...Y conforme se va acercando más y más a ella, comienza a escuchar un ruido extraño dentro de la habitación. Pensando que quizá aún son estragos de la resaca, se acerca más a Ela. Comienza a sentirse mareado. De repente parece que todo se comienza a desvanecer, aturdido y confundido mueve la cabeza de un lado a otro mientras las cosas se vuelven cada vez más borrosas a su alrededor.
El despertador está sonando. Wat debe levantarse para ir a la escuela....
Era un nuevo día. Afortunado para algunos, desafortunado para otros. Wat no quería ir a la escuela esa mañana, había tenido aquel melancólico sueño en donde era feliz con Ela, un sueño de esos que cuando despiertas, tardas unos segundos en centrarte en tu realidad. Wat seguía sintiendo ese sueño hacía tan solo unos minutos como si fuera tan real. Estaba pensando en lo que podía hacer para volver a esa realidad alterna y quedarse allí, donde se estaba sintiendo tan feliz. Tardó mucho en poder hacerse a la idea y levantarse. Sentía un enorme vacío en el pecho, confundido por lo que acababa de imaginar en su mente, y lo que en realidad le deparaba ese nuevo día.
Como cada mañana debía ir a la escuela, a ver nuevamente como Ela se veía cada vez más y más feliz a lado de aquel chico y ver como había sido completamente desplazado de su vida. Ni siquiera podían ser amigos como lo eran antes. Ahora se sentía una incomodidad inevitable en el aire cada vez que llegaban a coincidir.
Wat aún no estaba muy seguro si quería volver a ser solo un amigo, aunque tampoco estaba seguro si algún día dejo de serlo.
Wat se preguntaba-¿Fue mi imaginación?, ¿Toda la química que sentíamos, fue inventada por lo que yo quise creer?
Se sintió tan real por un tiempo. Ahora todo eso se había esfumado. Comenzó a esfumarse poco a poco hasta que ya no quedó nada.
Por su parte, Ela comenzó el día radiante, inusualmente feliz como últimamente lo hacía. No aguantaba las ansias por llegar a la escuela y encontrarse con Tian como de costumbre. Poco a poco ambos ya estaban adaptados a sus horarios a pesar de sus distintas rutinas. Al final de sus jornadas diarias, siempre acordaban ir juntos a algún lugar. A veces debían ir a hacer tarea juntos cuando era época de exámenes. Pero otros días hacían juntos cosas divertidas. Acostumbraban realizar diferentes actividades, su imaginación para las citas siempre les ayudaba a crear momentos memorables juntos. Ela estaba a gusto en ese lugar, sentía que era un lugar lleno de emociones, como un sube y baja de sentimientos. Sabía que con Tian nunca podía saber exactamente qué esperar, pero eso le gustaba, le gustaba el misterio, le gustaba la marea, que va y viene.
Tian por su parte, ya se había enamorado de ella, aunque no se lo dijera directamente. Por primera vez, sentía que se quería quedar por mucho tiempo en un lugar. Su corazón se lo pedía. Hacía ya mucho tiempo que había dejado de verla como una amiga. Esperaba con ansias el día de la cita y por fin había llegado.
Ela estuvo todo el día mirando su reloj, contando los minutos para encontrarse con Tian para ir juntos a su casa.
Wat ese día notó a lo lejos la impaciente presencia de Ela en cada clase. No podía evitar recordar aquel sueño que tuvo. Ese día tuvo tantas ganas de acercarse a ella para saber cómo estaba, qué había pasado en su vida estos últimos años.
Ela a lo lejos sintió una extraña mirada y en un momento inesperado volvió su mirada hacia la parte de atrás donde se encontraba él sentado. Ambos mantuvieron un repentino contacto visual que duró un par de segundos. Ela y Wat se encontraron en ese momento en una situación incómoda. Wat se sentía muy avergonzado, sabía que Ela había notado que la observaba, mientras que Ela tuvo un pequeño respiro de esperanza, esa acción de Wat le hacía saber que en realidad no la odiaba, o no tanto ¿cierto? Ela sonrió levemente y luego volteó la mirada.
Ese día bastó para darle a Wat una ligera esperanza. Mantuvo la sonrisa que Ela le había regalado durante el resto del día en su memoria.
T-¿Qué película quieres ver? - Preguntó Tian. Por fin había llegado el momento que Ela tanto esperaba.
Aquel día iba marchando muy bien hasta ahora para Ela; Wat y ella podían haber trazado lo que era un ligero tratado de paz. Y lo más importante, Ela creía que al fin podrían dar un paso más en su relación con Tian.
E-Lo que tú quieras, me gusta ver casi todo- Respondió Ela, tratando de sonar desinteresada y casual para ocultar los nervios que sentía por dentro.
Habían pasado ya 60 minutos de la película y Tian de repente le pregunto a Ela
T- Oye... ¿Recuerdas el día que tomé tu mano... y ... estaba sudada?
Ela de repente sintió un bochorno que le recorría por todo el cuerpo al escuchar eso, ¿por qué le preguntaba eso? Qué manera de matar el momento. Aunque sabía que ese tipo de acciones era muy propio de Tian. Así que no respondió nada e hizo una mueca de ojos torcidos. Siguieron viendo la película cuando Tian insistió.
T-No te enojes ja ja, solo quiero saber por qué estaba sudada. ¿Te pones nerviosa cuando estás conmigo, o no?
E-Quisieras- Respondió Ela. Por dentro estaba entrando en pánico. Por el tema de conversación que comenzaba a dirigir Tian y que no sabía a donde quería llevarlo. Pero también porque no sabía la razón por la que cosas tan insignificantes la ponía tan nerviosa y ansiosa cuando estaba con él.
T-Ah, bueno. Porque yo... Sí me pongo nervioso cuando estoy contigo Ela...
Escuchar eso, hizo que ella volteara de inmediato a verlo con ojos sorprendidos.
Aquel fue solo el inicio de una larga conversación. No. No hubo un solo beso y tampoco sus cuerpos se enredaron en las sabanas como Ela había imaginado por un momento los dias anteriores que podría suceder. Pero claro que avanzaron enormemente. Aquel día de películas dió paso a que ambos pudieran hablar de sus sentimientos y por fin se sinceraran uno con el otro.