Welcome to the mafia

Capitulo 39: El último golpe - parte 3

Sicilia, Italia.

                 Mansión Nicollo 
                                              
         04:00 am

—RIIIIIINNNNGGG - Joe se despertó sobresaltado, buscando a tientas el maldito despertador...

—¿Que mierda, Mike? - dijo con voz ronca al ver a su hermano recostado a su lado - ¿Que haces aquí?

—Ahora soy tu despertador - lo miró divertido

—¿Tú hiciste aquel sonido?

—¡Pues claro! RIIIIIINGGGGGGG...

—¡Cierra la boca! - gruñó dándole un fuerte empujón que lo tiró de la cama.

—Auch, eso dolió - se quejó su hermano sobando su cabeza aún tirado en el suelo. - de acuerdo, admite que fue divertido - soltó una carcajada ante la mirada fastidiada de Joe - por lo menos hoy te he ahorrado un despertador.

—¿Que hora es? - suspiró Joe ignorando a su molesto hermano.

—La hora de la cacería - sonrió burlón - por cierto, bonito nombre...

—Largo - murmuró adentrándose al baño.

El único momento que mas disfrutaba era la ducha...bueno, también el sexo, pero a Joe le encantaba liberar la tensión de su músculos en el baño.  Era uno de los lugares donde mas se tranquilizaba.

Finalmente opto por una ducha rápida.

Hoy no era el momento para relajarse.

Al salir del baño, notó que su hermano ya no estaba en la habitación, pero sí un sofisticado esmoquin junto con tres accesorios que RARAMENTE combinaban.

Guantes de cuero color negro, un collar con un silbato blanco y un gorro brillante con letras blancas, una  sola frase: "QUE LA CACERÍA COMIENCE"

********

Joe bajó las escaleras con la vestimenta que su hermano le había dejado.

  En la sala, Mike se encontraba junto a las computadoras, vestido con un traje similar al de Joe, pero acompañado con sus enormes lentes cuadrados y un gorro dorado con la frase "El puto Hacker"

Joe reprimió una risa y continuó su camino hacia él.

—Capo - Norman, ex líder de la escuadra, se acercó rápidamente a Joe.

—Norman - saludó Joe mirándolo extrañado - ¿No te he dado unos días libres?

—Si, señor Nicollo - se apresuró a decir - pero entiendo que esta podría ser la última batalla y quiero pelear a su lado.

Desde que había asumido como Capo de la mafia, hace unos pocos meses,  los sicarios se habían mostrado fieles a él, uno de ellos fue Norman, el cuarentón rubio que se encontraba frente a él, casi rogándole por pelear a su lado.

—De acuerdo, Norman - aceptó Joe - pero ahora necesito que me busques a otro custodio para quedarse aquí con Mike.

Después de aquel momento en que Mike le confesó a Joe que estuvo a punto de morir en manos de dos sicarios, mientras estaban en marcha con el plan Masacre en la mansión Montero , Joe ordenó a Norman, el mejor líder de todas las escuadras, a que abandonara su puesto y protegiera a su hermano las veinticuatro horas del día. Norman estaba por protestar pero calló cuando Joe le ofreció el triple de su sueldo.

Ahora que Norman sería parte de la batalla, Joe se negaba a dejar a su hermano expuesto.

>>sabes que, Norman - volvió a hablar - consigue a mas hombres para custodiar aquí.

Norman frunció el ceño, en la mansión ya habían cien hombres custodiando al joven Mike, pero sin deseos de hacer enojar a su Capo,  se puso en marcha acatando sus órdenes.

—Pero que guapo - silbó una castaña de ojos avellanas - ¿tienes novia, campeón? - bromeó mientras pasaba su mirada descaradamente por el cuerpo de Joe.

—Me siento acosado - dijo fingiendo estar asustado. Jade soltó una carcajada. - con respecto a tu pregunta...ella aún no acepta.

—Pues si no acepta no deberías insistir - Jade rodó los ojos - que manera tienes de arruinar chistes - se quejó.

—¿Interrumpo? - Andrew le lanzó una mirada de odio a Joe, pero Jade captó su atención.

  Llevaba una hermoso vestido suelto, color borgoña brillante, que a pesar de no ajustarse  a su cuerpo, dejaba una bonita y delicada silueta a la vista. 

—Te ves hermosa - suspiró con tristeza, Jade lo miró igual y él enseguida recuperó la compostura. - ¿Que haremos ahora?

—Nosotros aún nada - habló Joe posando  la vista en su última obra.

Era un retrato en óleo, la mujer negra de ojos enigmáticos lo miraba desafiante, Joe se preguntaba si aquella mujer a la que había creado en su imaginación y retratado, podría tratarse de su madre.

Su verdadera madre.

¿Sería aquel hermoso rostro real? ¿Joe conocía a aquella mujer?

Él carrapeo de Andrew lo sacó de sus absurdos pensamientos.

—Disculpa, ¿dijiste algo?

—Quiero que te expliques mejor - Andrew lo miraba con fastidio.

—Solo tendremos que esperar a las escuadras, una ves que estén instalados, iremos nosotros.

Diez minutos mas tarde, todos se encontraban en la sala. Joe alzó la voz.

—Bien, es el gran día - sonrió pasando la mirada en sus aliados - supongo que sus lideres ya les habrán explicado el plan.

—Si, Capo - dijeron todos a coro. Los lideres asintieron hacia Joe.

—De acuerdo, hoy la Cosa Nostra  pagará por todos sus pecados - vociferó - haremos que paguen muy caro por cada negocio perdido - todos estallaron en vítores.

>> Es hora, todos a sus posiciones - ordenó - y no lo olviden, ¡Vitto Marcelo es mio!

Los sicarios estallaron en júbilo y partieron a sus bases, a excepción de la escuadra de Lautaro, que junto a sus cincuenta hombres acompañarían a Jade, Andrew, Angelo, Victor, Joe y ahora también Norman, a la parte trasera de la mansión.

********

—Entonces, Mike - Jade se acercó al escritorio donde estaba su amigo y se sentó en su regazo. - dime que divertidos trucos has hecho ahí - dijo señalando hacia el monitor que captaba todos los movimientos de la mansión Vitto Marcelo.

—Jade jocosamente sexy Bennet sentada sobre mi - susurró - increíble...

—¿Que?



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En el texto hay: contenido para adolecentes

Editado: 21.09.2020

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