Wat es un chico de 23 años, estudia al igual que Ela redacción editorial, es de estatura por encima del promedio (alta), de complexión media, cabello negro, ojos negros prominentes, una sonrisa dulce pero una mirada penetrante. En cierta manera reservado e introvertido. Tenía amigos cercanos con los cuales podía mostrarse más abiertamente como era, aunque siempre seguía reservándose un poco para sí mismo. No es que Wat fuera inseguro o que tuviera complejos de inferioridad. Solo que debido a lo que vivió desde pequeño dentro de la sociedad, aprendió a mantenerse al margen de las personas, temía que al mostrarse tal y como era, podía exponerse mayormente a ser juzgado y criticado. Así que, adoptó una personalidad cálida que le hacía ser agradable y aceptado casi por la mayoría de personas que conocía, pero siempre tranquilo y reservado.
En cuanto a sus relaciones amorosas. Wat no sabía exactamente lo que estaba buscando. Se había detenido un par de veces a cuestionar su sexualidad desde que era más pequeño. En ocasiones llegaba a sentir que, aunque se identificaba en cierta manera con los estándares establecidos por la sociedad, no se identificaba completamente. Es decir, a Wat le gustaban las chicas, su primer amor fue cuando tenía 6 años, Se enamoró de una amiga con la que era realmente cercana. Duró un par de años enamorado de ella en secreto hasta que ella y sus padres se mudaron de ciudad y aunque al inicio mantenía contacto frecuente con ella, nunca más se volvieron a ver y llegó el día en que la olvidó. Pasaron los años, se enamoró un par de veces más, aunque nunca fue algo serio. Wat casi siempre se rehusaba a confesar sus sentimientos. Parecía tenerle un gran temor al rechazo. Hasta que cuando tenía 12 años, conoció en su primer año de secundaria a un chico que vendría a revolver todos sus sentimientos e ideales. Jeff, quien pronto se convirtió en su mejor amigo, pasaba con él la mayor parte del tiempo del primer año. Hasta que un día, después de terminar de hacer juntos la tarea en casa de Jeff se quedaron un momento dormidos... Después de un rato, Wat despertó y se quedó observando a Jeff durante mucho tiempo, ni siquiera él sabe cuánto tiempo paso, solo sabe que perdió completamente la noción del tiempo al ver dormir a Jeff. Se perdió completamente observando a profundidad cada expresión en su rostro y cada pequeño movimiento que hacían sus ojos de forma inconsciente.
Ese día, cambió algo dentro de Wat, se dio cuenta que nunca había observado con tanta paz a alguien durante mucho tiempo, y se dio cuenta que se había enamorado de su mejor amigo...
Después de ese día, Wat comenzó a sentirse muy confundido e incómodo. No sabía si lo que estaba sintiendo estaba mal o bien, no sabía si sentirse de esa forma con respecto a su mejor amigo lo hacia una mala persona, así que Wat, solo decidió alejarse de él lentamente. Y no, nunca le confesó a Jeff lo que sentía. Solo lo guardó para él en lo más profundo de su corazón.
Wat trató de convencerse a sí mismo de que solo había sido una etapa de confusión. Al final. Le seguían gustando las niñas, así que eso reforzó a sí mismo la idea de que nada podía estar mal con él, que solamente fue un momento en que su corazón se tornó débil y frágil y se auto convenció de ello. Raramente solían llegar ideas vagas a su cabeza acerca de lo que había pasado con Jeff. A veces se acordaba de él. Esperaba y deseaba desde el fondo de su corazón que le estuviera yendo bien en la vida, y en ocasiones sentía un dolor en su corazón cargado del remordimiento de que hubiera pasado si nunca se hubiera alejado de Jeff. ¿Hizo bien? ¿Hizo mal?...
La verdad es que Jeff era solo el comienzo para que Wat empezara a auto descubrirse a sí mismo. Y no, por si queda alguna duda, Wat no tenía malos sentimientos ni era una mala persona. Simplemente estaba juzgándose arduamente de acuerdo a todo lo que le había enseñado su entorno desde que era pequeño. Siempre aprendió que dentro de la sociedad había normas y reglas estipuladas que se debían seguir, y ese aprendizaje lo reforzaba cada día su familia.