Sicilia, Italia.
Mansión Nicollo - 13:00 pm
—Adelante - Joe cerró la laptop y se acomodó en su asiento. Norman, el custodio de su hermano, se adentraba en su despacho con una pequeña reverencia.
—Capo, el joven Mike está de regreso.
—¿Hiciste bien tu trabajo? - Joe arqueo una ceja interrogante a Norman.
—Si, Capo - asintió enérgico - lo seguí a todos lados, en realidad, no salió mucho - confesó ahora mirando los ojos fríos de su jefe - solo salió unas pocas veces de compras con su madre y en dos ocasiones asistieron a un seminario de poesía.
—¿Poesía? - Joe no pudo evitar soltar una pequeña carcajada.
—Si, señor - titubeó Norman - el joven Mike participó y ganó el primer lugar...
—¡JOE! - Mike irrumpió en el despacho con una sonrisa de oreja a oreja - a que no adivinas...
—Ganaste el primer lugar en un concurso de poesía - soltó burlón.
—¿Que carajos? - Mike sacó el listón de primer puesto que llevaba escondido en su espalda - ¿me estuviste espiando? - preguntó incrédulo.
—Hum, señor, con su permiso... - comenzó a excusarse Norman, incómodo por la situación.
—Retirate - ordenó Joe - ah, tomate la semana libre como compensación...
—¡Muchas gracias señor! - exclamó entusiasmado - visitare a mi familia.
Joe asintió contento por su empleado y luego de que este saliera de su vista, Mike carraspeó.
—Primero me espías y ahora te comportas como un buen samaritano con tus hombres - bromeó Mike - ¿debería preocuparme?
—¿Como están nuestros padres? - preguntó ignorando las palabras de su hermano.
—Te extrañan - suspiró Mike dejándose caer en el mullido sillón de cuero - ¿es el mismo de la mansión de Rusia? - Joe asintió - ¡Vaya!
—No podía deshacerme de él - rió sirviéndose vino en su copa - es demasiado cómodo y perfecto.
—¿Entonces nos quedaremos aquí definitivamente?
—Si, soy el capo de la mafia italiana, mi deber está aquí.
—¿Antonio y Angelo? - inquirió.
—Ellos quieren quedarse también - sonrió satisfecho - una vez que derrotemos a Vitto Marcello, dirigiremos la Cosa nostra.
—¿Dirigiremos? ¿Así como ser jefes?
—Claro, tú, Antonio, Angelo y yo.
—Vaya, esto es algo nuevo - lo miro extrañado - ¿seré jefe de la mafia?
—Exacto.
—¡Maldita sea! - exclamó eufórico - ¡seré el puto amo! - Joe estalló a carcajadas ante el comentario de su hermano.
—Me alegro de que estés feliz - sonrió de alivio - creí que no querrías vivir aquí.
—Al principio no quería - admitió Mike - pero el viaje familiar me hizo bien, si me quedaba en casa, no volvería a ser el mismo después de todo lo que vivimos en Rusia y aquí.
—Pues me alegro mucho, no sería lo mismo sin ti.
—Lo se - sonrió arrogante - ¿Que hay de Andrew y Jade? Ellos nos ayudarán, ¿tambien compartiremos el puesto?
—No, ellos prefieren seguir liderando la mafia Rusa - resopló - lo único que quieren a cambio de su ayuda es deshacerse de la estúpida secta, pero por el momento lo pospusieron.
—¿Y que hay de tu hermano? - interrogó - las pistas que encontramos con Andrew, aún podemos descifrar el extraño código...
—¡No! - bramó Joe - estoy harto de esta mierda de códigos y secretos - dijo fastidiado - sabemos que Vitto Marcello ordenó asesinar a Will y eso es todo lo que importa, es el último de mi lista - sonrió malicioso - lo haré pagar muy caro, por Will y por Jade.
—No estoy de acuerdo - se quejó Mike - es obvio que hay algo mas para investigar sobre la muerte de tu hermano, pero está bien, si lo quieres así...lo respeto - dijo a regañadientes.
—Gracias hermano...
—Ahora dime, ¿Que pasa con Jade jodidamente sexy Bennet? - insistió - ¿ya son novios?
—Ojalá, hemos estado hablando por teléfono - admitió tratando de contener una sonrisa - ella y Andrew han terminado.
—¿Que? - chilló Mike - ¡mierda, Joe! Eso es genial...
—Pero ella aún lo ama
—Y eso no es tan genial - murmuro ahora cabizbajo - pero oye, ahoa está soltera.
—Si, lo está - dijo Joe mas animado - tu crees que...
—Definitivamente.
***
17:00 pm
—Entonces... - jadeo Antonio dejándose caer en la silla. - ¿donde está ese pequeño Nerd?
—Hace unas pocas horas acaba de llegar de Los Ángeles - Joe tomó una copa de vino que la sirvienta había dejado en el centro de la mesa - lo dejaremos dormir un poco más y luego le contaré sobre la misión.
—Bien - palmeó Angelo - comenzaremos sin el niño rata - bromeó.
Joe asintió y comenzó a sacar unos planos de su maletín.
—Lautaro - llamó por la radio - trae a todos los lideres de las escuadras aquí, incluyéndote.
—Enseguida señor, también se encuentra afuera un tal Víctor...
—¡Es mi guardaespaldas! - chilló con emoción Jade - dejalo pasar, Joe, es de confianza.
—Si tu lo dices - murmuró - Lautaro, hazlo pasar - ordenó.
Minutos mas tarde, Víctor se paseaba por la sala con perfecto traje blanco.
—¿Te casarás? - se burló Andrew, reclinándose en su asiento.
—De hecho, lo he hecho - sonrió orgulloso.
—¡Oh por dios! - jadeo la chica de ojos avellanas llevándose una mano en el corazón y levantándose de golpe - ¿Laura? - entre cerró los ojos
—Laura - afirmó Víctor abriendo los brazos hacia Jade.
—¡Lo sabía! - saltó tirándose a sus brazos - es la chica perfecta para ti, felicidades Víctor.
—Gracias pequeña - Víctor la abrazo mas fuerte - te quiero tanto...
—Bien, felicidades viejo - siseo molesto Andrew - ahora, ¿podrían dejar su cursilería de lado? tratamos de tener una reunión aquí.
—Lamento la interrupción - sonrió con pena pasando la mirada por todos los integrantes de la sala, hasta que sus ojos se detuvieron en Joe - Mirate - rió incrédulo - sabía que llegarías muy lejos.
—¿Se conocen? - Angelo y Antonio miraban a Víctor con desconfianza.