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CAPITULO 7. TOMARLA DE LA MANO

Ela y Tian comenzaron a volverse cada vez más cercanos. Comenzaron a disfrutar mucho de su tiempo juntos. Ela se sentía identificada con alguien nuevo, sentía que se acoplaban perfecto cuando estaban juntos.

Tian por su parte, aunque no mostraba mucho sus sentimientos respecto a ella, siempre la hacía sentir feliz, trataba de regalarle momentos dulces juntos.

Y así fue como después de un tiempo, la rutina de Ela cambió y se ajustó por completo.

De pasar los días enteros con Wat y sus amigos, ahora solo contaba las horas para que terminara la escuela y pudiera encontrarse con Tian. Había dejado de lado a Watt, y la vida que hasta ahora había llevado y se alejó de todo el mundo que la rodeaba, como si todo lo que existiera ahora, fuera aquel chico de ingeniería.

De vez en cuando su madre le preguntaba por sus amigos, pero especialmente por Wat. Ella siempre contestaba segura y tranquila, que todo estaba bien, solo que ahora no se frecuentaban tanto porque tenían diferentes horarios. Parecía que Ela no se había percatado de que su vida había dado un giro completo. Pero eso no era tan malo para ella, quizá estaba dejando atrás a personas increíbles, pero también había conocido nuevas personas increíbles.

Tian siempre se comportaba abierto. Al inicio fue un poco difícil para ambos abrirse de una forma más "romántica", ambos habían crecido con una noción del amor semejante. Ambos estaban seguros de que los momentos felices de la vida se deben disfrutar al máximo mientras duren, porque son fugaces.

A Tian le costaba trabajo establecerse y a Ela le costaba trabajo confiar y abrirse. Todo indicaba que por fin habían encontrado a su persona ideal. Después de tanto rehusarse a la idea de un amor romántico y comprometido, parecía que las cosas marchaban bien y que por fin se habían encontrado ambos en el camino.

La primera vez que se agarraron la mano, se sintieron tan sonrojados que estuvieron un par de minutos en silencio sin mirarse uno al otro. No parecía nada especial, sí sucedía con una persona cualquiera, todo tipo de relación requiere del contacto físico. Pero ellos no sabían que tipo de relación tenían y tampoco sabían porque les costaba tanto comenzar a acercarse directamente. Ela nunca supo cómo debería iniciar una conversación que los condujera a definir si ambos se gustaban. Ella moría de ganas por saber si Tian se sentía atraído por ella. Por eso fue tan emocionante su primera interacción de manos.

Finalmente, un día Tian tomó la iniciativa de invitarla a ver una película en su casa. Tian no tenía una intención distinta, aunque el plan en sí, sonaba algo sospechoso.

Él solo quería tomar un momento a solas para poder hablar con ella y preguntarle todas las dudas que rondaban por su cabeza. Tenía la certeza de que Ela gustaba de él por la forma en cómo lo miraba y como se sonrojaba siempre que estaban juntos. Pero también tenía la certeza de que Ela era una persona coqueta por naturaleza y no era nada malo, a Tian le gustaban todas las facetas que estaba conociendo en ella. Cada día se sentía más y más atraído. Pero era innegable el hecho de que ambos eran personas difíciles de leer, así que, era necesario definir el rumbo de su relación, debían hablar claramente las cosas.

Llegó el día de la cita. Ela estaba muy emocionada, pero más que eso, se sentía muy nerviosa, y también tenía miedo. Ela no sabía exactamente por que Tiene la había invitado a su casa. No sabía si las cosas de repente se podrían salir de control de alguna u otra forma.

La última vez que Ela había estado con alguien fue Wat. A veces recordaba los momentos que habían vivido y le llegaban momentos de nostalgia. No era muy recurrente que eso pasara, ahora ella invertía su tiempo en pensar día y noche en Tian, aunque sí, a veces extrañaba su antigua rutina. A sus viejos amigos y especialmente extrañaba los días con Wat. Ela en el fondo quería continuar con su amistad, no quería perder a alguien tan valioso para ella. Pero no sabía cómo acercarse a hablar con él. Durante un tiempo habían sido tan cercanos que podían hablar acerca de cualquier cosa sin tapujos, sin tener que aparentan absolutamente nada uno con el otro. Pero las cosas habían cambiado radicalmente. Eran contadas las ocasiones en que se veían ahora. Y era incómodo ahora encontrarse de frente, generalmente ambos trataban de evitarse, pero cuando era imposible hacerlo y se encontraban cara a cara por los pasillos de la facultad o en algunas clases, solo sonreían, cruzaban un par de palabras y se marchaban. Ela se sentía muy culpable con Wat por lo que había pasado. Sabía que probablemente lo había lastimado, aunque no estaba muy segura de cuál era la situación actual de Wat y como se sentía, o si estaba enojado con ella. Pensaba que quizás él encontraría a una buena chica de la cual se enamoraría y al fin podrían volver a ser amigos. Así que, Ela decidió aguardar el momento adecuado para poder regresar a la vida de Wat. Así le sería más fácil afrontar todo lo que había sucedido y que ambos hicieran las paces y volvieran a ser tan cercanos como eran antes.

 




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