Por la cabeza de Wat pasaban muchas cosas, la última vez que su corazón se rompió fue cuando vio a lo lejos a Ela tomar las manos de Tian mientras ella le hacía un chiste sobre las venas que se saltaban de ellas. Ela no le había dicho nada nunca respecto a Tian, nunca habían hablado de él en absoluto, su tiempo juntos era sólo para ellos, reían, jugaban y se besaban todo el tiempo. Pero poco a poco comenzaba a sentir que se empezaba a trazar una brecha de distancia entre ambos.
El día que Wat vio a Ela tomando las manos de Tian, se dirigió hacia el último piso de la facultad, estando en la azotea se sentó en el suelo y comenzó a llorar.
¿Wat llorando? Wat rara vez mostraba sus sentimientos pues siempre los reprimía. La última vez que lloró fue cuando en segundo grado de secundaria unos chicos comenzaron a hacer comentarios respecto a su cuerpo. Wat venía de pasar por una dolorosa separación con Jeff, se había alejado de él hacía apenas unos meses, se había quedado sin la persona que era su mejor amigo, su persona favorita. Y todo lo había hecho por su cuenta, sin dar explicaciones. Su estado emocional estaba completamente desequilibrado, y cuando de repente aquellos chicos por alguna razón se apropiaron el derecho de comenzar a molestarlo de repente durante meses, él no sabía qué hacer ni cómo reaccionar. Un día que explotó se dirigió al baño y comenzó a llorar. En voz baja para que nadie lo escuchara mientras se tapaba la boca para no emitir ningún tipo de sonido.
Así que, sí, era la segunda vez que Wat lloraba en público. Habían pasado muchos años y nunca había sentido un dolor y desesperación tan fuerte que lo obligarán a hacerlo de nuevo.
Wat sentía roto su corazón. Se había abierto a aquella chica risueña que poco a poco se ganó su corazón, ¿por qué de repente todo comenzaba a ir mal? ¿Por qué se sentía tan impotente con respecto a Ela? ¿Quién era ese chico que de repente llegó y le robó toda la atención de ella?
Durante muchos meses mientras veía a lo lejos como la chica de sus sueños se alejaba, él se mantuvo en aparente calma. Siempre recibía a Ela en la escuela con una sonrisa y la despedía con un cálido abrazo. Pero la realidad, es que por dentro estaba vuelto loco de celos y de preguntas sin resolver...