike
—Tu...¿escuchaste algo? - preguntó Jade con nerviosismo en su voz
—Oh, no, no - intentó calmarla Mike - solo lo dije porque tu padre parecía gritar... Rayos, lo siento - se disculpó al ver la expresión de horror en el rostro de Jade.
—Descuida - sonrió ella tratando de recomponerse - me bajaré aquí - señaló una parada transitoria - tengo que irme.
—Esta bien - murmuró Mike un poco desconfiado - cualquier cosa me marcas al celular...
—Lo haré , gracias - se apresuró Jade depositando un casto beso en la mejilla de Mike y bajando del auto - Saluda a Joe de mi parte.
Antes de que Mike pudiera responder Jade ya estaba corriendo de una esquina a otra.
—Siguela - dijo Joe detrás de Mike haciéndolo sobresaltar
—¡Mierda! - jadeó este llevándose la mano en el corazón - ¿Que carajos Joe?
—¡Siguela! - ordenó colocándose en el asiento del copiloto.
—De acuerdo - bufó Mike - esto es una locura - murmuró acelerando el auto al ver cómo Jade se metía en un Jeep color negro con vidrios polarizados y avanzaban para el lado contrario.
—Ve por la izquierda, aquí - señaló Joe guiando a su hermano.
—¿Por qué la seguimos? esto está mal...
—Somos sus únicos amigos, Mike - contestó Joe con la mirada todavía fija en el Jeep - si ella está en problemas podemos ayudarla, ¿No crees?
Mike se estremeció recordando aquella vez en la clase de natación las marcas en el cuerpo de Jade, ese día Mike sintió tantas ganas de llorar y abrazarla, definitivamente alguien la estaba lastimando, la ira comenzaba a subirle...
—La ayudaremos - dijo.
***
—¿Quien es ese? - susurró Mike apagando el motor de su auto.
Habían seguido a Jade hasta una enorme mansión, ella se encontraba discutiendo con un hombre mayor, de unos cincuenta años aproximadamente
—Lo averiguaremos - dijo Joe saliendo del auto a toda velocidad.
—¡Espera! - lo detuvo Mike bajando también del auto - creo que tenemos que seguir ocultos, podemos acercarnos ahí - señaló a un enorme contenedor que se encontraba a tan solo un metro de distancia de Jade y el misterioso hombre.
—Buena idea - sonrió Joe - andando.
En cuanto Jade y su acompañante voltearon la vista Joe y Mike se apresuraron a toda velocidad para situarse detrás del contenedor.
—Vaya, se ve bastante limpio - dijo Mike asombrado - este barrio si que es de riquillos...
—Silencio - ordenó Joe prestando atención a la conversación.
—Padre, por favor - rogaba Jade - ya quiero terminar con esto...
Joe y Mike se miraron desconcertados y volvieron su vista hacia ellos.
—Jade, querida - se acercó su padre tomando su rostro - en dos días todo acabará...
—¡Deja de mentir! - Alzó la voz Jade quitando las manos de su padre con furia - lo mismo llevas diciendo hace dos semanas, padre - lloró - si tú no acabas con esto de una vez entonces...