Aún recuerdo cuando nací, mis ojos de color azul cielo enfocaron perfectamente a mi madre, una mujer de bien, paz y caridad. Luego recuerdo haber observado a mi padre, alguien totalmente contrario a ella, violento, egoísta y con la maldad en sus venas. Él nos dejó cuando yo tenía cuatro, también recuerdo eso, y como antes de irse le disparó a la persona que más amaba en el mundo. Me consideraba una buena persona, imperativa y extrovertida. Me gustaban muchas cosas, como ayudar a otros, reír, ser feliz pero a los dieciocho encontré a la persona más intensa y diferente a mí que pueda haber en el mundo. Kyle era su nombre y Demon su apellido, que significa demonio en español. Nunca nada me había dolido más que la muerte de mi madre hasta que lo conocí a él, a su maldad y a su amor. Las relaciones tóxicas duelen, me dolían pero eran las que más me atraían.