CAPITULO 26. EMPEZAR DE CERO

Después de que Wat regresará a casa y pasarán los días, se veía deprimido. Ela notó que algo había sucedido, pero no sabía cómo preguntarle, aunque por dentro lo imaginaba.

Pasaron los días, parecía como si Wat hubiera perdido todo en tan solo unas semanas. Perdió a su padre y también perdió a su compañero, con el que creía que iba a pasar el resto de su vida. Pero a veces, la vida lleva a las personas que parecen estar destinadas, por caminos diferentes. Algo similar había sucedido con Tian y Ela. Parecía que iban a durar muchos años juntos por las chispas que producían al estar juntos. Pero quizá Ela tenía razón... Todo algún día debe terminar.

Wat le había pedido a Ela un tiempo para él mismo. Le dijo que no quería que volvieran a perder el contacto entre ellos, pero que sentía que debía alejarse de todo el mundo para empezar de nuevo. Quería concentrarse únicamente en él mismo, en su vida, en su trabajo, en su madre y en su mascota. No quería saber más de nadie por un tiempo.

Así, Wat se alejó de todo el mundo.

Ela y él, en raras ocasiones hablaban, cruzaban un par de textos, ambos se aseguraban de que estuvieran bien y luego volvían a pasar semanas en que no hablaban.
Ela quería llamarlo todo el tiempo al inicio. Pero después también aprendió a estar sola. Le daba paz saber que Wat se estaba reconstruyendo a sí mismo. Sabía que su vida había dado un enorme giro tras su ruptura con Jeff y la muerte de su padre.

Ela no sentía la misma ansiedad que sintió durante aquellos dos años que estuvieron distantes, pues esta vez las cosas marchaban mejor. No hablaban muy seguido, pero sabía que estaban allí uno para el otro en cualquier momento si lo necesitaban y eso le daba por dentro mucha paz.

Todos habían continuado con su vida y habían estado avanzando en diversos ámbitos positivamente.

Tras su ruptura con Wat, Jeff se había sentido más libre, pues en ocasiones sentía mucha presión entre el trabajo y la relación a distancia. Sentía que debía partirse en mil pedazos y recurrentemente se sentía culpable por no darle todo su tiempo a Wat. Así que ahora, trataba de disfrutar más su nueva vida empezando desde cero.

Ela por su parte había cambiado nuevamente de empleo. El lugar en el que estaba la asfixiaba poco a poco y sentía que no podía desarrollar todas sus capacidades estando ahí. Había estado un par de semanas entregando solicitudes a diversos lugares, hasta que por fin encontró un empleo que la hacía sentir mucho más cómoda, pues le permitía explotar y descubrir sus capacidades.

Así, pasó casi un año desde que el mundo continuó su curso...