CAPITULO 1. ELA

Ela tiene 21 años, es una chica de estatura promedio con una personalidad abierta y divertida. Es de tez apiñonada, ojos marrones, cabello lacio y corto, facciones finas y mejillas suaves. Se encuentra en el cuarto semestre de la carrera de redacción editorial. Ama los libros, le gusta escribir, ama los animales, ama a su familia, ama a sus amigos y en general todo lo que le rodea. Es una chica alegre, independiente, le gusta pensar y actuar por sí misma sin que los demás le digan qué hacer.

Ha vivido con su madre durante un largo tiempo, desde que tiene uso de razón. Sus padres se separaron cuando ella tenía 12 años, y aunque fue difícil, logró adaptarse a aquella situación y convertirla en un punto a su favor. Le gustaba aprovechar lo que su madre y su padre pudieran brindarle por separado.

Ela al crecer dentro de una familia disfuncional, desde pequeña adoptó la idea de que el amor no era tal y como lo pintan en los cuentos y en las novelas. Siempre creyó firmemente en que el amor, o a lo que más bien se le llamaba amor en pareja, era un sentimiento efímero que algún día debería terminar. Pero que no se malinterprete a Ela, ella no es una chica amargada y renegada de la vida y del amor, al contrario, ella en su esencia misma representaba un amor muy puro hacia su alrededor, tampoco era que aborreciera a las parejas enamoradas o que tuviera cierto escepticismo hacia los hombres. Ella simplemente no creía en la idea de una relación eterna, de un amor romántico, de una historia color de rosa. Creía en las relaciones libres y sin ataduras, aquellas relaciones en las que no se establecen reglas limitantes para la felicidad.

Había estado en un par de relaciones "formales" pero nunca tuvo buenas experiencias al respecto. Había conocido un amor que la apagó y la limitó por completo. A pesar de creer que tenía reforzados sus ideales, trató de abrirse para una persona, no porque estuviera completamente enamorada, sino porque quiso obligarse a sí misma a experimentar lo que todos le aconsejaban. Pero no terminó bien, nada bien en realidad. Lo cual alimentó su idea de que el amor realmente era fugaz y pasajero, y que, quizá podía ser emocionante los primeros meses, pero después de caer en la monotonía, el amor se apagaba y las personas debían alejarse. Tal como lo hicieron sus padres.

Cuando Ela entró a la universidad nunca se ilusionó con la idea de conocer a su gran amor ni nada parecido. Ella solo quería superarse a sí misma y demostrarse que podía cambiar algo en el mundo por medio de su escritura. Ela planeaba conocer a muchas personas, hacer tantos amigos como le fuera posible y desarrollarse como ser humano. Ella creía en las vibras, en las emociones, en las leyes de la vida, y en el poder de la naturaleza.

Ela podría ser descrita por las demás personas como una chica perfecta. O casi perfecta...