Ela anhelaba mucho poder traspasar la brecha que le impedía dejarse fluir con Tian. Cuando estaban juntos, ella se sentía feliz, no se trataba de falta de cariño. Más bien era como ella se sentía individualmente en relación a él. Se había dado cuenta que a veces quería tratar de mirarse perfecta ante los ojos de Tian. A veces no se permitía mostrarle su esencia natural, sino, intentaba decir las "palabras adecuadas" siempre que estaban cerca.
A veces ella incluso llegaba a dudar acerca de sí la relación estaba llevando un buen rumbo. Pero enseguida se decía a sí misma que únicamente era cuestión de tiempo. Ela y Tian se querían muchísimo. Sí, quizá existía falta de comunicación, pero no falta de interés.
El hecho de que Ela quisiera aparentar todo el tiempo cuando estaba frente a él, no era más que la preocupación excesiva que ella tenía porque las cosas siempre marcharan bien, porque Tian le gustaba mucho y no quería perderlo.
El hecho de que esta era la primera vez que le pasaba algo así, la desconcertaba, pero a la vez, le hacía pensar que el amor que estaba surgiendo entre ellos era genuino y real.
Finalmente llegó el día. Llegó el viernes y Ela había estado muy ansiosa. Incluso sentía que se mareaba un poco de repente. Era una sensación muy rara sentirse así. Ni siquiera tenía la certeza de que algo pasaría en aquella cita. Pero era un hecho que Ela no la estaba pasando nada bien esperando a que llegara el gran día.
Salieron de la escuela y se dirigieron a casa de Ela. Prepararon varias bolsas de palomitas y había comprado varios snacks para acompañar. Había dulces, chocolates, jugos, etc. También Ela decidió comprar un poco de alcohol por si se les antojaba más tarde.
Cuando la película se encontraba casi por la mitad. Ela comenzó a acercarse a Tian, lo abrazó y se acurrucó entre sus brazos. Tian la apretó fuertemente con ternura. Después de un rato de permanecer así, Ela inclinó su cabeza para besarlo. Pronto, el beso comenzó a subir de intensidad. Mientras tanto, en la cabeza de Ela comenzaron a resonar muchos momentos.
Empezó a recordar el primer momento en que vio a Tian. La primera vez que se encontraron. Todos los momentos lindos que han vivido en su relación. En medio de todo esto, su corazón comenzaba a latir muy rápidamente, su adrenalina estaba subiendo rápidamente. Comenzó también a recordar las palabras de Wat, diciéndole que nadie podía juzgarla. De repente, su mente se desvió y tomó un camino inesperado. Repentinamente le vino a la mente un flashazo sobre la escena de la primera vez que ella y Wat estuvieron juntos de manera intima...
Ela abrió los ojos repentinamente y se despegó de Tian.
Tian ya se encontraba bastante excitado. Y le cayó por sorpresa el repentino cambio de Ela.
T-¿Estás bien Ela?
E-Sí, sí, sí. Discúlpame. No sé qué me pasó de repente...
Tian con un gesto de extrañeza en su rostro le dijo:
T-No, no tienes por qué disculparte. No pasa nada. Yo nunca te voy a presionar, eso tenlo por seguro. Vamos, terminemos de ver la peli...
Ela se sentía mal. Ella había comenzado todo y luego repentinamente algo le sucedió y no pudo continuar. Lo había planeado mucho tiempo, pero sintió que lo había arruinado todo.
E-De verdad lo siento...
T-Ela... Ni siquiera lo menciones okey. no tienes nada porque disculparte. Nuestro plan era venir a relajarnos y descansar, así que no pienses cosas que no son. Quiero que conmigo siempre te sientas segura, cómoda y tranquila. Solo eso quiero...
Ela se sintió aliviada al escuchar aquellas palabras de Tian. Y mientras veía la película acurrucada con Tian. Comenzó a pensar si realmente ella quería hacerlo, o se presionó a sí misma para hacerlo...
Por otro lado, no podía dejar de pensar en la razón por la que repentinamente apareció aquel recuerdo de Wat en su mente mientras estaba con Tian.
Ela no se sentía confundida referente a sus sentimientos. Sabía que había cerrado un ciclo con Wat. De hecho, se sentía indescriptiblemente feliz por el hecho de que ellos se habían acercado nuevamente. También se sentía feliz de que Wat por fin estuviera conociendo a alguien que lo hiciera feliz, alguien que lo acompañara y que cuidara de él.
Ella siempre se repetía que quería a Tian, se había enamorado de él desde que lo conoció. Su corazón siempre se sentía como una marea de emociones cuando estaban juntos y su relación era una montaña rusa de emociones que la mantenía en constante ansiedad, y ¿eso era el amor, ¿no? Es por ello que no comprendía porque su cabeza le había jugado chueco aquella tarde...